Una niña en la guacharaca busca preservar la Dinastía Arrieta
Las destrezas musicales no tienen edad, y así lo están demostrando los más pequeños en cada una de las presentaciones en el 58º Festival de la Leyenda Vallenata en homenaje al cantautor, Omar Geles.
Sus capacidades musicales en el acordeón, la caja y la guacharaca, no tienen límites. En cada una de sus actuaciones en tarima, cautivan a los presentes al tocar con definición y firmeza los instrumentos. Son el semillero del folclor vallenato e incluso la continuidad de familias musicales y dinastías.
Con su rostro de emoción y concentrada en cada una de las notas interpretadas, subió a tarima Emely Fortich Arrieta, guacharaquera natural de Bolívar, que con solo 8 años de edad, bien que sabe sacarle las mejores definiciones al instrumento.
Es hija de Sandra Arrieta Ramos, también reina de la caja y descendiente de una dinastía que desde Bolívar busca dejar huellas en Valledupar.
“Venimos de la dinastía Arrieta en Arjona, Bolívar. Mi padre es el fundador de una escuela musical con más de 30 años de experiencia; somos tres hermanos que incursionamos en el folclor vallenato y buscamos día a día hacer historia. Mi hermano Ferney Arrieta que busca la corona en la categoría profesional, mi hermana Yeimy Arrieta Ramos, la primera mujer que ganó el Festival de la Leyenda Vallenata en el año 2007 y en el 2020 como Acordeonera Mayor”, manifestó Sandra Arrieta, quien este año acompaña en la caja a la acordeonera Heinis Gulfo.
UNA SEMILLA VALIOSA
Sin duda el talento va de generación en generación. La inocencia de Emely Fortich Arrieta, hizo erizar a más de uno al observar la firmeza con la que toca la guacharaca y canta linda melodías vallenatas.
A sus 8 años, cambió las muñecas por una guacharaca, uno de los instrumentos emblemáticos del vallenato. “Su proceso es natural, nunca le exigimos que era una obligación tocar el instrumento, nos sorprende que haya incursionado tan temprano, pero a la vez estamos felices de ver como se desenvuelve, incluso ya la buscan para contar con su talento”, dijo.
Ella asiste a una escuela donde todos los días ve niños, se llama Amigos del Arte. Muestra su amor por la música y desde ya empieza a escalar para seguir sumando en esta dinastía.
“EXPRESO SENTIMIENTOS”
Emocionada bajó de tarima, luego de hacer su primera presentación acompañando a una niña en la categoría Menor en el canto y la guacharaca. No dudó en expresar la felicidad que sentía, “es primera vez que participo y me sentí cómoda y segura. Con la música expreso sentimientos y demuestro que el futuro del vallenato está en las nuevas generaciones.
Solo unos minutos compartió su felicidad y en seguida corrió a una segunda tarima a acompañar a un participante en la categoría Acordeonero Infantil, donde igualmente fue recibida con aplausos y asombro ante el talento que demostró en cada melodía.
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