Presidentes del Senado y Cámara sesionarán de manera ordinaria tras día cívico
El llamado al día cívico convocado por el presidente Gustavo Petro sigue siendo objeto de controversia, especialmente en el Congreso de la República, donde varios parlamentarios han rechazado la propuesta.
La jornada, anunciada por decreto presidencial, tiene como objetivo movilizar a los ciudadanos a favor de las reformas sociales impulsadas por el Gobierno.
Sin embargo, sectores políticos consideran que la iniciativa responde más a una estrategia de campaña de cara a las elecciones presidenciales de 2026 que a un verdadero acto de movilización ciudadana.
Los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, Efraín Cepeda y Jaime Raúl Salamanca, respectivamente, confirmaron que ambas corporaciones sesionarán con normalidad este martes 18 de marzo, desmarcándose de la convocatoria del Ejecutivo.
Esta postura refleja la postura del Congreso frente a lo que muchos perciben como una tentativa de presión por parte del Gobierno, que convocó las marchas en un contexto de creciente tensión política, especialmente tras la posible caída de la reforma laboral propuesta por Petro.
En algunos sectores, estas manifestaciones se consideran un “chantaje” hacia el Legislativo, al buscar movilizar a la ciudadanía para influir en decisiones legislativas clave.
El rechazo dentro del Congreso ha sido contundente, especialmente por parte de los partidos de oposición.
“En Cámara, no hay limitación de ingreso al Capitolio Nal. Mañana solamente por recomendaciones de seguridad. Aunque no hay Plenaria, hay Comisiones y audiencias con normalidad. No hay cambios de horario. Nuestra labor continúa. Marcharé mañana en Bogotá. Apoyo la movilización pacífica como derecho de todas y todos”
La representante Saray Robayo, vocera del Partido de la U, expresó su preocupación por lo que considera un ataque a la independencia del Congreso.
“Llamar a las calles para presionar al Congreso no es democracia, es chantaje. En lugar de gobernar, Petro agita al pueblo para imponer su agenda, debilitando las instituciones y alimentando la división”, señaló Robayo, insistiendo en que el Congreso es la verdadera representación del pueblo colombiano y debe ser respetado en su función de deliberación y toma de decisiones.
La tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo ha sido un tema recurrente en los últimos meses. Según Robayo, si el Gobierno no logra consensos en el Congreso, no debe recurrir a medidas como la movilización popular para forzar su agenda.
“El Congreso no es un obstáculo, es la representación del pueblo. Si el Gobierno no logra consensos, no puede recurrir a atajos. Desconocer la división de poderes no es democrático. Colombia necesita soluciones, no confrontación. El Congreso merece respeto”, concluyó la representante.
A pesar de las críticas, la decisión de los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes es clara: las sesiones seguirán su curso habitual y los funcionarios trabajarán este martes sin interrupciones. Este acto de desobediencia simbólica frente al llamado a un día cívico se enmarca en una creciente pugna entre el Ejecutivo y el Legislativo, que pone en evidencia la dificultad para lograr consensos en torno a las reformas sociales propuestas por el Gobierno.
En este contexto, el día cívico convocado por Petro para este martes 18 de marzo sigue generando incertidumbre sobre sus verdaderos motivos. Aunque el Gobierno insiste en que se trata de una jornada de apoyo a sus políticas, la creciente resistencia en el Congreso refleja la polarización que continúa caracterizando la política colombiana, donde las diferencias entre el Ejecutivo y el Legislativo parecen cada vez más irreconciliables. Con Infobae