Valledupar: con las manos arriba y los pantalones abajo
Valledupar atraviesa uno de sus peores momentos en materia de seguridad. La criminalidad opera sin control, sembrando pánico entre los ciudadanos, quienes ven cómo los delincuentes imponen su ley. Aunque las autoridades y la fuerza pública insisten en calificar la situación como una «percepción de inseguridad», los hechos evidencian una realidad que está destruyendo este territorio.
El reciente caso ocurrido en la carrera Cuarta con calle 7 Bis, en inmediaciones del cerro de la DPA, -casi comenzando el barrio Novalito-expone crudamente esta problemática. Una pareja de jóvenes y otro ciudadano, fueron víctimas de un acto atroz que refleja la vulnerabilidad en la que vivimos. Una joven de 24 años fue secuestrada y agredida sexualmente por cuatro individuos durante ocho horas en el norte de Valledupar, un crimen que ha encendido las alarmas en la comunidad. Este hecho aberrante recayó sobre una mujer que confiaba en que las autoridades garantizarían su seguridad al transitar por la ciudad.
Sin embargo, la realidad fue otra. La pareja fue interceptada al reducir la velocidad en un reductor vial, siendo amenazada con armas de fuego y llevada, junto con su vehículo, a una zona aledaña enmontada. Allí, la joven fue violentada a pocos metros de su novio y de otra persona que había caído previamente en la trampa de los antisociales. Las víctimas fueron amordazadas y atadas con sus propias camisas, mientras las autoridades permanecían ajenas a lo sucedido.
Se comenta que no es la primera vez que ocurren hechos similares, pero el temor y la desconfianza en los organismos de seguridad han impedido que se denuncien.
Han transcurrido 48 horas desde este atroz suceso, y los responsables aún permanecen libres, a pesar de haber cometido delitos graves como secuestro, acceso carnal violento, tortura psicológica, porte ilegal de armas de fuego y hurto. Valledupar parece haberse salido de control. ¿Dónde está el anunciado aumento del pie de fuerza? ¿Qué pasó con la efectividad de las estrategias de seguridad en la ciudad? ¿Cuál es el verdadero papel de la Secretaría de Seguridad Ciudadana? Tal vez solo sea otro ejemplo de burocracia sin resultados.
Hoy, dos familias enfrentan la peor de las pesadillas. Por un lado, la madre de una joven, su única hija, que intenta lidiar con un dolor inimaginable y unas heridas que marcarán para siempre la vida de una mujer llena de sueños y metas. Por otro, un joven consumido por el miedo y la incertidumbre, que solo encuentra consuelo en la misericordia de Dios.
¿Quién sanará las heridas psicológicas de estos jóvenes? Ambos viven un trauma sin precedentes, aferrándose a la esperanza de que la justicia cumpla con su deber en una sociedad que parece haber caído en la indiferencia de las autoridades.