Comerciantes del Balneario Hurtado claman por la devolución del parqueadero
Los comerciantes del Balneario Hurtado, ubicado a orillas del río Guatapurí, han estado esperando una respuesta de las autoridades locales sobre la recuperación del parqueadero que da acceso a este popular destino turístico en Valledupar. La situación es crítica para los pequeños empresarios que han visto cómo sus operaciones se ven afectadas por el uso del espacio por parte de vendedores informales.
El origen del conflicto se remonta a la administración del exalcalde Augusto Uhía, quien en su momento decidió desalojar a los vendedores ambulantes del área verde para reubicarlos en el parqueadero de la entrada principal del balneario. La medida fue presentada como temporal, pero los años han pasado sin que la promesa de devolver el parqueadero a los comerciantes se haya cumplido.
José Vanegas, arrendatario de uno de los establecimientos comerciales del balneario, relató que inicialmente el acuerdo fue que tres vendedores de comida ocuparían temporalmente el parqueadero, sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente. Hoy son siete los puestos de comida que operan allí, junto con más de 50 meseros que se desplazan constantemente por el área.
“Nosotros estamos en una situación crítica. Los turistas llegan y no encuentran dónde estacionar, por lo que prefieren irse a otro lugar. Además, algunos dejan sus vehículos frente a los negocios, lo que impide que los clientes puedan ver nuestras tiendas. Esto afecta la visibilidad y las ventas. Peor aún, muchos de los vendedores informales ni siquiera pagan alquiler ni servicios públicos, mientras que nosotros sí lo hacemos. Esto se ha convertido en una competencia desleal”, señaló Vanegas.
Otro de los comerciantes afectados, Juan Carlos Castillo, dueño de un restaurante en el sector, lamentó el desorden que reina en la zona. “No hay espacio suficiente para estacionar y los precios de los meseros son cada vez más altos, lo que genera una gran insatisfacción en los turistas. Esta problemática no es algo aislado de la temporada alta; es una constante en el balneario, lo que ha afectado gravemente a los negocios”, agregó Castillo.
Con el cambio de administración, los comerciantes pusieron sus esperanzas en que el alcalde Ernesto Orozco cumpliría la promesa de solucionar el problema. Durante su campaña, Orozco se comprometió a devolver el parqueadero a los comerciantes, pero hasta la fecha, no se ha avanzado en una solución. “Nos sentimos olvidados y nuestras pérdidas son millonarias. A veces ni siquiera podemos cubrir los gastos operativos. La situación es insostenible”, comentó otro comerciante.
Mientras tanto, los afectados esperan que, con el nuevo gobierno local, se puedan reubicar a los vendedores informales en otras áreas del balneario y se logre devolver la normalidad al sector. El turismo y los pequeños empresarios piden un cambio urgente, ya que las consecuencias de la falta de un parqueo adecuado y el desorden generalizado están afectando la viabilidad de muchos negocios locales.