4 de diciembre
Salud

Resistencia a la insulina: cómo podemos abordar ese peligro

La resistencia a la insulina es un problema para una gran cantidad de personas.

En sociedades desarrolladas, la resistencia a la insulina conduce a la obesidad, trastornos del metabolismo de los carbohidratos (incluida la diabetes tipo 2), hipertensión, aterosclerosis e hipogonadismo masculino.

¿Qué es la resistencia a la insulina?

La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda a que la glucosa entre en las células y se convierta en una fuente de energía. La insulina se une a receptores especiales en la superficie de las células, abriendo la ‘puerta’ a la glucosa.

La resistencia a la insulina es una condición en la que las células del cuerpo se vuelven menos sensibles a la insulina y les resulta cada vez más difícil absorber la glucosa. Su nivel en la sangre aumenta y los tejidos del cuerpo no reciben suficiente energía.

Esa alteración metabólica causa prediabetes y diabetes tipo 2, un trastorno distinto al diabetes tipo 1, caracterizado por no poder producir insulina o las personas padecientes no producen en cantidades suficientes para sobrevivir.

¿Por qué se desarrolla la resistencia a la insulina?

La resistencia a la insulina se desarrolla por varias razones: dieta desequilibrada que desemboca en exceso de peso, falta de actividad física y predisposición genética, según la Asociación de Diabetes Estadounidense.

Un ejemplo típico de dieta desequilibrada se da si una persona prefiere alimentos ricos en calorías y grasas, que aumentan la grasa corporal.

«El tejido adiposo en sí mismo es parte del sistema endocrino. Puede producir hormonas que afectan la sensibilidad a la insulina. Cuando se acumula demasiada grasa, puede producirse un desequilibrio hormonal. Por ejemplo, disminuye la producción de adiponectina, una hormona que mejora la sensibilidad a la insulina. También puede producir más resistina, una hormona que reduce la sensibilidad a la insulina», explicó Viktoria Gonchar, doctora en endocrinología de una clínica de San Petersburgo.

Sin embargo, no solo las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina. También puede aparecer por predisposición genética, según un informe del Centro de Estudios Endocrinológicos adjunto a la Academia de Ciencias de Rusia.

Síntomas de resistencia a la insulina

Otras señales de alarma donde puede aparecer resistencia a la insulina, según varias instituciones gubernamentales de varios países:

Altos niveles de azúcar en sangre;

Altos niveles de triglicéridos (un tipo de grasa que se encuentra en la sangre);

Zonas de piel oscura y aterciopelada;

Presión arterial de 130 sobre 80, o superior;

Una cintura que mide más de 100 cm en los hombres y más de 90 cm en las mujeres;

Altos niveles de colesterol malo o LDL (lipoproteínas de baja densidad);

Bajos niveles de colesterol bueno o HDL (lipoproteínas de alta densidad);

Antecedentes familiares de diabetes tipo 2;

Inactividad física.

¿Cómo se puede revertir la resistencia a la insulina?

La resistencia a la insulina se puede vencer o, como mínimo, retrasar.

Para hacer esto, los médicos estadounidenses recomiendan realizar los siguientes ajustes en el estilo de vida:

Incrementar la actividad física. En general, se recomienda empezar a moverse más que antes: salir a pasear con más frecuencia, subir y bajar escaleras en lugar de usar el ascensor.

Comenzar a hacer ejercicio. Por ejemplo, ciclismo, natación, yoga, baile o entrenamiento de fuerza.

Ajustar el horario de sueño. Por la noche, el cuerpo sintetiza grelina y leptina, las principales hormonas implicadas en la regulación de los mecanismos del hambre y la saciedad. El primero estimula el apetito, el segundo lo reduce. Por eso es tan importante establecer un horario de sueño y descanso.

Cambiar tu dieta por una más equilibrada. Incluir verduras sin almidón, frutas, cereales integrales y alimentos ricos en proteínas en su dieta ayudará a reducir sus niveles de azúcar en sangre.

Reducir los niveles de estrés. El estrés crónico afecta negativamente al metabolismo. Para controlar el estado emocional, los médicos recomiendan practicar yoga, meditación, ejercicios de respiración y otros métodos de relajación. Con RT

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