Merkel confiesa que en 2008 ya le preocupaba que Ucrania entrara en la OTAN
En su libro de memorias ‘Libertad’, que será lanzado el próximo martes en varios países, la excanciller alemana Angela Merkel admite que en los primeros años a la cabeza del Gobierno federal se mostró preocupada ante los planes de ampliación de la OTAN a las repúblicas exsoviéticas de Ucrania y Georgia, cuyo estatus de candidatos a la adhesión se debatió en la cumbre de Bucarest en 2008.
En ese momento, Merkel entendía el deseo de los políticos en varios países de Europa Central y del Este «de convertirse en miembros de la OTAN lo antes posible», pero, al mismo tiempo, se daba cuenta de que «solo una minoría de la población ucraniana apoyaba la membresía del país en la OTAN», recoge este jueves el diario Die Zeit, que ha adelantado algunos extractos de libro de la política alemana.
En el caso de Ucrania, Merkel veía claramente el riesgo que entrañaba la presencia garantizada contractualmente de la flota rusa del mar Negro en la península de Crimea. «Aceptar un nuevo miembro no solo debería aportarle más seguridad a él, sino también a la OTAN», reflexiona sobre este punto.
«Una declaración de guerra»
A su juicio, «era una ilusión suponer» que el estatus de candidato a la adhesión hubiera ofrecido protección alguna a Ucrania y Georgia, lo que le llevaba a plantearse dos preguntas sobre la eventual respuesta de su país y de los aliados, en el caso de que el presidente ruso, Vladímir Putin (primer ministro en ese momento), no aceptara la expansión hacia el Este del bloque, al que se unieron en 2004 los países bálticos, que formaron parte de la Unión Soviética: «¿Habría sido concebible entonces que, en caso de emergencia, los Estados miembros de la OTAN hubieran respondido militarmente —con material y tropas— e intervenido? ¿Habría sido concebible que yo, como сanciller, hubiera pedido al Bundestag (Parlamento) alemán tal mandato para nuestra Bundeswehr (Ejército) y obtuviera una mayoría para ello?».
Merkel admite, asimismo, que ofrecer solo una «promesa general de membresía» suponía un revés para las esperanzas de Kiev y Tbilisi, mientras que, por otro lado, para el líder ruso aquello representaba «un sí a la membresía de ambos países en la OTAN» e incluso una «declaración de guerra».
Además de la expansión de la Alianza Atlántica, en el libro se abordan otros muchos temas e incluye críticas a Donald Trump, cuyo primer mandato en la Casa Blanca coincidió con los últimos años de Merkel a cabeza del Ejecutivo alemán. Según se lee en las memorias, el republicano veía todo «desde la perspectiva del empresario inmobiliario» que pretendía ser propietario de un inmueble. «Para él —escribe Merkel—, todos los países estaban en competencia entre sí, y el éxito de uno era el fracaso de otro. No creía que la cooperación pudiera aumentar la prosperidad de todos», señala. Con RT