19 de septiembre , 2024
Actualidad

Hay casi 400 municipios afectados por los incendios: Directora del Ideam

El panorama ambiental en Colombia se encuentra en un punto preocupante. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), 381 municipios están en alerta roja debido a los incendios forestales que, hasta la fecha, han devastado más de 137.000 hectáreas en todo el territorio nacional.

Esta ola de calor ha sido impulsada por el implacable avance del cambio climático y la intensificación del fenómeno de El Niño, que ha elevado las temperaturas a niveles históricos, afectando gravemente la vegetación.

Ghisliane Echeverry, directora del Ideam, señaló en una reciente entrevista con Noticias RCN que “hoy amanecimos con 381 municipios en algún nivel de alerta por incendio en la cobertura vegetal”. Echeverry subrayó que las temperaturas han alcanzado niveles sin precedentes, como en el municipio de Jerusalén, Cundinamarca, donde se han registrado picos de hasta 43°C.

Además del riesgo de incendios, la otra cara de esta emergencia ambiental afecta a más de doscientos municipios que se encuentran en alerta por deslizamientos. Las lluvias, que en algunas zonas del país han sido persistentes, han causado inestabilidad en los suelos, aumentando el riesgo de derrumbes que podrían poner en peligro a miles de familias.

“También tenemos un contraste en otras zonas del país porque hay doscientos municipios con alertas por deslizamiento. Esto último generalmente es en las zonas donde ha estado lloviendo frecuentemente”, afirmó Echeverry al medio citado.

La situación es especialmente crítica en departamentos como Huila, Cundinamarca y Antioquia, que han sido los más afectados por los incendios forestales. Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Cundinamarca ha sido escenario de 485 incendios que han destruido 4.426 hectáreas de vegetación.

En Huila, los incendios han sido aún más devastadores, con 314 incidentes que han arrasado más de 16.000 hectáreas. Antioquia, por su parte, ha visto cómo 231 incendios han consumido más de 3.463 hectáreas.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades y los cuerpos de socorro para controlar la situación, los incendios continúan propagándose debido a las condiciones extremas de sequía y calor. Hasta ahora, se han reportado 2.279 incendios en todo el país, superando las cifras del mismo período en 2023, cuando se registró un menor porcentaje que afectó 51.004 hectáreas.

El Ideam ha emitido alertas de incendios en 74 municipios que se encuentran en riesgo extremo (alerta roja), mientras que 184 están en alerta naranja y 123 en alerta amarilla. Las autoridades instan a la población a extremar las precauciones, evitar el uso del fuego en actividades agrícolas y colaborar con los organismos de emergencia para prevenir una mayor expansión de los incendios.

Para prevenir incendios forestales, se recomienda no encender fogatas en áreas naturales, evitar arrojar colillas de cigarrillos o vidrios en zonas secas, no quemar basura o pastizales, y respetar las restricciones locales durante épocas de sequía. También es importante informar a las autoridades sobre cualquier actividad sospechosa que pueda generar incendios.

El fenómeno de El Niño es un evento climático que se produce por el calentamiento anómalo de las aguas superficiales en el Océano Pacífico tropical. Este calentamiento altera los patrones normales de los vientos alisios, debilitándolos y provocando que las aguas cálidas se desplacen hacia América del Sur. Como consecuencia, en Colombia y otras regiones se experimentan sequías prolongadas, altas temperaturas y una disminución significativa en las lluvias, lo que afecta los cultivos, el abastecimiento de agua y aumenta el riesgo de incendios forestales.

Por otro lado, el fenómeno de La Niña se caracteriza por el enfriamiento de las aguas del Pacífico y el fortalecimiento de los vientos alisios, lo que provoca un aumento en las precipitaciones. En Colombia, esto suele traducirse en lluvias intensas, inundaciones, deslizamientos de tierra y daños en la infraestructura. Ambos fenómenos tienen implicaciones graves para la economía y la seguridad alimentaria del país, además de generar emergencias por desastres naturales y pérdidas en los sectores agrícola y energético. Con Infobae

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