En Minguillo no logran cerrar las brechas de conectividad y educación
Más de 7 años después de creados los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), los habitantes del corregimiento de Minguillom municipio de La Paz, Cesar, mantienen inconformidades con algunas de las obras adelantadas en el territorio en el marco de esa priorización, que no han logrado cerrar las brechas de conectividad, educación y acceso a agua potable.
Dentro del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP en 2016, los territorios de los PDET se definieron como ejes del cambio social, económico y político en el posconflicto. Estos contemplaban obras de infraestructura, que en el caso de los 8 municipios priorizados del Cesar en el PDET Sierra Nevada – Serranía de Perijá incluían vías terciarias, acueducto, escuelas rurales, proyectos productivos y paneles solares, formulados en el Plan de Acción para la Transformación Regional acordado entre la comunidad, los entes territoriales y las entidades.
Según sus habitantes, la comunidad de Minguillo se encuentra en condiciones precarias de saneamiento básico, educación, seguridad y salud. Adrián Mendoza, presidente de la Junta de Acción Comunal, estima que allí viven cerca de 240 habitantes, especialmente afrodescendientes, entre los que predominan mujeres y niños.
Así lo manifestaron en una serie de entrevistas realizadas por docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) en el marco de la primera fase de investigación del proyecto “Diseños institucionales, campesinado, conflicto y paz”.
Los participantes del proyecto han ido a la comunidad para observar las condiciones del corregimiento, han adelantado grupos focales para conocer las opiniones de los habitantes, así como actividades participativas con el fin de recaudar la información que hasta el momento ha permitido evidenciar varias de las inconformidades con el avance del programa.
“Lo que nos interesa con esta primera fase de la investigación es saber cómo se han manejado los PDET en el municipio de La Paz, que pertenece al de la ‘Sierra Nevada – Perijá’, una de las regionales de la Agencia de Renovación del Territorio (ART). En el país hay 16 subregiones del PDET; la que nos compete abarca 15 municipios de los departamentos del Cesar, Magdalena y La Guajira”, explica la antropóloga Lucía Meneses Lucumí, docente de la UNAL Sede de La Paz.
Según la información aportada por la comunidad, el proyecto de acueducto más grande de Minguillo no funciona como se planeó, ya que solo se tiene agua potable por algunas horas y no las 24 horas del día durante los 7 días de la semana.
Los habitantes en el corregimiento solo reciben educación hasta noveno grado, no cuentan con personal médico constante ni con autoridades de la Policía; los paneles solares (que buscan lograr luz a través de la energía fotovoltaica) solo lo disfrutan algunos pobladores, quienes deben pagar por revisiones constantes para su funcionamiento, y el wifi no funciona, o solo a medias.
A pesar de pertenecer administrativamente al municipio de La Paz, Minguillo es poco conocido por su posición geográfica; no se accede por la cabecera municipal a la que pertenece, sino por el municipio de Agustín Codazzi. Además este territorio está a la espera de que su Consejo Comunitario sea reconocido por el Ministerio del Interior.
“Así pues, lo prometido por los PDET, que es acortar las brechas entre la ruralidad y lo urbano, no está dando buen avance, al menos en este territorio tan cercano a Valledupar, a pesar de ser territorios priorizados por los proyectos que se desprenden del Acuerdo de Paz firmado en 2016”, manifiesta la socióloga Vanessa Ortiz Piedrahíta, docente de la UNAL Sede de La Paz.
“En la fase de participación comunitaria sí hubo mucha atención del Estado en relación con escuchar las necesidades de los campesinos y las comunidades, pero en la fase de implementación se presenta problemas, puesto que son proyectos monopolizados por el criterio de las alcaldías de turno”, agrega la experta, quien concluye “que en el departamento del Cesar el balance de la implementación de los PDET no ha sido exitoso, teniendo como ejemplo al corregimiento de Minguillo”.
“La preocupación es que Minguillo es uno de los lugares más golpeados por el conflicto armado colombiano y se espera que los PDET logren solucionar los problemas que este generó, pero en la realidad no está sucediendo”, sustenta la docente Meneses.
Asegura además que se requiere de un proceso de auditoría de las obras prometidas, que ya adelantan algunas entidades como la Contraloría, porque justamente el PDET “Sierra Nevada – Perijá” se presenta como uno de los más exitosos, pero cuando se va al campo a constatar la ejecución de las obras, la realidad es otra.
Cabe anotar que la visita a Minguillo se realizó en el marco del proyecto intersedes ejecutado entre las Sedes de La Paz y Orinoquia la UNAL, dirigido por el Observatorio de Tierras del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri) de la Sede Bogotá, en el cual también participaron dos estudiantes de la Sede de La Paz: Seyningumu Manga Rosado y Katerin Nicol Jiménez.
Los PDET son instrumentos de gestión y planificación para priorizar la implementación de los planes sectoriales y programas dentro de la Reforma Rural Integral, entre otros puntos establecidos en el Acuerdo Final. En total son 170 municipios, caracterizados por ser los más afectados por el conflicto armado, poseer bajos niveles de gobernabilidad, padecer altos niveles de pobreza y presencia constante de economías ilícitas.
¿Qué dice la ART?
Licelis Josefina Ortiz, funcionaria de la ART seccional Cesar, anota que ellos son una entidad del Gobierno nacional creada para implementar el Acuerdo, pero no son ejecutores de proyectos, puesto que no cuentan con los recursos necesarios. “La implementación se da con todas las fuentes de financiación que tiene el Estado colombiano, entre ellas el Sistema General de Regalías, el Presupuesto General de la Nación y los recursos propios de las Alcaldías”, afirma.