Diez migrantes murieron ahogados en la frontera entre Colombia y Panamá
Una nueva tragedia se reportó en aguas internacionales por parte de la migración ilegal de latinoamericanos y centroamericanos con destino a Estados Unidos.
Las autoridades de Panamá confirmaron la muerte de diez migrantes en cercanías de un río en una aislada zona de Panamá próxima a la costa del Caribe colombiano y de la frontera nacional.
Muy temprano en la mañana de este miércoles 24 de julio la policía fronteriza (Senafront), emitió un comunicado oficial a la opinión pública donde se informa del hallazgo de diez cuerpos sin vida en la zona ribereña en el sector de Carreto.
La principal causa del deceso sería una gran corriente de agua que traía consigo piedras, barro, troncos y ramas que se forman con el paso del líquido por las diferentes zonas ocasionando grandes alteraciones a su paso.
De acuerdo con el Senafront (Servicio Nacional de Frontera), las personas que colaboran a los migrantes a cruzar lo harían por parte de senderos que están prohibidos por las autoridades de cada país, teniendo en cuenta el riesgo que significan para la vida de la población humana. Las víctimas, habrían pasaron por el Urabá y el Chocó en Colombia, la selva del tapón del Darién en ese límite con Panamá.
“La delincuencia organizada transnacional a través de colaboradores locales de estas comunidades costeras del Caribe insisten en utilizar pasos no autorizados poniendo en grave riesgo la vida de estas personas”, agrega el comunicado.
En el documento también se especifica que la entidad, “puso en conocimiento del Ministerio Público esta situación, considerando que supuestamente se hayan sepultado estos cuerpos para encubrir sus nexos criminales con el tráfico de migrantes”, pues para el caso colombiano, se señala al Clan del Golfo por cobrar entre 200 y 400 dólares por ayudar a cruzar las fronteras en América.
Por el momento se desconoce la identidad de estas personas y su respectiva nacionalidad, pero se especula que la mayoría de los migrantes que cruzan el Darién son venezolanos, aunque también destacan ciudadanos ecuatorianos, colombianos, haitianos y chinos.
Este no sería el único caso, pues hace unos días el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá reportó la muerte de Juan Carlos Monzant, un migrante venezolano de 27 años, quien falleció mientras intentaba cruzar la peligrosa selva del Darién junto a su familia. Monzant y su nucleo familiar buscaban llegar a Estados Unidos en medio de las nuevas restricciones impuestas por el gobierno panameño, que han cerrado varios pasos ilegales y colocado peligrosos alambrados en la frontera.
El deceso ocurrió cerca del corregimiento de Puerto Obaldía, en Panamá, donde las autoridades encontraron el cuerpo después de recibir una alerta en el sector de La Bona. Jorge Luis Gobea, director del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, explicó que Monzant tenía una afección médica que le impidió soportar el arduo recorrido necesario para esquivar las barreras impuestas.
El anuncio que realizó el gobierno panameño el pasado 3 de julio de 2024, incluye el cierre de tres pasos migratorios frecuentados en la selva del Darién. Estas disposiciones tienen como objetivo focalizar los esfuerzos de las fuerzas de seguridad para combatir las organizaciones delictivas transnacionales que se lucran del tráfico de personas y otros delitos conexos.
De igual manera se expresó su preocupación ante la incertidumbre y el desconcierto que la nueva política migratoria ha generado entre los migrantes. “La gente está dispuesta a pasar con alambre púa y sin alambre púa”, advirtió, sugiriendo que las mejoras de seguridad podrían aumentar las dificultades y los riesgos para los migrantes vulnerables.
Por parte de Colombia también se implementan medidas de seguridad para evitar este tipo de pasos fronterizos que pongan en riesgo la vida de menores de edad y adultos mayores, pues en las últimas tragedias han sido los grupos poblacionales más afectados, teniendo en cuenta que iban en busca de un mejor futuro. Con Infobae