UE respaldaría que se dé más tiempo para consolidar el acuerdo de paz con las Farc
El enviado especial de la Unión Europea (UE) para el proceso de paz en Colombia, Adrianus Koetsenruijter, afirmó que “tiene sentido” que el Gobierno colombiano solicite a la Organización de Naciones Unidas (ONU) otorgue más tiempo para implementar el acuerdo alcanzado en 2016, ya que es un proceso “duro” y de “largo plazo”.
El funcionario rechazó que se califique como un fracaso que el presidente, Gustavo Petro, solicite este jueves 11, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, la ampliación de la implementación del acuerdo de paz firmado en 2016 con la antigua guerrilla de las Farc más allá de los 15 años originales, como indicó el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo.
“No es nada para calificarlo de fracaso. Creo que son procesos de largo plazo, son procesos de la sociedad. Que quieran más tiempo para implementarlo tiene sentido, pero al mismo tiempo hay que ver resultados también”, explicó el nuevo enviado especial de la UE.
Por tanto, que Petro pida a la ONU una extensión “de cinco a ocho años más” para la implementación del acuerdo de paz, como adelantó el canciller Murillo, “no es un problema” para Koetsenruijter.
“Para mí no es algo muy extraño. No es una señal de fracaso. Es una señal de que efectivamente ese proceso es duro, que aún existe mucha violencia en el país”, aunque mucho menos que hace 20 años, señala el funcionario de origen neerlandés el mismo día en que tanto la ONU como la Coordinadora Humanitaria compartieron cifras al respecto.
Colombia reportó 605 eventos violentos en el primer semestre de 2024, una disminución del 3,8% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según la Coordinadora Humanitaria, que pide implementar acuerdos en el marco de las mesas de diálogo de paz con las disidencias de las Farc -el Estado Mayor Central (EMC), que no se acogió al acuerdo, y la Segunda Marquetalia, que sí lo firmó- y con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El alto funcionario, que conoce bien el país latinoamericano, donde ya ejerció como embajador de la UE entre 2003 y 2007, apunta que aplicar el acuerdo “no es algo muy sencillo”, ya que se trata de un paquete de quince puntos “con muchos detalles sobre diferentes objetivos”, con resultados “bastante exitosos” en algunos, como ha sido el caso de la Comisión de la Verdad.
Sin embargo, añade, “es importante escuchar a quienes critican la falta de avance en ciertas áreas”, especialmente en las reformas que permitan cambiar los cultivos de drogas por otros lícitos y rentables para reducir la violencia asociada a esas actividades y “dar más perspectivas a la gente en el país”.
“La única manera de avanzar es buscar formas de eliminar la actividad ilegal y acercar lo más posible a gente que busca la paz, una vida normal, y tenerles contigo”, dice.
Consciente de que el control de algunos territorios por parte de grupos armados no estatales y organizaciones criminales sigue afectando a la población civil y que la tentación de responder con la fuerza, como en El Salvador, está presente, Koetsenruijter considera que “merece la pena” seguir el marco del acuerdo de paz para “buscar soluciones a más largo plazo”.
E insistió en que la EU está “totalmente” comprometida a apoyar al Gobierno colombiano en la implementación del acuerdo de paz, pese a que “no siempre hemos visto un gran progreso”, señala.
Y observa un cierto sentimiento de “frustración” en Petro, que le ha llevado a un “alto” nivel de cambios en los responsables políticos de este proceso, que “no ha sido siempre lo mejor para la estabilidad de la continuación de la política de implementación”, opina.
No obstante, “esta política de paz total tiene un sentido porque busca bajar la inseguridad del país”, según Koetsenruijter, que considera “totalmente intolerable”, en este sentido, el alto nivel de asesinatos de líderes sociales en Colombia.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos pidió hoy a Colombia mejorar la protección de los líderes sociales y defensores de derechos humanos, después de verificar al menos 105 homicidios de estos activistas en 2023 y recibir denuncias de otros 98 asesinatos en la primera mitad de este año.
“Tiene que haber tolerancia cero”, afirma Koetsenruijter, para quien todavía queda “mucho” por hacer también para mejorar la inseguridad y condiciones de vida de los indígenas, los afrocolombianos, las mujeres y los niños.
(Con información de EFE)