29 de noviembre
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El diezmo que hizo posible el sueño de Iván Villazón

“Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” (Mateo 6:3). Así lo ha hecho el cantante Iván Villazón, su don hacia la labor social como creyente en Dios, lo ha llevado a formar una especie de ‘castillo’ creado con bases de humildad y trabajo que hoy se convirtió en semillero de enseñanza para niños vulnerables en Valledupar.

Cuando grabó su primera producción titulada «El Arcoiris», una versión en ritmo de paseo del maestro Rafael Escalona Martínez, y considerada la carta de presentación de Villazón, su instinto por ayudar a los demás sembró la primera semilla que con los años ha germinado alcanzando a ser el Centro Educativo Shalom Paz, Fundación Cristiana para el Trabajo Social.

Está ubicado en el barrio Kennedy de esta capital, y a sus alrededores los sectores más vulnerables de la ciudad, condiciones que nunca fueron impedimento para que ‘La Voz Tenor del Vallenato’, llevara adelante su proyecto de ayudar a los más necesitados.

La fundación sin ánimo de lucro, fue creada en 1987 por Elvin Aponte Molina e Iván Villazón Aponte, maestro y artista del folclor vallenato, enfocados en abrir espacios para la educación en Valledupar. Desde hace casi 40 años trabajan por los niños de la zona de tolerancia, sector denominado ‘El Boliche en el centro en la ciudad.

Fue así como al salir su primer trabajo discográfico, ‘El Arcoiris’, Villazón puso a disposición el diezmo, como un tributo ante Dios, para sembrar lo que hoy es un centro educativo que alberga a unos 200 niños de los barrios El Carmen, 9 de Marzo, La Macarena, Pescaíto y otros sectores ubicados en la margen derecha del Río Guatapurí.

Junto a su tía y hermana creyente, Elvin Aponte Molina, Villazón emprendió un proyecto que inicialmente abarcaba la atención a los hijos de las trabajadoras sexuales ubicadas en el sector, además de aportar alimentos, a través de un comedor a las familias necesitadas, sin imaginarse que el gran poder de Dios iba más allá, y hoy son una luz de esperanza para la enseñanza en Valledupar, ya que brindan educación desde preescolar hasta quinto de primaria.

TODO EMPEZÓ CON LAS ORACIONES

Clara Molina, hija de la fundadora de la institución y actualmente directora, contó que este proyecto inició hace casi 40 años, cuando su madre Elvin Aponte Molina, estaba haciendo servicio social junto a otras hermanas de la congregación Iglesia cristiana.

“Mi madre, quien falleció en el año 2020, empezó hacer oraciones enfocadas a las trabajadoras sexuales, porque el sector ha sido reconocido como zona de tolerancia, pero las mamás nunca llegaron, sino los niños, al punto de lograr reunir hasta 100 infantes ávidos de atención, amor y ayuda”.

En ese trajinar, la voz de Villazón, además de alegrar corazones exaltando el folclor vallenato, se convertía en el eco para hacer posible un gran sueño que hoy se ha hecho realidad.

“Iván Francisco y mi madre se tomaron de la mano e iniciaron el camino. Ya la población atendida era grande y se vieron en la necesidad de arrendar una casa para iniciar con los niños en las reuniones. Esas rentas las empezó a pagar Iván Francisco Villazón con sus diezmos de su primer disco ‘El Arcoiris, luego pidieron ayuda al Icbf que aportó las madres comunitarias y dotación del comedor escolar, durante 10 años aproximadamente”, narró Molina, quien orgullosamente asegura que este esfuerzo vale la pena.

En 1987, junto a Iván Villazón y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, crearon dos hogares atendidos por madres comunitarias en los cuales albergaban 30 niños en promedio, cifra que se fue incrementando con el pasar de los años.

En 1990, teniendo en cuenta que la zona de influencia es de alto riesgo y se le estaba prestando poca atención a la población de 6 a 18 años, surgió la necesidad de abrir un comedor escolar para atender a 80 menores estudiantes y no estudiantes, entre los que figuraban menores trabajadores o abandonados en la calle.

Al siguiente año, la institución estuvo adscrita a la Institución Educativa Prudencia Daza durante tres años aproximadamente a través de una ayuda de la Alcaldía de Valledupar, la cual fue retirada y hoy en día el Centro Educativo Shalom Paz es completamente privado, hasta quinto de primaria, sin que los niños hagan ningún aporte al colegio.

“En esa ocasión, Iván Villazón y mi madre, tomaron la valiente decisión de crear la Fundación Cristiana para el Trabajo Social, con el objeto de servir a los niños. Ya no era una casa, sino cuatro, incluso la principal se compartía con un billar que hoy día es un salón de clases.

MÁS DE 7.000 NIÑOS ATENDIDOS

Ha sido una labor titánica en silencio, pero muy gratificante. Durante su trayectoria el centro educativo ha atendido a más de 7 mil niños, incluso algunos docentes se formaron en la institución y hoy ofrecen sus conocimientos para levantar las generaciones del futuro.

“Tenemos hijos de recicladores, trabajadoras sexuales, migrantes, niños trabajadores y con entornos familiares difíciles. Todos son iguales y el objetivo es enseñarles a tener temor de Dios, a seguir su Palabra y salir adelante para el bien de la sociedad”, aseguró Clara Molina, quien promete seguir el legado de su madre hasta que Dios lo decida.

En definitiva, las buenas obras se demuestran con el accionar y no con la palabra. El cantante Iván Villazón, homenajeado en el 57 Festival de la Leyenda Vallenata, cumple esta gran labor en silencio, con el corazón en Dios y la meta de formar seres pensantes, creyentes y útiles a la sociedad.

Los niños “siempre será el amor, el remedio para todas las calamidades”, fue el lema de su fundadora Elvin Aponte Molina, quien desde el cielo vigila y hace posible la continuidad de esta gran labor.

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