29 de noviembre
Nacional

Petro envió duro mensaje tras operación que dejó 15 disidentes muertos en el Cauca

En una operación militar contundente contra la insurgencia en Colombia, las Fuerzas Militares lograron un impacto significativo al neutralizar a 15 presuntos integrantes de la facción Carlos Patiño, operando bajo el Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC.

El hecho tuvo lugar el jueves 25 de abril, en El Plateado, una localidad rural de Argelia, en el departamento de Cauca. La intervención representa un golpe significativo contra las operaciones insurgentes en la zona. De acuerdo con los detalles revelados por las autoridades, durante el mismo suceso se reportaron al menos 12 heridos, evidenciando la magnitud de la confrontación.

Por su parte, el presidente Gustavo Petro hizo eco de la operación, enfatizando la seriedad del compromiso con la paz en el país, recalcando que acciones decisivas son necesarias cuando se enfrentan amenazas a la seguridad nacional. En una declaración que resalta la tensión entre el anhelo de paz y la realidad de la guerra en Colombia, Petro puntualizó que “No hay que jugar con la paz”.

El esfuerzo por detener la guerra, según el presidente, exige una aproximación seria a la paz, sobre todo en contextos donde la población civil está en riesgo, por lo que agregó: “Si es guerra es guerra. Detener la guerra implica ser serio con la Paz. El EMC en el Cauca no la ha tenido al matar la población civil”.

De otro lado, el propósito de este operativo no solo fue combatir a la insurgencia sino también mitigar las actividades delictivas como el narcotráfico y la extorsión, que estas facciones perpetran en el área del Cañón del Micay, por lo que el presidente Gustavo Petro concluyó mencionando que “esta es la mayor acción en su contra.

“Una operación militar con blancos perfectamente establecidos”

El enfrentamiento en El Plateado utilizó tecnología militar de alta precisión, intentando minimizar el riesgo a civiles en una zona que ha sido testigo de la crudeza de la guerra. El uso de armamento avanzado, que incluyó cañones y morteros de soporte de largo alcance, demuestra las capacidades con la que el gobierno pretende enfrentar a estos grupos insurgentes. “Es importante precisar que esta arma, que se dispara desde tierra, es una capacidad distintiva de las Fuerzas Militares y cuya precisión milimétrica permite evitar daños colaterales que puedan afectar de manera indirecta a las comunidades a las cuales protegemos”.

Según declaraciones del brigadier General Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, estas medidas resaltan el compromiso de restablecer la paz en áreas afectadas por la violencia y la inestabilidad: “Con el ánimo de poderle causar el mayor número de afectaciones a una guerrilla que insiste, persiste y continúa en el Cañón del Micay generando la ola de violencia”, resaltando que “fue una operación militar con blancos perfectamente establecidos”.

Las secuelas de esta confrontación sugieren un esfuerzo continuo por parte del Gobierno de Colombia y sus instituciones armadas para restaurar la paz y el orden en Cauca, un departamento profundamente afectado por el conflicto armado. Se espera que el despliegue adicional de más de 2.000 militares en departamentos como Cauca, Nariño, y Valle refuerce la presencia gubernamental y contribuya a la estabilidad de estas áreas críticas, aún más considerando que actualmente no existe un cese al fuego con el Estado Mayor Central.

“El despliegue operacional en contra de las disidencias continúa en esa zona del departamento y en las próximas horas llegarán más tropas al área para fortalecer las acciones ofensivas de en contra de las diferentes estructuras criminales del autodenominado Estado Mayor Central”, enfatizaron las Fuerzas Militares. Con Infobae

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