29 de noviembre
Política

Petro acusa al uribismo de llenar de odio a su gente con mentiras y «Fakes»

Al anunciar que «ya habló el odio, ahora que hable el amor», en referencia a las marchas del pasado domingo y las de los sindicatos del próximo primero de mayo, día del trabajo, el presidente Gustavo Petro, fustigó duramente a la oposición representada por el «uribismo», acusándola de estar llenando de odio a su gente «con mentiras y fakes» para «construir el golpe» y tumbarlo de la jefatura del Estado.

«Han sido 13 los y las periodistas agredidos en las marchas del uribismo en todo el país. Ni hablar de los gritos de muerte y las agresiones a quienes consideran «petristas», precisa el mandatario en su cuenta en X, pero añade:

«Abrimos nuestra mano al acuerdo, permitimos su libre expresión, sin gases, ni ojos destruidos, dispuestos a defender incluso a su líder de la justicia internacional, los invitamos a trabajar con nosotros la paz, los invitamos todos los días a discutir los proyectos de ley».

No obstante, advierte que «su respuesta no solo es romper de manera permanente el debate en el Congreso, sino llenar de odio a su gente con mentiras y «Fakes» y comenzar a construir el golpe».

Agrega que «su prensa ha buscado durante ya años la excusa del golpe: los topes electorales. Como si no fueran ellos los que han usado a Odebrecht, a Keralty, al Ñeñe Hernández, al paramilitarismo para elegirse» y puntualiza:

«Una y otra vez inventan los hechos. En eso Barbosa los ayudó al máximo, torturando incluso a mi hijo, violando su habitación donde estaba su mujer desnuda; allanan sindicatos, llegan a afirmar que los dineros de los trabajadores que donan a partidos políticos si son criminales, en cambio los de los dueños de las EPS, o los de los dueños de la prensa, no. Buscan y buscan y no han encontrado un peso».

Además indica que «se han inventado testigos de criptomonedas en hechos hasta risibles como comprar una avioneta cuando no he comprado ni un carro, ni un metro cuadrado de tierra», pero subraya que «una y otra vez se estrellan, pero su objetivo si es claro, buscan la excusa para tumbar al presidente de la república porque defiende a los trabajadores, a los campesinos, a la gente indígena, a las regiones excluídas y al barrio pobre.»

Petro advierte que «estamos viviendo una era interesante, creyeron que el cambio era de mentiras. No les gusta que no vaya a los clubes de los poderosos a vender el erario por migajas» y enfatiza:
«Yo aquí no estaré más allá de agosto del 2026, pero el mandato popular me lleva a no estar ni un día menos. Depues la historia juzgará».

Luego hace referencia a las marchas del domingo y las próximas del día del trabajo: «Ya habló el odio, ahora que hable el amor. Que hable la cultura, sobre la mentira, la grosería y la ignorancia».

Dice además que este 1 de mayo «que sea la gran caminata alegre de la gente que trabaja y estudia, que sueña y hace. En este primero de mayo tampoco habrá gases, ni golpes, ni morira nadie como si sucedía antes. Las y los constructores de la democracia y la paz a la calle».

Y complementa: «Nosotros seguimos con la mano tendida atentos a propuestas concretas que no vayan contra la gente y su dignidad».

Pide que «dejen de gritar mentiras, no le vamos a quitar la pensión a nadie, no le vamos a quitar la EPS a nadie, solo que no vamos a permitir que se roben el dinero».

Expresa igualmente que desde que se nombró nuevo fiscal, una mujer decente, empezó la extrema derecha a desesperar.

«Tanto temor le tienen a las investigaciones judiciales», precisa. «Cuando empezaron los juicios, empezaron las manifestaciones de la violencia. A mi no me da miedo que me investiguen, no me he robado un peso. Los que se llenaron de sangre de jóvenes tienen miedo, nosotros no hemos matado ni mataremos a nadie».

Por eso, puntuealiza, el 1 de mayo no solo tiene que llenarse de paz, de alegría y de justicia. Las marchas del trabajo siempre son marchas de la verdad.

Para termina señala: «Que aun no llegamos a todas partes, que aun las políticas públicas son débiles para construir justicia; profundicémoslas. Es el pueblo el que tiene que guiar al gobierno en muchas partes donde no ha llegado gobierno alguno» y concluye:

«El gobierno del cambio debe ser más profundo y escuchar y dejar que la gente mande». Con RSF

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