Capturados abusadores sexuales que tenían de fachada una academia de baile en Antioquia
En el contexto de la iniciativa “Patrulla País” de la Policía Nacional, se destaca la importancia de la protección constitucional hacia niños y adolescentes, con el propósito de protegerlos contra cualquier forma de criminalidad, abuso o, específicamente, violencia sexual.
Resulta triste informar sobre incidentes de abuso sexual y acceso carnal violento a menores de 14 años, en este caso, niñas, presuntamente a manos de instructores de una academia de baile situada en Rionegro Antioquia. Esta academia, a la que los niños asistían regularmente en grupos de 30 a 40 tras el pago de una mensualidad, se convirtió en el foco de un intenso proceso investigativo.
La alarma se disparó a partir de la observación de una madre, quien notó que su hija tenía un teléfono móvil de alta gama sin explicación aparente de su origen. Este hecho despertó sospechas y condujo a una investigación coordinada con la Fiscalía General de la Nación, resultando en la detención de dos individuos de 23 y 32 años de edad, presuntamente involucrados en el abuso de menores vinculados a esta academia. La investigación abarcó evaluaciones médico legales y psicológicas, fundamentales para que fiscales solicitaran órdenes de captura, que fueron posteriormente aprobadas por jueces.
La noticia resalta cómo actividades aparentemente lúdicas y educativas, ofrecidas en espacios públicos como coliseos y casas de cultura, pueden ocultar riesgos para los menores, confiados por sus padres a estos individuos. Este caso sirve de llamado de atención a los padres para que sean más diligentes y observadores respecto a con quién interactúan sus hijos, atentos a cambios en comportamiento, posesiones inusuales o señales de alerta que podrían indicar situaciones de riesgo para los adolescentes.
Identificar cuando un niño está siendo sometido a abusos físicos o sexuales es crucial para poder intervenir y proteger su bienestar. Aunque no todos los niños muestran signos visibles, existen ciertas señales de advertencia que pueden indicar que un menor está siendo víctima de abuso. Es importante subrayar que la presencia de uno o más de estos indicadores no confirma necesariamente que haya abuso, pero sí justifica una mayor atención y, si es necesario, la búsqueda de ayuda profesional.
Para abuso físico:
Lesiones físicas inexplicadas o frecuentes: Moretones, quemaduras, cortes o fracturas en el cuerpo del niño que no tienen una explicación clara o cuya explicación parece poco plausible.
Comportamiento temeroso: El niño puede mostrar miedo excesivo a ciertas personas, lugares o situaciones. Puede reaccionar de manera exagerada a movimientos bruscos o sonidos altos.
Cambios en el comportamiento o rendimiento escolar: Un niño que sufre abuso puede volverse más retraído, agresivo o puede tener problemas de concentración y un descenso en su rendimiento escolar.
Evitación de ir a casa: El menor puede intentar quedarse en la escuela por más tiempo, visitar frecuentemente a amigos, o elaborar excusas para no regresar a su hogar.
Desarrollo de conductas autodestructivas: Como morderse, golpearse a sí mismo, o un uso indebido de sustancias.
Para abuso sexual:
- Conocimiento o comportamiento sexual inapropiado para su edad: Esto puede incluir un conocimiento precoz sobre temas sexuales o la demostración de comportamientos sexuales explícitos.
- Dificultades físicas relacionadas con el área genital: Tales como dolor, picazón, infecciones o sangrado en los genitales o el área anal.
- Cambios repentinos en el comportamiento: Esto puede manifestarse como retracción social, agresión sin justificación, miedo irracional a ciertas personas o situaciones, o regresión a comportamientos infantiles previamente superados como el bed-wetting (mojar la cama).
- Reluctancia o rechazo a cambiar de ropa o participar en actividades físicas: El niño puede evitar situaciones en las que necesite mostrarse desvestido o participar en actividades deportivas.
- Regalos o dinero ofrecidos por un adulto sin explicación adecuada: Esto puede ser un indicativo de que un adulto está intentando ganarse la confianza del menor con fines abusivos.
Es fundamental que los adultos estén atentos a estas señales y actúen de manera responsable al percibir cualquier indicio de abuso. Esto implica comunicarse con el niño con sensibilidad y sin presionar, manteniendo un ambiente seguro y de apoyo para él. Además, es esencial reportar las sospechas a las autoridades competentes o servicios de protección infantil, quienes están capacitados para evaluar la situación y tomar las medidas necesarias para proteger al menor. Con Infobae