22 de noviembre
Nacional

Más de 100.000 migrantes han cruzado la frontera entre Colombia y Panamá

No cesa la crisis humanitaria por la migración irregular hacia Norteamérica a través de la inclemente ruta de la selva del Darién entre Colombia y Panamá, donde de acuerdo con cifras que entregó el domingo 24 de marzo el Gobierno del país hermano, más de 100.000 personas han cruzado la frontera natural entre las dos naciones en este primer trimestre del año, cifra que es equivalente a la registrada entre enero y abril de 2023.

El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, destacó en un video publicaron en la red social X que: “Ya sobrepasamos las 101.000 personas que han transitado (por la inhóspita frontera)”.

Las cifras oficiales evidencian que la mayoría de los migrantes que han cruzado esa selva son venezolanos, seguidos de ecuatorianos y haitianos.

El aumento de migrantes por el Darién en su trayecto hacia EE.UU. o Canadá en busca de mejores condiciones de vida ha sido progresivo desde 2021, llegando a la cifra récord de más de 520.000 en 2023, el doble que el año anterior, y se espera un aumento de hasta un 20 % para este año.

Precisamente, en la Defensoría del Pueblo de Colombia señalaron en un informe que publicaron a inicios de este año que de ese medio millón de viajeros irregulares “406.905 fueron adultos y 113.180, niñas, niños y adolescentes”.

“Tráfico de migrantes y posible trata de personas, robo de pertenencias y dinero, extorsiones, violencia sexual, uso y utilización por parte de grupos armados ilegales, reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes, homicidios, entre otros, es lo que tienen que padecer tanto adultos como menores de edad, todos susceptibles a la condición de refugio y con necesidad de protección internacional, en su paso desafiante por la espesa selva fronteriza”, advirtieron en esa ocasión desde la entidad gubernamental que vela por los Derechos Humanos en el país.

Debido a los peligros naturales del Darién y la presencia de grupos armados, los migrantes han buscado otras rutas como la del Caribe, donde en febrero pasado murieron 5 migrantes afganos después de que su embarcación naufragara en el Caribe panameño cerca de la frontera con Colombia. En noviembre de 2023, las fuerzas de seguridad panameñas rescataron a 11 migrantes chinos abandonados en un bote en el Caribe.

Incluso a inicios de este mes, la Armada Nacional de Colombia rescató a otros 17 migrantes que navegaban de forma irregular en aguas cercanas al archipiélago de San Andrés y Providencia, que, al parecer, se dirigían hacia Centroamérica.

Según informaron en esa ocasión en la fuerza militar, esa fue la primera operación de ese tipo que realizó en el territorio insular en lo que va del año.

Pero en Panamá, además, registran a los migrantes al llegar a las poblaciones indígenas en la salida de la selva o en los centros de recepción migratoria (albergues) donde se les brinda refugio y alimentos, para luego coordinar su traslado en autobuses hasta Costa Rica, siendo ellos mismos responsables de cubrir los costos.

Aunque las autoridades del país centroamericano han intensificado su discurso respecto al tránsito de migrantes por la selva, señalando que es un “negocio” del crimen organizado, la suspensión de atención médica y humanitaria por parte de Médicos Sin Fronteras (MSF) desde el pasado 4 de marzo, por orden del Gobierno panameño, generó controversia al acusar a la organización de enviar informes “incompletos” sobre migrantes víctimas de violencia sexual durante su travesía por la selva y de obstaculizar el trabajo de las instituciones judiciales y sanitarias al no proporcionar información necesaria sobre las presuntas víctimas de violencia sexual entre los migrantes.

(Con información de EFE)

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