22 de noviembre
Opinión

Quien Persevera …

“Un propósito noble inspira sacrificio, estimula la innovación y anima la perseverancia.”
Gary Hamel


 

En algunas situaciones he sentido que no puedo más, he experimentado esa sensación de “tirar la toalla”, al igual que el boxeador que ya no aguanta más golpes de su contrincante. Cuando todo parece imposible, cuando el enojo, la impotencia, la frustración no me permiten ver allende a las trabas o dificultades …Dios me habla en esos momentos; una voz interior me dice: —Tranquilo Carlos, tu puedes. Tranquilo … respira, respira profundo y pausadamente, medita, suelta la tensión. Ten calma, siempre hay una salida cuando se mira con inteligencia. Tu puedes. — Después, un poco más sereno y consciente del epígrafe, me digo a mí mismo: —Proseguiré Esforzándome en mi Resultado Significativo, Entusiastamente Visionado. Estoy Resuelto en Actuar Nuevamente con Coraje, Inteligencia y Amor.

Al observar las palabras claves de mi autodeterminación, surge el siguiente acróstico:

Proseguiré
Esforzándome en mi
Resultado
Significativo
Entusiastamente
Visionado
Estoy
Resuelto en
Actuar
Nuevamente con
Coraje
Inteligencia y
Amor

Si, al proseguir o continuar esforzándonos en lograr los resultados esperados denotamos persistencia. Por tanto, la perseverancia es la determinación para nunca darse por vencido y persistir frente a las adversidades, utilizando nuevos métodos con coraje, inteligencia y amor. Como explican los doctores Fox en su libro ¡Despierta, estás vivo! Una receta médica para vivir más sano a través del pensamiento positivo, la perseverancia es la quinta y última virtud cardinal necesaria para lograr salud, éxito y felicidad; pero clarifican que el hecho de ser la quinta virtud cardinal considerada por ellos no significa que sea la menos importante, sino que la comparten en quinto término porque ésta (la perseverancia) es un arte que exige dominar con maestría las primeras cuatro virtudes. En consecuencia, los doctores Fox precisan:

  • Primero, perseverancia es creer. Para perseverar debes creer en ti mismo. Debes tener la inconmovible convicción de que mereces triunfar.
  • Segundo, la perseverancia es amor propio. Para perseverar debes tener la autoconfianza (el amor propio) necesario para soportar cualquier cantidad de derrotas y reveses. Debes saber que eres una persona valiosa a pesar de la ausencia temporal del éxito.
  • Tercero, la perseverancia es perdón. Para perseverar debes perdonarte a ti mismo por tus fracasos momentáneos en alcanzar la meta, y perdonar la incapacidad de otros en entender que deberían estar ayudándote. Perdónalos incondicionalmente por rechazarte.
  • Finalmente, la perseverancia es entusiasmo, pues éste es esencial para la perseverancia. Debes tener suministros de entusiasmo para entregarte de todo corazón a la tarea una vez más, sin importar cuantas veces te evada el éxito.

En el 2009 la revista Frontera Libre publicó mi escrito Resiste y persiste, y posteriormente fue publicado por la revista Contacto (2016), en donde invito al lector a jamás darse por vencido y a desarrollar la persistencia para alcanzar el éxito. Hoy tengo un mayor nivel de conciencia al respecto y se hace obvio lo que enfatizan los doctores Fox: “Cuando pones todo junto, confianza, amor propio, perdón y entusiasmo, obtienes perseverancia. Tienes el valor, la determinación y la paciencia para nunca rendirte.”

Es menester tener presente que la obstinación o la terquedad no es perseverancia, pues podemos probar y probar, y probar otra vez, y seguiremos fallando a menos que combinemos la persistencia con la experimentación, es decir, algunas veces es necesario hacer altos en el camino y revisar qué tanto avanzamos en pro de aprender y sacar lecciones de lo avanzado, sin considerar si el avance es poco o no se ha tenido avance, si no por el contrario retrocesos. Por ello, una persona con perseverancia tiene la confianza en sí mismo para activar su fe positiva y sentir que lo puede lograr fortalecido por el aún creo, como lo expliqué en mi escrito Confiar en sí mismo fortalece el Entusiasmo. Es decir, quien es perseverante piensa y siente que lo que anhela es posible.

Obviamente una persona con perseverancia, por su alta autoimagen, se esfuerza por ampliar su zona de bienestar (véase mi escrito El Amor, el Mandamiento más Importante) y con amor supera toda dificultad. Además, una persona con perseverancia perdona y se autoperdona (columna de la semana anterior La Magia sanadora del perdón) para soltar cargas innecesarias o paradigmas limitantes y experimentar de nuevo. Por todo lo anterior, una persona con perseverancia es entusiasta (le invito a leer Entusiasmo, punto de partida para lograr una transformación en salud, éxito y felicidad), lo que le permite tener a Dios dentro de sí y superar todo temor.

Hay circunstancias que hacen a una persona flaquear, y esto es entendible. En estos casos lo más fácil es darse por vencido y dejar todo atrás; no obstante, es la peor decisión. Para mi pudo ser mucho más sencillo dejar de insistir en superar mi tartamudez; pero Ese Algo me impulsó a buscar opciones y lograr ser un orador con una fluidez verbal sin denotar secuelas de la disfemia que tuve durante mi infancia, adolescencia y juventud. Con lectura de biografía de los grandes personajes de la humanidad, empecé a emular a varios de estos hasta desarrollar una personalidad triunfadora y profesar estas cinco virtudes cardinales arriba aludidas.

La vida me ha enseñado que jamás debemos rendirnos, por el contrario, siempre debemos ser persistentes, insistir e insistir hasta lograr el éxito. El ejemplo más evidente del mundo es la perseverancia de Abraham Lincoln, de quien se registra su historia de fracaso en fracaso hasta…. llegar a presidente de EE.UU. en 1860 (cuando tenía 51 años de edad), compartida en el libro Breves historias inspiradoras para emprendedores y líderes del siglo XXI por Jesús A. Lacoste:

  • 7 años – Tuvo que empezar a trabajar para ayudar al sostenimiento de su familia después que tuvieron que abandonar su casa.
  • 9 años – Su madre murió.
  • 22 años – Fracasó en sus negocios.
  • 23 años – Fue derrotado en las elecciones de Legislador. No pudo entrar a la Facultad de Derecho.
  • 24 años – Se declaró en bancarrota y pasó 17 años pagando deudas a sus amigos.
  • 25 años – Fue derrotado nuevamente en las elecciones de Legislador.
  • 26 años – Cuando estaba a punto de casarse, su novia falleció y quedó con el corazón destrozado.
  • 27 años – Tuvo una crisis nerviosa y pasó 6 meses en cama.
  • 29 años – Fue derrotado en las elecciones para Representante del Estado.
  • 31 años – No pudo formar parte del Colegio Electoral.
  • 34 años – Derrotado en las Elecciones al Congreso.
  • 37 años – Derrotado nuevamente en las Elecciones al Congreso.
  • 39 años – Derrotado por tercera vez en las Elecciones al Congreso.
  • 40 años – No fue aceptado para un trabajo como alto funcionario de su Estado.
  • 45 años – Derrotado en las Elecciones para el Senado.
  • 47 años – Derrotado en las Elecciones del Partido Republicano para candidato a Vicepresidente del País. (Obtuvo menos de 100 votos.)
  • 49 años – Derrotado nuevamente en las Elecciones para el Senado.
  • 51 años – Abraham Lincoln es ELEGIDO PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.

Según Jesús A. Lacoste, Abraham Lincoln solía decir: “No le temas al fracaso, que no te hará más débil, sino más fuerte.” Por ello, te invito a que hagas un reto ante una dificultad que tengas; y repítete a ti mismo que puedes lograrlo. Haz lo que se deba hacer, seguramente sabes cómo hacerlo; pero si no, inténtalo, una y otra vez hasta encontrar la forma más practica de llevarlo a cabo.

Si tienes duda en cómo avanzar, te invito a escuchar mañana, mediodía y noche el tercer pergamino del vendedor más grande del mundo: Persistiré hasta alcanzar el éxito. Estoy seguro de que, al igual que a mí, se filtrará en tu subconsciente estas palabras: “De aquí en adelante consideraré el esfuerzo de cada día como un golpe de la hoja del hacha contra un poderoso roble. El primer golpe quizá ni cause temblor en el árbol, ni el segundo ni el tercero. Cada golpe en sí mismo quizá sea insignificante y al parecer sin consecuencia. Y sin embargo como resultado de golpes endebles, el roble finalmente se tumbará. Y así será con mis esfuerzos de hoy. […] Mientras haya hálito en mí, persistiré. Porque ahora sé uno de los grandes principios del éxito; si persisto lo suficiente alcanzaré la victoria. Persistiré, alcanzaré la victoria.

Quienes prefieren algo más simple, les invito a leer, una y otra vez, la afirmación que comparte los doctores Fox: “¡No estoy haciendo un intento más: estoy haciendo diez mil intentos más! La confianza es mi mayor espada, el entusiasmo es mi poderosa lanza, el perdón es mi escudo y el amor propio mi impenetrable armadura. ¡Invenciblemente armado, alcanzaré mis metas!

Si anhelamos un mundo con mayor bienestar social y equidad, se requiere de un ejército de gente persistente. Quien persevera alcanza. Te invito a desarrollar la perseverancia para que tu y yo, y muchos, contribuyamos con la construcción de un mundo mejor.

Por: Carlos Rafael Melo Freyle

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