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Así vivieron los vallenatos el inicio de la Cuaresma

Fieles a la religión católica en Valledupar, no dejaron pasar por alto el significado del Miércoles de Ceniza, el inicio de la Cuaresma, para acudir a los templos a recibir el sagrado polvo.

Con la primera luz del día, los vallenatos iniciaron el tiempo de preparación y reflexión hacia la Semana Mayor, para recibir la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Las distintas iglesias de la Diócesis de Valledupar cumplieron con su programación ofreciendo varias eucaristías en el día y manteniendo las puertas de los templos abiertas para que la ciudadanía acudiera en busca de la ceniza.

Aunque en horas de la mañana algunas iglesias no celebraron la misa por razones de seguridad, durante el día los fieles acudieron religiosamente a cumplir con la programación en cada templo religioso.

El padre Doriam Rocha, explicó que la ceniza es el signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: «Dios formó al hombre con polvo de la tierra» (Génesis 2.7); «hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho» (Génesis 3.19).

En las distintas parroquias de la capital vallenata, se realizaron varias misas en horas de la mañana y tarde para llegar a la mayor cantidad de fieles que cumplen con sus penitencias previo a la Semana Mayor. También fue llevada a los colegios, centros de salud y espacios públicos.

HÁBITO PENITENCIAL

La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. Por aquel entonces, las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.

La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.

La ceniza recuerda la necesidad de la misericordia de Dios. Su función está descrita en un importante documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, más precisamente en el artículo 125 del «Directorio sobre la piedad popular y la liturgia»: “El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios.

Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”, dice el documento.

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