30 de octubre , 2024
Opinión

Un Eterno Espíritu de Navidad

En una oportunidad se acerca un comerciante a un consultor para que le orientará en cómo mantener el nivel de sus ventas durante el año.

Al revisar los estados financieros de los últimos cinco años, se evidenciaba que en algunos meses del año las ventas subían y en otros las ventas bajaban.

Ante este comportamiento cíclico, el consultor le preguntó al comerciante: —¿Implementa usted algunas estrategias comerciales en los meses de ventas altas?

—Si, claro. — Contestó el comerciante. —Defino una campaña publicitaria para promover los productos de la empresa y defino promociones de ventas. —Concluyó.

Entonces el consultor le replicó: —Ok, ¿y por qué no define una estrategia de mercadeo durante todo el año, considerando los ciclos económicos de la ciudad? Por ejemplo: diversificación de bienes y servicios, descuentos por fidelidad, puntos por volumen de compras redimibles en compras posteriores, entre otras.


El comerciante diseño un plan estratégico de mercadeo con varias iniciativas orientadas por el consultor, que implicaban campaña publicitaria durante todo el año, y sus ventas crecieron en los meses, de supuestas bajas demandas, y aumentaron significativamente en los meses de mayor demanda.

Esta historia nos pone de presente que no podemos esperar que la vida pase y lleguen el momento especial para actuar. Entonces, ¿por qué esperar la época de navidad para adoptar un espíritu de reconciliación y de generosidad para con otras personas? Recordemos que toda persona tiene el poder de elegir, y elige como aceptar las diversas circunstancias que en la vida se le presentan. Decide como han de ser sus reacciones, si va a aceptar sus oportunidades y cómo llevarlas a cabo.

Con base a lo anterior e inspirado en el artículo web Siete maneras de sentir el espíritu de la Navidad, escrito Por Charlotte Larcabal, reflexioné en lo importante que sería mantener un eterno espíritu de navidad. Al respecto, Larcabal nos comparte la definición de David Oman MacKay: “El espíritu de la Navidad es el espíritu de Cristo que ilumina nuestro corazón con amor fraternal y amistad, y que nos inspira a rendir actos bondadosos de servicio.”; así como la forma de cómo perpetuarlo, considerando lo expresado por Bonnie L. Oscarson “La manera de aumentar el espíritu de Navidad es tender la mano generosamente a los que nos rodean y dar de nosotros mismos.”

Ciertamente mucha gente es desconfiada, resentida y tosca, son intolerantes y oscas que explotan por cosas irrelevantes. Tales individuos generan conflictos por doquier y se convierten en seres tóxicos, con quienes nadie quiere compartir. Pero también he visto que algunas personas con frecuencia irradian alegría. Éstas, por ejemplo, cuando viajan en bus o en avión se acomodan y sonríen a su vecino, e irradian su bondad; hacen a los otros felices, se juntan a la conciencia del bien y penetran en el espíritu de la ocasión. Estos seres humanos siempre salen con algo bueno; están abiertas para que el bien fluya de ellas y para recibirlo. Que diferente sería el mundo si la gente hace que cada persona que encuentre sea feliz.  Estos sentimientos de compasión y misericordia a nuestros semejantes es a lo que nos invita la navidad, ¿Por qué hacer un esfuerzo para cambiar en esta fecha, cuando se puede vivir el espíritu de la navidad en todo momento?

Para esto, dos cosas debemos siempre recordar: pensar en dar y confiar en recibir. Toda persona que tú encuentres tiene algo bueno para ti y tú algo bueno para ella. Procura dar y espera recibir. La otra persona quizás no acepte lo que tienes para ella; puede no comprender las posibilidades de un cambio, pero eso no impide el que tú esperes su bien y lo obtendrás esperándolo y teniendo la actitud de darlo. Y tal como lo expresa Larcabal: “Eso lo podemos hacer cada día, mediante la palabra y los hechos. Que esto se convierta en nuestra tradición (diaria, y no solo) navideña, no importa dónde estemos: que seamos un poco más amables, más indulgentes, menos críticos, más agradecidos y más generosos al compartir nuestra abundancia con los necesitados.” (ibid. Lo escrito en paréntesis es propio)

Siempre he tenido un corazón misericordioso, por ello me identifiqué de inmediato con el himno de la JCI Colombia, que inicia con estas frases fraternas en su coro: “Porque no tenemos grados ni color, Porque perdonamos y damos amor. Démonos la mano, alcemos la voz; cantemos alegres con esta canción.”; e invita a sacar sentimientos negativos en su primera estrofa: “Fuera las envidias, fuera los rencores. Fuera los recelos, fuera los temores. Somos todos Júnior de ideales nobles. Que unidos marchamos hacia un mismo norte.” Y cuan cierta esta estrofa: “El que está a tu lado puede ser tu amigo. Basta una sonrisa plena de amistad. No imagines nada, avanza y no temas. Pues con timidez no hay sinceridad.”

Si queremos hacer perenne el espíritu de navidad, es menester dedicar cada día a limpiar nuestro corazón de sentimiento de enviadas y recelos para que en éste (nuestro corazón) se dé el milagro de la natividad y nos llene de energías positivas. Abramos las puertas y ventanas de nuestra mente para que entre luz y aire nuevos de pensamientos positivos, extinguiendo la luz de la negatividad y ralentizando los vientos de la escases y de la enfermedad. Para iniciar este ritual, debes escribir los deseos que tienes con respecto al bienestar propio como de familiares y amigos, sintiendo lo de éstos como tus propios anhelos. Haz que tu vida se llene de solidaridad y generosidad extendiendo tu mano de apoyo para levantar a quien lo necesite o expresar la palabra de aliento al desesperanzado.

Te invito renovarte cada día, reflexionando con base a esta estrofa del credo junior: “Deja tus problemas por unos momentos; y acepta al amigo que viene a tu lado. Tiéndele los brazos, sinceros y abiertos; y veras que el mundo se hace más humano.” Ten presente que elegimos vivir para disfrutar de esta maravillosa experiencia denominada vida. Estamos llamados a aprender, a servir y a trascender. Y cuando servimos altruistamente somos mejor servidos por los demás. Hazte las siguientes preguntas: ¿Cómo puedo ejecutar la tarea que tengo ante mí, del mejor modo que la haya alguna vez hecho? ¿Cómo puedo hacer a alguien feliz?

He comprobado que cuando hago a alguien feliz, se intensifica mi propia felicidad. Por ello cada día propendo en servir con amor. Siempre busco que toda persona que encuentre en el día de hoy será una persona mejor porque yo le inspiraré más confianza, fe, libertad y felicidad, porque he aprendido a mantener un eterno espíritu de la navidad.

Invito a los lectores de mis escritos de este 2023 a vivir también un eterno espíritu de navidad. Te deseo una feliz fiesta de año nuevo en familia y te auguro un venturoso 2024. En el 2024 iniciaremos con una transfusión espiritual, para que todos tengamos un año lleno de retos y oportunidades a partir de escribir nuevos guiones que nos permita elevar la conciencia y comprender nuestra verdadera esencia divina. Que tengamos un cambio progresivo y positivo para que juntos contribuyamos con la construcción de un mundo mejor, con mayor prosperidad, abundancia y paz, con más personas sanas, exitosas y felices.

Un comentario en «Un Eterno Espíritu de Navidad»

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