Cómo superar el Fracaso y lograr el Éxito
“Los grandes creadores fracasan muchas veces antes de triunfar.”
Andrés Oppenheimer Libro Crear o Morir.
La innovación es el camino para sacar a los países subdesarrollados de tantas pobrezas, tal como lo esboza Andrés Oppenheimer en su Libro Crear o Morir. La esperanza de América Latina y las cinco claves de la innovación. Si bien el autor plantea opciones a implementar por los gobiernos en materia de I+D+i, toda vez que en las naciones con retrasos tecnológicos urge contar con políticas públicas al respecto, es menester comprender que el bienestar humano sólo podrá garantizarse a partir del deseo personal de quererlo y de manera individual superar el fracaso que ineludiblemente conduce al éxito.
Es importante tener presente que el fracaso hace parte del camino del éxito como lecciones aprendidas que nos ayudan a crecer y trascender. John Keats lo explica de la siguiente manera: “En cierto sentido, el fracaso es el camino al éxito, dado que cada descubrimiento de lo que es falso nos lleva a buscar con ansia lo que es verdadero, y cada nueva experiencia nos señala alguna forma de error que más adelante evitaremos con sumo cuidado.”
Aun cuando parezca absurdo, pero, como expresara Louis Binstock, “Con mucha frecuencia somos nuestro peor enemigo, cuando tontamente erigimos obstáculos a lo largo de la senda conducente al éxito y a la felicidad.” Por ello es esencial que toda persona que anhela el éxito aplique a su vida la lección 5: Cómo vencer las diez causas más comunes del fracaso, compartida por Og Mandino en el libro La universidad del éxito, en donde invita al lector a abordar el fracaso considerando las reacciones cotidianas de las personas para eliminar los obstáculos más reacios que se erigen en la senda hacia el verdadero éxito. Veamos estas causas que conducen al fracaso, para que usted, estimado lector, las supere y, consecuencia, avance hacia al logro de su éxito.
- El primer obstáculo es el viejo truco de culpar a los demás. Quienes no han comprendido que somos seres creados a imagen y semejanza de Dios, tienden a buscar los temores y fracasos fuera de ellas mismas. Estas personas muy rara vez buscan en su interior, preguntándose: ¿qué cosa en mi es responsable de esto? Aprender que somos los creadores de nuestra propia realidad (véase mi escrito con este título en la Revista Contacto, 2018), es el primer paso para superar el fracaso, adoptando una actitud resiliente y decidida a hacer los cambios necesarios para lograr el éxito.
- El segundo obstáculo es el contrario del primero; la pronta tendencia a culparnos a nosotros mismos, por lo menos en privado: ¿Por qué fui tan tonto?, ¿Por qué siempre tengo que meter la pata?, ¿Por qué siempre tengo que decir algo indebido?, ¿Qué torpe fui? Estas palabras nos paralizan, y afectan nuestra autoestima y confianza en sí mismo, lo que nos quita coraje y energía. La excesiva autocensura abre la puerta a los sentimientos de culpabilidad. Debemos ser impecables con nuestras palabras, no podemos dañarnos a sí mismo. Si algo salió mal, reflexiona de la siguiente manera: Ahora no resultó, ¿cómo puedo hacer que funcione?
- El tercer obstáculo es no tener ninguna meta: La mente es como la tierra, si no plantas semillas productivas, crece la maleza. Por ello es esencial definirse metas, pues este es el principal requisito para el éxito, saber qué quieres de la vida. Una persona debe saber hacia dónde quiere ir, si es que quiere llegar a alguna parte. Define tu meta para cambiar el rumbo de tu vida y no ir a la deriva.
- Pero es necesario tener cuidado, un cuarto obstáculo es la elección de metas equivocadas: Debe ser muy triste para una persona que después de años de lucha por un objetivo y lograrlo con esfuerzo no sienta felicidad. Es menester definir un propósito superior que nos inspire, y cuyo esfuerzo de realización nos llene de satisfacción. Es importante aprender cómo definir metas significativas para nuestra vida.
- Un quinto obstáculo es el atajo: La mayoría de la gente espera cosas sin hacer esfuerzo alguno. Estás personas sueñan con encontrar la lámpara de Aladino, frotarla y lograr su tres anhelados deseos; o estar frente a una caverna y expresar el “Ábrete sésamo” para acceder a las joyas más deseadas. No, el éxito significativo demanda esfuerzo, compromiso, disciplina y dedicación
- El sexto obstáculo es exactamente opuesto al quinto; la senda más larga: Mucha gente está convencida de que la receta del éxito tiene una aplicación estándar, pero ésta depende de las circunstancias y de las oportunidades. En antaño nuestros papás soñaban con una pensión después de 25 años de trabajo; en la actualidad los empleos estables han desaparecido, pero surgido nuevos modelos de servicios personales para lograr una pensión significativa en 3 o 5 años de trabajo.
- El séptimo obstáculo es desatender las pequeñas cosas: Cuando emprendamos algo debemos hacerlo bien desde el principio, con el mayor amor y laboriosidad. Debemos valorar y apreciar los detalles y ocuparnos de ellos. El valor de las pequeñas cosas es fundamental para el éxito.
- El octavo obstáculo es desistir demasiado pronto: Mucha gente se da por vencida en el intento de lograr sus metas, pues se requiere mucha voluntad para resistir y persistir. Te invito a leer mi escrito Resiste y persiste (Revista Frontera Libre, 2009 – Revista Contacto, 2016) en donde exhorto al lector a ser resiliente ante las dificultades y persistentes para el logro de sus metas.
- El noveno obstáculo es el peso del pasado: “Los recuerdos del pasado pueden infundirnos valor, confianza y fuerza creativa; o bien puede atarnos a una oscura nube de depresión y derrota”, explica Binstock. Por ello, utiliza de manera ecléctica tu pasado, tomando sólo lo mejor como lecciones aprendidas.
- El décimo obstáculo es la ilusión del éxito: Louis Binstock cierra la lección 5 compartida por Og Mandino con lo siguiente: Talleyrand comentó en una ocasión <Un hombre puede hacer cualquier cosa con su espada, excepto sentarse sobre ella>. Sucede lo mismo con el éxito.” No podemos engañarnos con éxitos falsos o falaces. Hemos sido testigos de narcotraficantes que han sucumbido después de derrochar grandes fortunas. El éxito auténtico siempre va en consonancia con el bienestar colectivo.
Tengamos presente lo expresado por Vivek Wadhwa, el entonces vicepresidente de innovación e investigación de Singularity University, a Andrés Oppenheimer: “El secreto de Silicon Valley no tiene nada que ver con el gobierno, ni con los incentivos económicos, ni con los parques tecnológicos, ni con parques científicos, ni con nada de eso, que es perdedera de dinero que no sirve para nada. El secreto es el tipo de gente que se concentra aquí.” La actitud de la gente hace la diferencia para sobreponerse del fracaso y avanzar persistentemente hacia el éxito, con resiliencia, con estoicismo.
Si, la filosofía estoica es de gran utilidad para nuestra vida cotidiana, toda vez que, como lo esboza José Manuel García González en libro “Sea feliz… estoicamente. Meditaciones y actividades de filosofía estoica para la vida cotidiana”, hoy, “Enfrentamos una época de grandes dificultades y cambios constantes. Nuestras maneras de vivir se ven alteradas por factores externos, por nuevas maneras de organizar el tiempo y el trabajo, por el ritmo de vida que llevamos.”
El estoicismo es una escuela filosófica fundada por Zenón de Citio en el año 301 a.C., que propone el autocontrol y el dominio de las pasiones y deseos como un medio para alcanzar la ataraxia, entendida como la serenidad o tranquilidad del ánimo. Por ello, ante la reflexión del epígrafe, resulta muy valioso adoptar una vida estoica para superar el fracaso y lograr el éxito.
Por: Carlos Rafael Melo Freyle