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El general Rojas reveló que le habrían tendido una trampa para sacarlo del Ejército

El 26 de septiembre del presente año estalló un escándalo en contra del general del Ejército Jhon Jairo Rojas. En un comunicado, la Fiscalía informó sobre la apertura de una investigación sobre graves delitos cometidos presuntamente por un general del Ejército. En su momento, el ente investigador hizo público que un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia abrió indagación por presuntos actos delictivos en los cuales habría incurrido el brigadier general John Jairo Rojas Gómez cuando se desempeñó como comandante del Comando Conjunto n.° 2 Suboccidente del Ejército.

“El uniformado es señalado de presuntas actividades irregulares de carácter operacional, administrativo y personal. En ese sentido, se adelantan tres líneas de acción, la primera estaría relacionada con actos de corrupción en el ejercicio de su cargo en Argelia (Cauca), donde habría tenido nexos con la estructura Diomer Cortés de la Segunda Marquetalia”, sentenció la entidad.

Se dijo que el general pudo incurrir en favorecimiento a organizaciones criminales. “De acuerdo con el material probatorio, el uniformado habría permitido que se desarrollaran corredores de movilidad y operaciones de narcotráfico en el Cauca. Sus presuntas acciones delictivas habrían afectado el trabajo de las autoridades en la lucha contra grupos ilegales”, detalla el texto. Agrega que también sería investigando por un presunto “acoso sexual del que habrían sido víctimas varias oficiales del Ejército”.

El escándalo se conoció ya que el general Rojas estaba en la lista de ascenso del Ejército y podría haberse convertido en agregado militar en Bélgica; no obstante, su nombre desapareció de la lista y luego algunos uniformados empezaron a cuestionar su labor como comandante en Cauca, luego de esto Colombia se enteró que se llevaba a cabo una investigación en contra del uniformado.

Sin embargo, las circunstancias en que ocurrieron los hechos dejaron más dudas que certezas pues para Rojas era inverosímil pensar que de un día para el otro pasó de ser héroe a villano. En ese momento Rojas indicó:

“Cómo es posible que yo sea el que llevó las tropas y yo soy ahora el malo, el bandido, no tengo nexos con las disidencias de las Farc. La estructura Diomer Cortés estaba en el Cañón del Micay y allá se atacó, es testigo el alcalde de Argelia, el personero de cómo llevé las tropas donde no existían. Yo soy un general que envié batallones y adelanté las operaciones, niego los nexos con la Segunda Marquetalia, yo los combatí, eso está registrado, soy el de los mayores resultados en la historia en el Cauca que lo miren, son 50 cabecillas neutralizados (…) Tres años en el Cauca, no hay ninguna queja, no tengo denuncias, y ahora tengo que revisar que le llegó a la Fiscalía, ponerme a disposición de la Fiscalía y alistar mis pruebas y mis documentos para ver qué es lo que está pasando y saber quién es el que denuncia”.

En medio del proceso de investigación, la revista Semana reveló una entrevista exclusiva con el teniente Fredy David Acuña Picón y otra con el general Rojas. En la entrevista con Acuña Picón este le asegura a Semana que » Para mí es un montaje. Yo participé”. Además, Acuña asegura que ya habló con Rojas y le contó toda la verdad.

Por otra parte, indica que decidió hablar porque cree en el karma, razón por la cual le contó todo al ministro de Defensa, Iván Velásquez, y este lo está protegiendo y por eso está hoy trabajando en el Ministerio de Defensa. Continuando con la indagación, Vicky Dávila le pregunta al uniformado acuña cuál es la labor que desempeña el coronel Camilo Osorio, “él llega en diciembre con el apodo de Baltazar o sayayin, allí comienzan los malos tratos (…) después en febrero de este año. Me presenta una fuente en Bogotá, en Titán Plaza. Esa fuente dice que es excombatiente de las Farc y me habla de la información de un señor general en el Cauca, del general Rojas. Dice que la estructura le estaba pagando, que estaba recibiendo dineros, que esa estructura le había comprado una casa de 3.000 millones de pesos. Me argumenta una serie de inconsistencias, de nexos del general, tanto con el narcotráfico como con los grupos al margen de la ley”.

Según Acuña, toda la información iba en contra de Rojas; no obstante, solicitó a la fuente una descripción física del general y este “me lo describió como una persona bajita, de cabello aindiado y zarco. Nosotros verificamos y la descripción no correspondía”, además la fuente no fue sometida a polígrafo.

Luego de ver tantas inconsistencias, Acuña decide denunciar lo que estaba pasando; sin embargo, Osorio lo manda a Tumaco y le dice “ahora si va a saber lo que el verdadero Ejército”. Según contó Acuña a Semana, en Tumaco lo pusieron a patrullar y empezó una persecución en su contra y lo acusaron de indisciplinado. Cuando estalla el escándalo en contra de Rojas, Acuña lo llama y le pide perdón. “Yo estaba muy desesperado, esa noche pensé en suicidarme. Porque el sistema me entrenó, me capacitó y me empezó a perseguir”.

Acuña logra hablar con el ministro de Defensa, quien lo traslada a Bogotá. Una vez en la capital, pensó que lo iban a matar; sin embargo, se estaba buscando una forma de protegerlo, pero según dice Acuña teme por lo que le pueda pasar a él y a su familia. Con ese testimonio se caen las pruebas que se tenían en contra de Rojas, quien solicitó a la Fiscalía que se investigue a profundidad lo que ocurrió y quien está seguro de que le tendieron una trampa. Con Infobae

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