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El maltrato a los periodistas locales fue el ‘lunar negro’ en el lanzamiento del Silvestre

Silvestre Dangond siempre ha reflejado su esencia costeña, incluso en sus más grandes proyectos que traspasan fronteras y que lo han hecho referente en el folclor vallenato.

Su amigable cualidad y apego a sus coterráneos, lo han hecho único y entre jocosidades y atenciones siempre fue el mejor, si, fue en tiempo pasado, que por las personas que lo rodean difícilmente volverá adoptar.

Y así quedó reflejado en su más reciente lanzamiento de su trabajo discográfico ‘Ta’ Malo’ en el Parque de la Leyenda Vallenata. Muchos lo llamaron un mini festival vallenato que revolucionó la capital del Cesar, la locura roja, el regreso del más grande… y un sin número de descripciones que según su promoción publicitaria, reflejaba la llegada del poder rojo.

Pero ese poder fue utilizado para humillar y menospreciar a quienes, durante sus 22 años de trayectoria musical, se han encargado de difundir sus buenos y malos momentos, sus éxitos y hasta sus derrotas las cuales astutamente ha sabido superar. Nos referimos a los periodistas vallenatos, quienes una vez más sufrieron los efectos de la centralización de poderes, del manejo de personas que ajenas al territorio llegan con su ‘barita mágica’ a enaltecer a sus colegas del interior del país y a ignorar a la prensa local.

El día viernes 10 de noviembre, primer día de concierto, los periodistas fueron acreditados con boletas preferenciales para ocupar el espacio denominado la ‘Novena Batalla’, pero para sorpresa de todos, era una ubicación que imposibilitaba a los camarógrafos y fotógrafos hacer las mejores imágenes del espectáculo.

Además de ello no tenían donde sentarse y para tomar un sorbo de agua, el precio superaba los 12 mil pesos. Pero lo más irónico del caso, es que los periodistas de medios nacionales tenían sus sillas reservadas en el área de palcos preferenciales, con atenciones de reinas y reyes, respaldados por Paola España, quien con su apellido de la realeza, supo enaltecer a quienes ni conocen Valledupar y su esencia musical, para desplazar a los periodistas locales que terminaron sentados en el suelo, en la escalera y sin atenciones, otros tanto, buscaron reubicarse y la única respuesta fue seguir en el lugar asignado.

“Como hace falta Carlos Bloom”, eran los comentarios que se escuchaba entre el gremio de periodistas vallenatos, haciendo referencia al ex mánager de Silvestre Dangond, quien a capa y espada defendía los intereses de estos profesionales que han salido a enaltecer a sus artistas.

Lo cierto es que el trato a la prensa local estuvo ‘malo’, pero si bueno para los visitantes nacionales que hicieron eco al tema ‘Estoy copetón’ con la buena parranda que disfrutaron casi a un lado del cantante urumitero. ‘Llegó el poder’ a Valledupar pero para aplastar a quienes sudan el periodismo en la capital del vallenato.

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