Apagón en Colombia podría ser en el 2025 por problemas en la financiación del sistema
El sector energético del país se encuentra en total incertidumbre por cuenta de la latente amenaza de un desabastecimiento que, para algunos gremios y expertos, se podría presentar en los próximos años. Algunos indican que esta emergencia se daría en el 2025, y los más optimistas aseguran que sería en el 2027; lo cierto es que la hora cero de un posible apagón estaría muy cerca.
Los gremios de generadores y distribuidores coinciden en que son varios los problemas por los que atraviesa el sector, sin embargo, el punto que más impactaría en la generación de energía es la falta de recursos para garantizar la prestación de este servicio.
La Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen) se pronunció a principios de octubre sobre el riesgo inminente que existe en el país por la amenaza de un posible apagón en los próximos años, debido a que en la actualidad hay saldos pendientes por cobrar, los cuales representarían “un respiro” para las finanzas de las empresas distribuidoras de energía, que en su mayoría tienen capital público.
“Nosotros entendemos que el Gobierno Nacional hizo un esfuerzo para darles, vía Findeter, unos préstamos (a los distribuidores), facilitarles caja. Pero no es suficiente”, dijo Gutiérrez en una entrevista con La W.
Así mismo, otra de las dificultades que tiene el sector energético, según la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis), son los problemas financieros que se han generado por “las demoras y falta de medidas para mitigar el efecto de los saldos acumulados por la aplicación de la ‘Opción Tarifaria’”, que agravan el flujo de caja y la liquidez de estas empresas.
Del mismo modo, resaltaron que una de las recomendaciones a las que le hacen una especial mención es la relacionada con la gestión de los conflictos (orden público, bandas criminales, guerrilla) que se vienen experimentando en diferentes regiones, y que no le dan viabilidad al desarrollo nueva obras y también de las que están en curso.
Sin embargo, en situaciones en las que los proyectos se vean envueltos en conflictos sociales o se vean condicionados por la entrada de nuevos proyectos, la situación podría complicarse aún más, llegando al punto de convertirse en un tema crítico. Esto, a su vez, podría tener como consecuencia que a partir de 2027, el país no cuente con la capacidad suficiente para hacer frente a la demanda.
“Estamos hablando de escenarios de incertidumbre que nos exigen estrategias para evitar estos riesgos”, indicó a Portafolio el profesor de la Universidad Nacional, Santiago Arango.
Al respecto de un posible déficit energético en el 2027, el Gobierno nacional, por medio de la Upme y la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), lanzaron una subasta de Oferta de Energía en Firme (cargo por confiabilidad) que le permitan suplir el margen que quedaría por cubrir.
Por su parte, por medio de una comunicación que fue enviada al ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, y al director de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), José Fernando Prada, el gremio les solicitó “medidas de solución estructurales para viabilizar la actividad de comercialización minorista de manera independiente, toda vez que, considerando los saldos por recuperar y otros montos cercanos a $7,2 billones a julio de 2023, cada día más crecientes, pudiendo llegar a cerca de $10,5 billones en diciembre 2023″.
En cuanto a esto, José Camilo Manzur, presidente de Asocodis, manifestó que “la falta de liquidez de las empresas comercializadoras, quienes sostienen financieramente toda la cadena de prestación del servicio, pone en riesgo al sector y a la operación misma de todos los agentes, lo cual incluye las inversiones requeridas para mantener un servicio confiable y de calidad”, le dijo a El Espectador.
Ante esta situación, el Consejo Nacional de Operación del Sector Eléctrico en agosto le había enviado una carta al Ministerio del Medio Ambiente advirtiendo sobre un posible apagón en la capital del país para el 2025. Esta situación se daría por el retraso en la entrada en operación del proyecto Virginia-Nueva Esperanza.
“Se manifiesta preocupación por la fecha de puesta en servicio del proyecto Virginia-Nueva Esperanza 500 kV y redes asociadas”, se explicaba en la misiva que el Consejo le envió a la ministra Susana Muhamad.
En esa ocasión, explicaron que lo que ocurría era que en la actualidad había tres proyectos que se plantearon con el fin de ampliar la red en esa región y dos de ellos solamente podrían entrar en operación hasta después del 2025.
“La probabilidad de contar con dichas unidades de generación es menor al 40%”, agregaron
La Universidad Nacional presentó un análisis en el que evidencian la crisis en el sector energético del país
La Universidad Nacional realizó un estudio que fue financiado por Acolgen, que concluyó que en el país existe un riesgo latente de desabastecimiento eléctrico para el año 2027. El análisis hecho por un grupo de expertos de dicha institución indica que hay 5 posibles escenarios, en los que se indica que en dos de ellos se muestra un déficit de la energía del sistema frente a la demanda que cada vez es más creciente.
Uno de los puntos clave que fueron destacados en este estudio es que el 90% de los proyectos eólicos que existen en el país requiere de nuevas líneas de transmisión. Por su parte, el 55% del total de proyectos que tiene una conexión a red se encuentra condicionado a la conclusión de obras de transmisión.
Este estudio parte del argumento de que en el momento hay 19.234 megavatios de proyectos que están con un concepto positivo de conexión y garantías.
Además, se explicó en el estudio de la Universidad Nacional que en el caso de que ingresara toda esta capacidad, el país tendría suficiente energía eléctrica para cubrir el crecimiento de la demanda que tiene estimado la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) hasta 2034.
Por esa razón, la institución educativa recomendó que se le diera prioridad a la expansión del sistema de transmisión que permita habilitar el ingreso de energía y evaluar diferentes herramientas de confiabilidad como baterías que le permitan evitar que durante los picos de demanda en la generación solar no se genere incapacidad por parte de las productoras de responder al consumo.
Del mismo modo, también resaltaron que debe tender por la expansión de las tecnologías complementarias como las térmicas, que le permitan al país tener un suministro permanente y duradero. Con Infobae