¿Por quién votar?
Días de días observando en la distancia los avatares propios de la contienda electoral de estos tiempos en nuestro país, en especial en la que están inmersos los habitantes del territorio que mueve mis amores como lo es el departamento del César, mejor bautizado por mis aborígenes como Zazare.
Muchos aspirantes de todos los sexos, estratos, formación y niveles de consciencia se lanzan a la arena de esta llamada Fiesta Democrática buscando conquistar un espacio en el tan apetecido Sistema y sus instituciones públicas, unos quieren gerenciar El Departamento, otros las Alcaldías y otros quieren ser coequiperos en las ordenanzas y acuerdos buscando la Duma o el Cabildo.
Todos en contienda van y vienen, vienen y van, dicen y les dicen, caen en el juego del dime que te diré que exhacerba las emociones del público local, quienes al mejor estilo de las riñas de gallo hacen sus apuestas, desapuestas y vuelven y juegan guiados por pareceres, sentires, intereses y encuestas que les indican en las vísperas dónde potencialmente puede ser la vencida.
Nadie quiere perder, todos quieren ganar aunque eso signifique señalar, juzgar, invalidar e incluso vilipendiar a su adversario y compañía, olvidando que aquel al que señala finalmente es un semejante, pasando por alto que en caso de ganar, es para todos que tiene que gobernar sin distingo de raza, credo u religión.
Siempre como territorios se ha querido autonomía, independencia, descolonización, no en vano la historia de Colombia da cuenta de ello, de ese afán de emancipar el territorio del dominio regentado por el Imperio Español y sus sistemáticas infamias, saqueos de riquezas, menosprecio y abusos de poder para con el pueblo sometido.
Lo anterior inspiró una revolución que terminó en la aparente emancipación de los territorios y la expulsión de aquellos que representaban en aquel entonces lo que se conocía como el Virreinato de La Nueva Granada y no eran más que vulgares piratas que saquearon hasta donde más no pudieron las riquezas de un territorio al que nunca descubrieron, sino que invadieron y destruyeron un reino imponiendo juicios y pareceres a través del miedo para pisotear la valía y dignidad de los que decían descubrir.
Desde entonces hasta el presente Colombia se ha sumido en un enfrentamiento cíclico entre los que quieren preservar los transmitido por aquellos colonos idos con infulas de reyezuelos y accionar de piratas y quienes quieren una integral emancipación. En ese proceso los colores fueron usados para determinar bandos que terminaron siendo trapos, los trapos rojos y los trapos azules que conllevaron a enfrentamientos, desplazamientos forzados, muertes y más muertes que al día de hoy se siguen dando en esa lucha, ese batallar absurdo donde se anulan los unos con los otros validando la etiqueta: ¡Patria Boba!
¿Qué tanto hemos evolucionado desde la famosa independencia hasta nuestros días presente? Hace cinco siglos Miguel de Cervantes Saavedra en uno de los apartes de la célebre obra Don Quijote de la Mancha citó lo siguiente: “Querido Sancho, compruebo con pesar como los palacios son ocupados por gañanes y las chozas por los sabios. Nunca fui defensor de Reyes, pero peores son aquellos que engañan al pueblo con trucos y mentiras, prometiendo lo que saben que nunca les darán. País este amado Sancho, que destronan Reyes y coronan a Piratas pensando que El Oro del Rey será repartido entre el pueblo sin saber que los piratas sólo reparten entre piratas’
Hay más participación femenina en esta contienda electoral, eso es un buen síntoma que permite abrigar la fe y la Esperanza de que algún día el pueblo deje de preservar en sus adentros ese espíritu de miseria y falta de dignidad, que despierte y deje de lado esa indolencia rompiendo esas cadenas que le permitan hacer distinta su suerte. Hay que tener valor, mucho valor a la hora de votar, dejar de lado las emociones y armonizar Alma, Mente y Cuerpo en una indisoluble voluntad que permita elegir buscando el Bien General, el Bien Mayor, para que cesen esas batallas de los egos, para que dejemos de sufrir una y mil muertes más, renazcamos y dejemos de ser Bobos y comencemos a florecer desde el Ser PATRIA.
Por: Yarime Lobo Baute