Innovador proyecto piscícola que ‘pesca’ sueños colectivos en La Jagua
A 118.4 kilómetros de Valledupar, se encuentra el municipio de La Jagua de Ibirico en el departamento del Cesar, un territorio de gente cálida cuya principal actividad económica es la minería, pero que en la actualidad ha volteado la mirada hacia otras alternativas de producción que buscan el bienestar colectivo de sus habitantes.
A puertas está el cierre definitivo de la empresa minera Prodeco, cuyos títulos mineros fueron entregados al Estado y hoy se encuentra en el cumplimiento de sus compromisos sociales y ambientales en el territorio, los cuales saldará en dos años aproximadamente, pero con la firma convicción de dejar a una sociedad preparada a través de proyectos de alto impacto y sostenibles en el tiempo.
Son seis proyectos, de los cuales tres son piscícolas y tres agrícolas, desarrollados a través de asociaciones conformadas por la misma comunidad en sus áreas de influencia en los municipios de La Jagua de Ibirico, Becerril y en el corregimiento de La Loma de Calenturas, en El Paso, Cesar.
Uno de ellos ya empieza a dar sus primeros frutos. Ubicada a escasos siete kilómetros del casco urbano, por una angosta carretera entre zonas arborizadas, riachuelos y mucho potencial económico, se encuentra la vereda La Estrella, donde una finca de 19 hectáreas que lleva el mismo nombre, es el espacio donde a través de proyecto piscícola, 35 familias empiezan a ‘pescar’ sueños para mejorar su calidad de vida.
El proyecto se desarrolla a través de la Asociación de Pescadores Artesanales de La Jagua de Ibirico, Apetosca, conformada por unas 150 personas que desde más de siete años vienen trabajando por sus sueños, y hoy cuentan con el respaldo de la empresa minera Prodeco en el marco de las acciones de compensación social y ambiental en su área de influencia.
DESDE LA SIEMBRA ALEVINES HASTA LA PESCA
De las 19 hectáreas que conforman la finca La Estrella, una y media está dedicada al proyecto piscícola que consiste en la siembra de alevines para la cría de tilapias, cuyo producto final es comercializado generando una cadena de beneficios cuyos eslabones son fortalecidos por la misma comunidad.
En el área hay dos estanques de levante y dos en tierra. El proceso inicia con la siembra en tanques apropiados de alrededor de 17 mil alevines, los cuales en dos meses pasan al estanque en tierra para su cría y engorde en cuatro meses.
“Es un trabajo que veníamos haciendo desde hace muchos años de manera artesanal y hoy gracias a esta iniciativa, logramos tecnificar el proceso que dio una primera pesca de aproximadamente 16.300 tilapias frescas”, explicó Yhon Delgado García, operario y socio de Apetosca.
El ciclo de siembra es cada mes y el resultado de cada proceso, son especies de más de 350 gramos que luego son comercializadas en Barranquilla y el mercado local.
José Donoso, director de Proyectos de Proagroambiente, reiteró que es un cultivo escalonado de tilapia fresca para la venta, Los alevines son de un gramo a aproximadamente y en la primera pesca se intervino un estanque de seis toneladas por unidad productiva, que luego pasa por el proceso de eviscerado y llevado a la venta.
Otro de los artífices de esta iniciativa es Víctor Ávila, representante legal de Apetosca, quien manifestó que desde hace 14 años cuando fue creada la asociación muchos han sido los altos y bajos para llegar a materializar este gran sueño. “A Dios damos gracias por esta bendición que llega a 36 familias de bajos recursos, además del respaldo de la empresa Prodeco a través de la asesoría técnica, financiera y proveedora de las tierras donde se desarrolla el proyecto”, afirmó.
Es importante señalar, que en estos mismos espacios Apetosca emprende un proyecto alternativo de siembra, como un complemento para generar flujo de caja a la asociación. Se sembraron seis lotes de maíz en los cuales se recolectaron 2 mil mazorcas y ocho toneladas de silo de maíz, los cuales se están comercializando en la zona, explicó Bedel Rincones, técnico agropecuario.
BENEFICIO COLECTIVO
Obdulia Ovalle, Coordinadora de emprendimiento del Grupo Prodeco, afirmó que el municipio de La Jagua de Ibirico más que carbón es un territorio con bondades de otra línea económica.
La empresa en estos momentos desarrolla seis proyectos de alto impacto, logrando materializar el segundo que es piscícola para beneficiar a grupos familiares que apuntan a la reconversión productiva en el territorio.
“No solo es una infraestructura que se entregó, se les está ofreciendo acompañamiento técnico y socioempresarial para estas asociaciones en dos años, tras nuestra salida del territorio, puedan tener la capacidad de operar desde lo técnico, administrativo, comercial y financiero y puedan ser referentes en el territorio. Es un proyecto social sostenible que beneficia a una comunidad y que siempre va a estar en el territorio para beneficiar a las comunidades”, explicó.
Reiteró que no están creando empresas que generen utilidades para personas en particulares, sino para entidades sin ánimo de lucro, es decir, las asociaciones reciben el proyecto y son conscientes que para poder sostenerlo deben demostrar que están generando un beneficio colectivo.
Se recibieron asociaciones que tienen unos estados de necesidad básica en pobreza insatisfechos, y con ellos deben demostrar que suplen estas necesidades.
Otro de los aspectos que se tomaron en cuenta cuando se ideó el proyecto piscícola, es el alto consumo de energía, lo que en muchas oportunidades han hecho fracasar importantes proyectos.
Por ello, se trabajó con la variable de paneles solares, los cuales fueron instalados en una zona con alta radiación y se logró bajar en 40% el consumo de energía en todo el proyecto, una manera de hacer sostenible lo que hasta ahora se ha logrado.
Ovelio Jiménez, alcalde del municipio La Jagua de Ibirico, destacó que es un proyecto modelo en asuntos piscicultura en la región
Se viene trabajando desde la administración anterior, a través de una alianza con la empresa Prodeco y la asociación Apetosca, en el cual el municipio hace un aporte de 432 millones de pesos.
La meta a largo plazo es garantizar que La Jagua de Ibirico se convierta en despensa de la región, para reforzar las iniciativas de ganadería, café y demás, con el proyecto de piscicultura. Se creó una empresa generando empleo y están utilizando sus conocimientos en un oficio que venían ejerciendo de manera artesanal.
En la primera pesca lograron recursos superiores a los 70 millones de pesos, un resultado que refleja el beneficio social y económico para 36 familiares que creen en la reconversión productiva y en la potencialidades del municipio.