6 de octubre , 2024
Nacional

Fuerza marítima japonesa estuvo en Cartagena para un encuentro cultural y naval

El puerto de Cartagena dio la bienvenida a los emblemáticos buques Kashima y Hatakaze, pertenecientes al escuadrón de entrenamiento de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, que arribaron a las aguas colombianas para participar en una serie de actividades protocolarias, militares y deportivas en Colombia.

Esta colaboración entre la Fuerza Naval del Caribe y las fuerzas marítimas de Japón. incluye experiencias académicas y deportivas en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, para enriquecer el intercambio de conocimientos y fortalecer los lazos entre ambas naciones.

La visita de la delegación japonesa también tiene un componente académico y diplomático destacado. El pasado miércoles, el contralmirante Konno Yasushige, comandante del escuadrón de entrenamiento de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa de Japón, ofreció una charla titulada Japón: claves de su defensa nacional, en la Universidad Tecnológica de Bolívar. El evento contó con la presencia diplomática del Embajador del Japón en Colombia, Takasugi Masahiro, quien subrayó la importancia de fortalecer las relaciones bilaterales.

En la jornada cultural se también realizó una presentación única de la cultura japonesa, con actuaciones de tambores tradicionales japoneses (wa-daiko), demostraciones de artes marciales, como el judo y el kendo, y una banda musical encargada de exponer la tradición lírica del país del Sol Naciente.

Estos encuentros no solo promueve la cooperación internacional, sino que también brinda a la comunidad de Cartagena la oportunidad de sumergirse en la cultura y tradiciones japonesas, fortaleciendo los lazos entre estas dos naciones que comparten un compromiso con la diversidad y la colaboración.

El arribo de los buques japoneses JS Kashima y el destructor Hatakaze ha llamado la atención de la población, que no está familiariza con este tipo de naves.

JS Kashima (TV-3508)

Este buque es una joya de la marina japonesa, que sirve como parte del entrenamiento de cadetes. Su construcción se encomendó en 1992, y desde entonces ha impresionado por su capacidad de desplazamiento. El Kashina alcanza una carga total de 4050 toneladas. Para moverse, utiliza dos motores diésel gas Mitsubishi S16U-MTK, caracterizados por su función de movimiento continuo, con lo que el buque se mantiene a constante ritmo.

En caso de requerir velocidad y agilidad marítima, cuenta con dos turbinas de gas Kawasaki-Rolls-Royce Spey SM1C. Las dimensiones del JS Kashima son notables, con una longitud desde proa hasta popa de143 metros, una manga (ancho) de 18 metros, y un calado (profundidad) de agua necesaria para que un buque flote libremente, de 4.6 metros. Este buque no se queda atrás en términos de armamento, ya que está equipado con un cañón Otobreda de 76 mm, dos montajes triples de torpedos y cuatro puestos de tiro listos para desplegar diversas armas.

Destructor Hatakaze

Es el primero de dos buques de la misma clase y se destaca por su capacidad para actuar como ‘nave insignia de Grupo’. Con un desplazamiento estándar de 4674 toneladas, mantiene un con con una longitud desde proa hasta popa de de 150 metros, una manga, ancho, de 4.8 metros y un calado de 16.4 metros. Su capacidad para coordinar operaciones se debe a sistemas mejorados de mando y control, detección y transmisión de datos. Pero lo más destacado es su armamento diverso y poderoso pues lleva misiles RGM-84 Harpoon SSM, misiles SAM Standard, lanzadores de cohetes antisubmarinos ASROC, dos cañones Mark 42 de 127 mm/54, dos sistemas CIWS de 20 mm y 6 tubos lanzatorpedos Type 68.

La llegada de estas naves a nuestras costas es un evento que refleja la creciente interconexión en el ámbito militar a nivel global. Su presencia nos recuerda la importancia de estar atentos a las oportunidades que surgen para fortalecer relaciones y garantizar la seguridad en un mundo en constante cambio. La llegada de estas naves puede ser el inicio de una nueva era de colaboración entre Japón y nuestra región, con implicaciones que van más allá de nuestras costas. Con Infobae

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