El Consumo de Tusi incrementa emergencias médicas en Colombia
“Un preparado rudimentario”, al que llaman Tusi y que entre sus componentes tiene bases de ketamina, un sedante para caballos, Mdma que es una droga sintética y cafeína, el cual, llega en una presentación en polvo, ha venido usándose desde algo más de diez años en diferentes fiestas en Colombia y es consumida por personas entre los 18 y los 34 años, según información del proyecto Échele Cabeza.
Sin embargo, en un análisis de sustancias hecho por la misma firma, se evidenció que el llamado “cóctel de sustancias” que se viene comercializando en nuestro país, no tiene las bases de los componentes del tusi, sino que además a los ya mencionados se le mezclan compuestos como la benzodiacepina, oxicodona, morfina y metanfetamina. Esta letal combinación estaría produciendo consecuencias que aún están por determinar en los consumidores.
En Échele Cabeza se hizo la advertencia que la mezcla de todos esos componentes en el cuerpo, sumados al consumo de alcohol en una fiesta, “aumenta la probabilidad de presiones cardiorrespiratorias o estados de vulnerabilidad que prenden las alarmas”, de las autoridades y en los centros de atención en salud de todo el país.
Para Daniel Rojas, psicólogo del proyecto ‘Échele Cabeza’: “Se prenden otra vez las alarmas debido a que ha habido un aumento dentro de las emergencias médicas y también psiquiátricas, donde se está presentando o las personas reportan que, en algún punto de las crisis, el Tusi está involucrado”.
Así mismo, el Doctor Gabriel Oviedo, director del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Universidad Javeriana y jefe de la Unidad de Salud Mental Hospital San Ignacio, afirma que: “Aunque no tenemos cifras parametrizadas, las unidades de adicción en el país sí están cada vez más ocupadas, principalmente por personas jóvenes”.
La alerta emitida por el proyecto Échele Cabeza también se enfoca en que el “cóctel de preparado” en el país, contiene sustancias en proporciones que son determinadas por la persona que la fábrica. Esta situación estaría dificultando “acciones en reducción de daños porque la persona no puede determinar cuáles son los efectos que va a tener, las consecuencias también son impredecibles”, destacó el especialista.
El monitoreo que se le ha hecho al llamado tusi en Colombia, indica que tampoco habría reportes de estudios de consumo de la sustancia, razón por la cual no habría manera de hacerle seguimiento e identificación a la sustancia, según el Échele Cabeza. Por eso enfatizan en que existe la necesidad de investigar y determinar las implicaciones que esta sustancia pueda tener para la salud y piden a las respectivas autoridades que se analice esta droga con urgencia.
Según Julián Quintero, director la Corporación Acción Técnica Social y del proyecto Échele Cabeza, afirma que en el país “se han perdido dos oportunidades importantes para empezar a monitorear el consumo de Tusi y, así, crear medidas de prevención que lleven a saber, con certeza, cuáles son las medidas de prevención que se deben asumir”.
Los especialistas, Gabriel Oviedo y Julián Quintero, coinciden en que lo ideal es que en el país se construya una estrategia de salud pública que permita comprender el contexto completo del consumo de drogas y luego manejarlo de frente. Según ellos, esta sería la única forma en la que se podría hacer la mitigación para quienes, seguramente, seguirán consumiendo.
De acuerdo a lo anterior se pueden evidenciar diferentes estrategias. Entre ellas está la educación. Oviedo asegura que “la información exacta sobre los componentes de la sustancia y sus efectos son un primer paso para que los consumidores entiendan a qué se están enfrentando”. Esto, además, llevaría a promover el “uso seguro e informado” de esta sustancia, que desembocaría en que los consumidores tomen dosis moderadas de Tusi, con el fin de manejar sus efectos. Sin embargo, a lo anterior se le suma el hecho de que esta sustancia no debe ser mezclada con otras sustancias psicoactivas, alcohol, medicamentos u otras drogas, ya que esta combinación podría desencadenar en consecuencias inesperadas y peligrosas.
También indican los expertos que se podría manejar un programa preventivo en salud pública en el que se informe acerca de los efectos a los que conllevaría una sobredosis para que los consumidores los reconozcan y actúen en caso de una emergencia; así mismo, se debe trabajar en afianzar diferentes programas de testeo de sustancias psicoactivas que garanticen que la sustancia que van a consumir está libre de alteraciones, o que, puedan tener acceso a otros opioides que tengan efectos más controlados.
Finalmente, Oviedo enfatiza en que es importante: “Brindar apoyo y servicios de asesoramiento para ayudar a los usuarios a abordar los problemas subyacentes que pueden estar contribuyendo a su consumo de Tusi”. Con Infobae