¿A dónde se fueron las canciones?
Por: Brandon Barceló
@brandondejesusb
El paso del tiempo arrasa con todo, pero nadie sabe con total certeza cuál es el tiempo que le corresponde a cada cosa. A veces algunas se acaban antes de tiempo, y otras duran más de lo que deberían. ¿Se le acabó la inspiración al vallenato? ¿No hay un corazón dispuesto a cantarle al Guatapurí, a la parranda, a los amigos o al amor? ¿El comercio lo acabó? Son preguntas que se hacen quienes respiran el folclor, porque al parecer, ninguna de las obras que han sido grabadas en el último tiempo mantienen esa confusa categoría que llaman “la esencia”.
Pareciera que el tiempo de la composición ya se acabó, eso es lo que muchos alegan. De hecho, hace unos días, el Rey de Reyes de la canción inédita Ivo Díaz, en ocasión de la preselección de las canciones que participarán en esa categoría en el festival, mandó un SOS para salvaguardar la composición. El tema es complicado, y tomarlo de manera simplista le puede hacer más daño que bien al vallenato. Hay factores externos: el cambio del tiempo, la avanzada globalización que hace que el comercio exija nuevas maneras con su influencia y preferencia por las cosas de afuera.
Y es que no es una cosa de ahora. Ya en el 82 Diomedes, en “El bozal” de Leandro Díaz, cantó una queja a los músicos que habían dejado a un lado el merengue. Decía Leandro que los compositores sacaban más de dos mil palabras en sus canciones que al final no decían nada. También Daniel Samper lo dijo en su artículo “El vallenato se está suicidando”, donde declaró hace casi una década que las nuevas canciones eran “aburridas salchichas musicales” por ese afán de la producción en masa. Y parece que la cosa no ha mejorado mucho en este tiempo.
Lo cierto es que intentar enmarcar el éxito del vallenato en las lógicas comerciales, lo deja muy mal parado. Intentar medir lo sublime como algo material, no solo pone en evidencia nuestras carencias humanas, sino que además nos frustra, porque nos exige regirlo por un parámetro que, por obvias razones, no lo mide muy bien. No se puede medir la fuerza del mar con el mismo parangón con el que se mide la fuerza del agua que sale de la llave.
Yo sigo creyendo que el vallenato tiene aún para rato. Quizá no en las emisoras en las que suenan solo tres canciones comerciales de álbumes nuevos que sí llevan carne. Y uno los entiende, porque ese es el negocio. Pero en las plazas, en las parrandas, en los audífonos de quienes adoran escuchar esta música, en el río que da inspiración, en la luna sanjuanera, en el campo y el campesino, en el corazón de todo aquel que sabe que el folclor no es un producto para vender, está su inspiración. Sí, yo creo lo que cantó Carlos Vives: en la calle se escuchan sus cantos y contará la historia que el valle triunfó.
Tal vez una forma de mejorar esto sería que el Festival anuncie que la competencia promoverá la temática libre y que aquellas canciones «festivaleras», llamadas así por la opinión pública y que atraviesan un sinfín de lugares comunes por la supuesta predilección que de ellas tienen quienes organizan el evento, van a sufrir un doble tamizaje antes de la competencia y que solo 10 de ellas podrán ir a primera ronda.
Porque si todos los textos de las canciones que han sido inscritas se llevaran a un contador de palabras, estoy seguro que la palabra Folclor, Festival, Valledupar, Consuelo, Escalona y Colacho y otras diez más construirían el Pareto de las letras que se cantan en Valledupar y eso es de verdad tedioso.
La inspiración en las canciones vallenatas en los compositores de esta generación se acabó desde que permitieron realizar mezclas fusionadas y los cuatro ritmos o aires más importante de nuestro folklor vallenato pasaran a un segjundo plano, hoy en día no graban una puya, ni un son , un paseo y menos un merengue vallenato, ahora lo que hacen es fusionarlo con el regueton, la importancia del acordeon, de la caja y guacharaca no es la misma que en tiempos aquellos y adicional lo hacen sin inspiración. Pero como nace la inspiración? Las letras de las canciones vallentas en juglares importantes como Alfredo Gutierrez, Rafael Escalona, Leandro Diaz, Diomedes Diaz son poesía, ellos se convirtieron en poetas para cantarle al amor, al desamor, a la luna, a la mujer , a los hijos en fin de todo y en todo podían encontrar inspiración. Los compositores de las canciones vallentas se convirtieron en poetas, este género literario escrito en verso y se carácteriza por expresar ideas y sentimientos de una manera hermosa y simple. Y aqui es donde se encuentra el problema de los compositores de hoy en dia, ya no expresan sus sentimientos y si no hay sentimientos, no puede haber inspiración.