Rosa Elena Rosado Quintero, una vida…una sonrisa
Por: Raymon Sales Contreras
“…En las manos del alba vi la rosa, huía de sí misma perseguida, por su propia hermosura repetida en pétalos y en rosa jubilosa…”. Soneto a la Rosa, Meira Delmar.
Con mucho respeto y con profunda admiración, en medio de las circunstancias que marcaron tu partida, escribo estas humildes letras para recordarte, mi primita del alma.
No me corresponde hablar de tu profesión, de las funciones, de los cargos que desempeñaste, ni de los logros obtenidos a lo largo de tu carrera; eso siempre brotó a flor de piel porque en tu entorno, comunidad y estructura empresarial y organizacional, siempre te resaltaron y marcaste la diferencia mi Rochi de mi corazón.
Un legado que nace de un trasegar de familias que encontraron en sus integrantes, la forma de estrechar lazos de hermandad donde predominó el servicio y el apoyo incondicional, dando origen a grandes seres humanos e insignes profesionales.
Como olvidar a mi vieja Edilma, en la representación de una madre que se convierte en un eje fundamental, que con su carisma y amor verdadero, dio origen a una gran familia donde todos somos hermanos, los de primer grado de consanguinidad y los adoptados en el amor circunstancial que representan los vecinos de un barrio y una comunidad.
El viejo Manuel, como siempre solíamos renombrarlo, hombre humilde y carismático con la pinta de los prospectos que nacieron con un corazón para querer y que sin tener en cuenta las circunstancias, marco un diámetro amplio en lo que representó su árbol genealógico donde todos sus relevos generacionales, honran los grandes valores e insignes principios que dieron lugar a un matrimonio de respeto y mucha admiración.
Como olvidar una Semana Santa en el valle, pero, ante todo, en el barrio San Martin, donde la vieja Edi, en un patio grande que hoy mantiene intacto su legado, sus enseñanzas, su palo de mango y ante todo, la hermandad que caracterizó su ser en la existencia terrenal, ante todo con mi familia en la representación de Perfecta María Contreras y la invaluable Margarita Rosalba Fuentes Contreras ¨Chava¨.
Con todo este relato y con tantos recuerdos vividos, organizando en el contexto generacional la representación decorosa de una familia, identifico a una integrante muy especial, Rosa Elena Rosado Quintero, semblanza de un rostro que siempre reveló la nobleza de su ser y exteriorizó los sentimientos que reflejaban la pureza de su alma.
Es poco lo que me queda por decir de toda la trayectoria de mi prima hermana, sus logros, premios y reconocimientos a lo largo de su vida personal y profesional. Resalto de su ser, convertirse en el motor que representó una familia y un gremio donde siempre apoyó incondicionalmente a todos los que hicieron parte de su entorno y en el espejo insigne y representativo de su ejemplar hermana, Mary Rosado Quintero.
Hoy primita, honro tu memoria con el mismo respeto que caracterizo tu vida, Dios engalana su gloria celestial con tu alma pulcra y noble que en tu existencia terrenal encarnó un ser, lleno de muchas virtudes y valores que tengo la certeza que, en Alba Rosa, tendrán tu continuidad por siempre y para siempre.
A la familia Rosado, mi gratitud y mi agradecimiento por ser parte de ese legado impecable que representa y representará la vida y obra de mi prima Rosa Elena, al lado de Alba Rosa y Migue.
A todos mis condolencias y gratitud por las manifestaciones de aprecio y cariño que identifican lo que representan, una estirpe con una fortuna incalculable en el valor y no en el precio.
A su incondicional comadre Taryn Escalona, amiga y colega de luchas y logros, que edificó una fortuna incalculable de lo que representa una hermandad.
Vuela alto Rochi, salúdame al primo (Jorge), está intacto tu legado y los gratos recuerdos mi Prima.