Venezuela inició el retiro de contenedores en Puente Tienditas
El martes 13 de diciembre, el régimen de Nicolás Maduro en el hermano país autorizó y dio inicio al retiro los contenedores con los que el puente de Tienditas, que conecta el Estado del Tachira con el departamento de Norte de Santander, ha permanecido bloqueado en los últimos cuatro años, luego de que los dos países rompieran relaciones diplomáticas.
La obra fue construida por ambos países en 2016 con una inversión de 32 millones de dólares, pero nunca fue puesta en servicio y en febrero de 2019, en medio de las tensiones entre el entonces Gobierno del expresidente Iván Duque y Maduro.
Sin embargo, operarios del Ministerio de Transporte de Venezuela comenzaron a cortar las varillas que mantienen unidos los contenedores al pasamanos del puente, que se espera sea abierto el próximo jueves 15 de diciembre, aunque todavía no hay claridad sobre si será habilitado para el tránsito de personas o de carga pesada.
El cierre del puente fue tristemente célebre porque el jefe del régimen, señalando que se trataba de una humillación con la que se buscaba hacer ver a ese país como un mendigo, impidió el envío de ayuda humanitaria que había llegado de Estados Unidos y de otros países amigos.
No obstante, con el cambio de administración en Colombia, y el liderazgo del presidente Gustavo Petro, las relaciones bilaterales se retomaron con el régimen y fruto de ello, el mismo Maduro anunció que desde el 1º de enero de 2023 se reabrirá por completo la frontera.
“En la regularización de las relaciones (…) puedo anunciar que estaremos abriendo (…) todo el occidente de Venezuela para el paso de vehículos, motos, camiones, carros, todo”, aseguró.
Mientras los dos gobiernos avanzan, aunque lentamente, en el pleno restablecimiento de las relaciones económicas y comerciales, el diputado opositor venezolano José Gregorio Correa propuso establecer controles de tránsito en los pasos fronterizos.
“Estamos de acuerdo en que haya libre tránsito, pero con controles. No debe ser una relación de corral abierto sino enmarcada dentro de una legislación que permita tener, desde el punto de vista comercial, competitividad y ganancias a los venezolanos, y que no tengamos que ir a competir en desventaja”, sostuvo en un comunicado, en el que también celebró la decisión de una “apertura total” de la frontera.
Y aunque la reapertura ha sido mínima, en el país hermano ya comenzaron a sentir sus efectos positivos, de acuerdo en el ministro de Comercio del régimen, Germán Umaña, que señaló que desde el 26 de septiembre al 21 de octubre las exportaciones entre las dos naciones llegaron a 2 millones de dólares y 1.552 toneladas de carga.
Pese a estos avances, la tragedia humanitaria da coletazos en la zona de frontera donde el 1º de diciembre falleció una niña de cinco años de edad, luego de que la Guardia venezolana le impidiera el paso a la ambulancia en la que la transportaban para llegar al centro de salud de Puerto Santander en Colombia, por lo que requerían cruzar Puente Internacional Unión.
A la pequeña le tuvieron que quitar el soporte de oxígeno que llevaba en el vehículo de emergencia y la trasladaron en una carretilla, mientras esto pasaba, la menor perdió la vida.
“No la dejaron pasar. La Guardia está acostumbrada a que si llega un herido no lo dejan pasar, no dejan pasar las ambulancias, porque supuestamente el puente está cerrado, pero para pasar contrabando ahí nadie dice nada porque ellos cobran por eso”, relató en el periódico La Opinión de Cúcuta un habitante de la zona de frontera. Con Infobae