Por qué el nuevo sublinaje BQ.1.1 del COVID-19 preocupa a los expertos
Con 625 millones de infecciones por COVID-19 y 6,5 millones de muertos contabilizados en todo el mundo, aunque los expertos afirman que esa cifra debería triplicarse en la realidad, el coronavirus sigue su camino evolutivo. Y los expertos están preocupados por las últimas dos mutaciones detectadas.
Después de casi 3 años de pandemia, con una larga lista de variantes pasadas y ya 4 dosis de la vacuna contra la COVID-19 disponible, el escenario del coronavirus ha cambiado y presenta nuevos desafíos, como es la impredecible y más contagiosa variante Ómicron que ha generado “hijos”, aún más contagiosos y capaz de evadir la protección que brindan las primeras vacunas surgidas hace casi 2 años para terminar con la actual pandemia.
En artículo publicado en la revista Science la semana pasada, a epidemióloga molecular Emma Hodcroft, de la Universidad de Berna, responsable también de la plataforma mundial ‘nextstrain’, hace un seguimiento en tiempo real de la evolución de patógenos, incluido el SARS-CoV-2 y advierte de dos variantes que cuentan con una combinación similar de mutaciones para evadir la inmunidad, lo que se denomina “evolución convergente”.
Una, se trata de BA.2.75.2, que parece estar extendiéndose rápidamente en India, Singapur y parte de Europa. El virólogo del Karolinska, Daniel Sheward indicó que “es la variante más resistente jamás evaluada”. La segunda cepa que preocupa es BQ.1.1, que ha evolucionado a partir de BA.5 y se ha detectado ya en varios países del mundo. “No es sorprendente que estemos viendo cambios que una vez más ayudan al virus a evadir las respuestas inmunitarias”, dice la epidemióloga molecular Hodcroft, quien señala que el SARS-CoV-2 enfrenta “el mismo desafío que cosas como el resfriado común y la influenza se enfrentan cada año: cómo regresar”.
Así, BQ.1.1., es la cepa que los científicos vigilan más estrechamente porque ha ido aumentando muy rápido en las últimas semanas. Hace unos días, alertaban de que tenía una “sorprendente” capacidad de evasión de los anticuerpos.
“Lo que sabemos de esta nueva variante es que presenta una gran cantidad de mutaciones en sitios que sabes que son claves para que los anticuerpos puedan reconocer al virus y que sean generados por vacunas o infecciones pasadas. Otros datos conseguidos es que los anticuerpos que poseemos por estas dos últimas vías tienen baja capacidad para reconocer esta variante, dadas sus mutaciones. Esto sumado a que están aumentando los casos detectados de esta cepa en varios países. Es un porcentaje bajo de los casos totales, pero están creciendo y podrían generar una ola en los próximos meses”, explicó a Infobae el bioquímico, y doctor en Ciencias Químicas, Rodrigo Quiroga.
Y agregó: “Más que preocuparnos, deberíamos ocuparnos. Hoy hay mucha incerteza ya que no sabemos qué tamaño va a tener esa nueva ola y tampoco sabemos cuál será su impacto en internaciones y fallecimientos. La manera de ocuparse para minimizar la llegada de esta nueva ola es reforzar la aplicación de vacunas, especialmente los segundos refuerzos en mayores de 50 años. Esto no ha ocurrido en una gran porción del país, donde observamos porcentajes muy bajos en algunas provincias”.
“Las dosis de refuerzo que se aplican hoy en el país no logran frenar la probabilidad de infección, pero sí de no contraer la enfermedad grave. No solo se trata de BQ.1.1. Hay muchas variantes que están creciendo en muchos países que tienen estas mutaciones preocupantes. No sabemos si la ola va a venir de una variante o de una mezcla de estas mismas”, indicó el también investigador del Conicet.
El infectólogo Hugo Pizzi, también señaló que es importante el monitoreo diario para anticipar las nuevas subvariantes y afirmó que la vacuna bivalente, con la que muchos países del hemisferio norte están vacunando hoy, daría una cobertura anual contra estas nuevas versiones de Ómicron. Recordemos que las vacunas bivalentes son las llamadas de segunda generación que protegen contra el virus original surgido en Wuhan hace casi tres años y también contra las subvariantes BA.4 y BA.5 de Ómicron. Las mismas estarían llegando al país a comienzos de 2023.
Para la doctora Cristina Freuler, médica infectóloga, jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán, el aumento de pacientes con COVID que se observa por ejemplo hoy en Gran Bretaña, tiene que ver con la irrupción de estas nuevas subvariantes y con el comienzo del otoño. “Allá no se testea a todos, por lo que no hay números certeros. Por otro lado, estas cepas no traen consigo mayoritariamente la pérdida de olfato, por lo que las personas creen estar simplemente resfriadas o engripadas en lugar de tener COVID. Sí se han incrementado los síntomas de malestar general, fiebre y dolores de cabeza”, sostuvo la experta a Infobae.
Los contagios parecen impulsados por las nuevas subvariantes de Ómicron, que se extendió por todo el mundo durante el año pasado y pasó a ser la variante predominante. Varios derivaron de BA.2, una cepa que sucedió a la cepa BA.1 inicial de Ómicron, pero luego fue superada en la mayoría de los lugares por BA.4 y BA.5, que ha dominado en los últimos meses. Ahora, BA.2.75.2, parece estar extendiéndose rápidamente en India, Singapur y varias partes de Europa. Otras nuevas cepas inmunoevasoras han evolucionado a partir de BA.5, incluida BQ.1.1, que se ha detectado en varios países del mundo.
A pesar de sus diferentes orígenes, varias de las nuevas cepas se han topado con una combinación similar de mutaciones para ayudar a escalar el muro de la inmunidad, un ejemplo sorprendente de evolución convergente. “Todos tienen cambios en media docena de puntos clave en el genoma viral que influyen en qué tan bien se unen al virus los anticuerpos neutralizantes de la vacunación o de una infección previa”, dice el biólogo evolutivo Jesse Bloom del Fred Hutchinson Cancer Center. “Estamos viendo una alta contagiosidad, pero no enfermedad de riesgo. Vemos que el actual coronavirus produce enfermedades respiratorias leves. Hoy hay muchísimas subvariantes de Ómicron circulando, que producen mutaciones permanentemente. Son cambios proteicos pequeños en la llave spike para ingresar a la célula humana”, explicó a Infobae, el infectólogo Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), que descartó la validez del término COVID-22 como enfermedad nueva.
A pesar de sus diferentes orígenes, varias de las nuevas cepas se han topado con una combinación similar de mutaciones para ayudar a escalar el muro de la inmunidad, un ejemplo sorprendente de evolución convergente. “Todos tienen cambios en media docena de puntos clave en el genoma viral que influyen en qué tan bien se unen al virus los anticuerpos neutralizantes de la vacunación o de una infección previa”, dice el biólogo evolutivo Jesse Bloom del Fred Hutchinson Cancer Center.
Para medir rápidamente qué tan bien cualquier nueva subvariante puede evadir la inmunidad, los investigadores hacen copias de las proteínas de pico de los virus y las exponen a anticuerpos monoclonales o sueros de personas para medir qué tan bien los anticuerpos pueden bloquear las variantes para que no infecten las células. Usando tales pruebas, los investigadores en China y Suecia han descubierto que la proteína espiga de BA.2.75.2 puede evadir de manera efectiva casi todos los anticuerpos monoclonales utilizados para tratar el COVID-19, lo que sugiere que estos tratamientos pueden volverse inútiles.
Ambos grupos también encontraron que BA.2.75.2 parece muy bueno para evadir la inmunidad en humanos. En una preimpresión publicada el 19 de septiembre, el inmunólogo Ben Murrell del Instituto Karolinska y sus colegas informaron que las muestras de suero de 18 donantes de sangre en Estocolmo, donde las tasas de vacunación son altas y las infecciones previas están muy extendidas, fueron menos de una sexta parte de efectivas para neutralizar BA .2.75.2 en comparación con BA.5 . “Esta es la variante más resistente que jamás hayamos evaluado”, dice el virólogo de Karolinska, Daniel Sheward.
Sheward y Murrell están de acuerdo en que deberíamos esperar muchas infecciones en los próximos meses, como sucedió el invierno boreal pasado cuando Ómicron entró en escena. Pero son menos pesimistas que Cao, y señalan que ahora muchas más personas se han recuperado de una infección o han recibido dosis adicionales de vacunas, incluidos refuerzos específicos de Ómicron, cuyo lanzamiento comenzó este mes. “Eso aumentará los niveles generales de anticuerpos y probablemente ampliará el repertorio de anticuerpos. No creo que hayamos vuelto al punto de partida”, indicó Sheward.
“La elección de poner BA.5 en el refuerzo de las nuevas vacunas parece buena. Los refuerzos siempre estarán un paso por detrás, pero la buena noticia es que el refuerzo BA.5 estará uno o dos pasos por detrás de la evolución del virus, en lugar de cinco pasos por detrás”, agregó Bloom. La próxima ola también puede proporcionar mejores pistas sobre qué factores desencadenan o previenen enfermedades graves. Creo que vamos a aprender mucho este invierno”, concluyó Murrell.
La variante BQ.1.1, es preocupante, advirtió el virólogo del Departamento Imperial de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres, especializado en virus, Influenza, SARS-CoV-2 y sus variantes, Tom Peacock. El experto reconoce que la variante BQ.1.1 ha ganado varias mutaciones adicionales en RBD – R346T, K444T y N460K”. Además, indicó que esta nueva variante “ha mostrado un crecimiento muy rápido en las últimas semanas, particularmente en el Reino Unido, donde la primera muestra se detectó hace 9 días y ahora ya hay 28 secuenciadas”.
Además, el experto ha corroborado que la “BQ.1.1 escapa a todos los cócteles de anticuerpos monoclonales disponibles, incluso a aquellos que todavía funcionan contra BA.5″. Por lo que recomienda “recibir una dosis de refuerzo”.
El inmunólogo Yunlong Richard Cao de la Universidad de Pekín y sus colegas encontraron resultados similares para BA.2.75.2 después de analizar muestras de sangre de 40 personas que habían sido vacunadas con tres dosis de CoronaVac, una vacuna hecha con virus inactivados, y 100 más que habían sido vacunadas y luego tuvo infecciones intercurrentes con BA.1, BA.2 o BA.5. El equipo descubrió que BQ.1.1 tenía una capacidad igualmente sorprendente para evadir los anticuerpos.
En su preimpresión, actualizada el 23 de septiembre, Cao y sus colegas también informan que las nuevas variantes no parecen haber perdido la capacidad de unirse estrechamente al receptor de las células humanas que el virus usa para infectarlas, lo que significa que las variantes son infecciosas. E informan alguna evidencia de que las infecciones con las variantes desencadenan proporcionalmente más tipos de anticuerpos incorrectos, aquellos que se unen fuertemente al virus pero no reducen su capacidad para infectar células. Todo eso podría presagiar una nueva ola masiva, dice Cao. “Nunca antes se había visto la escala de la evasión inmune, y el virus sigue evolucionando rápidamente. Esto es muy malo”, concluyó. Con Infobae