24 de noviembre
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Estonia ordenó el retiro de los monumentos soviéticos

El gobierno de Estonia dijo este martes que ha decidido retirar un monumento soviético en una ciudad fronteriza situada en la parte rusófona del país báltico, y la primera ministra explicó que la razón del desmantelamiento es que representa un riesgo para el orden público.

“Nadie quiere que nuestro vecino militante y hostil fomente las tensiones en nuestra casa”, dijo la primera ministra, Kaja Kallas, añadiendo que la medida se tomó tras la invasión rusa de Ucrania. “No permitiremos a Rusia la oportunidad de utilizar el pasado para perturbar la paz en Estonia”.

En Twitter, Kallas expresó que su gobierno decidió retirar los monumentos soviéticos de los espacios públicos en toda Estonia. No obstante, el comunicado que publicó refiere específicamente a las instalaciones de Narva, la tercera ciudad más grande de Estonia con una gran población de habla rusa.

“Teniendo en cuenta la rapidez con la que aumentan las tensiones y la confusión en torno a los monumentos en Narva, debemos actuar con rapidez para garantizar el orden público y la seguridad interna. Por ello, el gobierno adoptó la decisión de retirar los monumentos de guerra del antiguo régimen extranjero en ese lugar para evitar que movilicen más hostilidad en la sociedad y abran viejas heridas”, explicó. Según añadió, la fosa común de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial en Narva recibirá una señalización neutral y “seguirá siendo un lugar digno para conmemorar a los muertos”.

En las afueras de Narva una réplica de un tanque T-34 con una estrella roja soviética se encuentra sobre un monumento que conmemora a los soldados soviéticos que murieron liberando a Estonia de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Todo el monumento estaba siendo desmantelado el martes y “la operación se llevará a cabo de forma digna, por ejemplo, las flores y las velas colocadas en los monumentos se llevarán a un cementerio, no se tirarán a la basura”, dijo el martes el ministro del Interior, Lauri Laanemets, según el Servicio de Noticias del Báltico. La emisora estonia ERR dijo que el desmantelamiento estaba en marcha.

El ministro de Asuntos Exteriores, Urmas Reinsalu, dijo en una declaración gubernamental que Rusia “quería utilizar los monumentos conmemorativos del régimen criminal de ocupación para alimentar las tensiones en la sociedad estonia”.

“Teniendo en cuenta la situación actual, garantizar el orden público es complicado para las autoridades de la ciudad de Narva”, dijo Laanemets en el mismo comunicado, y lo calificó como “un gran y complejo asunto”.

Desde que obtuvo la independencia en 1991, la antigua república soviética de 1,3 millones de habitantes se ha visto envuelta en disputas sobre el estatus de los rusos, la mayoría de los cuales llegaron a Estonia durante los 50 años de dominio soviético.

En 2007, el traslado de la llamada Estatua de Bronce de Tallin, otro monumento de guerra soviético, de un parque de la ciudad provocó días de disturbios.

La semana pasada, Estonia anunció que reducirá todavía más el número de supuestos en que expedirá visados a ciudadanos rusos y, a partir del 18 de agosto, impedirá la entrada de prácticamente todos los rusos que ya dispongan de visados otorgados por el país báltico.

No obstante, según subrayaron los medios locales, la medida afecta sólo a los visados expedidos por Estonia y no está claro qué ocurrirá con los rusos que hayan obtenido visados de otros países europeos.

Las nuevas restricciones llegan después de que a finales de julio Estonia pusiera fin a la expedición de permisos de residencia temporales y de visados con fines de estudio para ciudadanos rusos.

(Con información de AP)

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