29 de noviembre
Internacional

Francia y sus socios europeos anunciaron el fin de sus operaciones militares en Malí

Emmanuel Macron anunció este jueves el repliegue de las fuerzas francesas comprometidas en Malí desde la intervención de 2013. Esta retirada marca el fracaso de las operaciones militares francesas en África, a pesar de la determinación del gobierno de Francia y sus aliados por mantener una “disposición a seguir comprometidos con la región del Sahel”.

Aunque para muchos esta decisiones significa una derrota en el corazón del sistema antiterrorista de Francia y sus socios, el presidente francés “rechaza por completo » esta afirmación. “¿Qué hubiera pasado en 2013 si Francia no hubiera optado por intervenir? Definitivamente tendrías un colapso del estado maliense”, argumentó, y agregó que “entonces nuestros soldados lograron muchos éxitos”, incluida la eliminación del emir de al-Qaeda en el Magreb Islámico en junio de 2020.

Nueve años después de la decisión del ex presidente socialista François Hollande de intervenir militarmente en Malí, por pedido de las autoridades de este país amenazado por una ofensiva yihadista, una minicumbre que reunió a 40 de los 55 líderes que integran la Unión Africana, resolvió el regreso de la fuerzas.

Empujados por las “obstrucciones” de la junta gobernante en Bamako, Francia y sus socios europeos formalizaron su retirada con el cuidado puesto en no dañar la dimensión multilateral europea y africana. El gobierno de Emmanuel Macron, envuelto en la crisis ucraniana y la de su reelección, debe tomar la determinación prácticamente obligado tras la hostilidad del gobierno en Malí, con una situación interna a punto de explotar. Pero además por el balance: esta operación significó perder 53 soldados.

“Francia y sus socios comprometidos en misiones antiterroristas, a saber, los participantes en el grupo de trabajo Takuba, han tomado la decisión de retirar su presencia militar en Malí” , anunció Macron. Pero las fuerzas francesas no abandonan la región. “Con el acuerdo de las autoridades de Níger, los elementos europeos se reposicionarán junto a las fuerzas armadas de Níger en la región fronteriza de Malí” , precisó el presidente francés.

Esta salida forzada, en un momento tan complejo para el escenario internacional, es además un golpe los dos países. La relaciones de Francia y Malí no sólo los vinculan por historia e idioma, sino por su movimiento migratorio, su inmersión cultural y por la acción de decenas de organizaciones sociales para el desarrollo.

Francia está militarmente presente desde 2013 en Malí, ocupado en detener a los grupos yihadistas que proliferan en otros estados sahelianos. Los Eliseos intervinieron para detener el avance estos sectores islamistas radicales que amenazaban a Bamako. Desde este punto, plasmó una estrategia en toda la región, desplegando miles de tropas para luchar contra las facciones locales de al-Qaeda y el grupo Estado Islámico. Sin embargo, esta estrategia no logró que el gobierno de Mali comprometiera sus fuerzas para tomar el control territorial.

Precipitaron esta salida dos golpes de estado. El gobierno de Malí fue derrocado en 2020 y 2021, lo que resultó en la llegada al poder de una junta que se niega a organizar elecciones durante varios años. Este cúmulo de situaciones hizo imposible mantener en posición a los 2.500 soldados franceses. Lejos quedaron los tiempos donde los franceses fueron recibidos como libertadores. Internamente, desde 2013, comienzo de las operaciones, el país se encuentra envuelto en un estado de violencia que ha provocado mas de 10.000 muertes.

“Consideramos que la lucha contra el terrorismo es algo esencial para Mali, para Burkina, para Níger y para los países costeros”, aseguró a medios franceses el presidente marfileño, Alassane Ouattara. “Estaremos obligados a comprar armas, a tener una mayor profesionalización pero también es nuestro deber. Los ejércitos nacionales deben resolver los problemas de nuestros territorios nacionales y esa es nuestra filosofía “, dijo.

Francia y sus socios europeos no sólo fracasan en alejar a Malí de las ambiciones para que se transforme en un puente terroristas hacia el viejo continente. Hoy el desprestigio por sus propios errores alimentan los conflictos sociales internos y los males futuros endógenos. Un problema diseminado en toda la region, un estropicio para las relaciones o ambiciones europeas y africanas.

Antes fue el fracaso por el retroceso militar estadounidense en Afganistán. Hoy es el caso del fracaso de los socios europeos contra el terrorismo en África. Con Infobae

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