Cincuenta años del trágico accidente aéreo en el Cerro Azul, familias vallenatas aún recuerdan a las víctimas
Cada cinco de febrero la sociedad vallenata aún recuerda aquel trágico día, cuando en 1972, el avión de HK-1139, se accidentó en el Cerro Azul , en la serranía de Perijá, cerca de Valledupar, donde perecieron 15 pasajeros y 4 tripulantes.
Esta aeronave perteneciente a la empresa Transportes Aéreos del Cesar, salió desde el aeropuerto de El Dorado con destino a la capital del Cesar y poco antes de llegar sucedió el impactante accidente, dejando luto en varias familias.
Apartes de la canción ‘Tragedia en el Cerro Azul’ interpretada por Aníbal Velazquez y su conjunto, dibuja como los familiares de las víctimas sin saber lo que había sucedido estaban esperando y ‘Al ver que no llegaban dejaron correr su llanto’. Dice apartes de la composición.
Entre los fallecidos de este accidente aéreo que no solo impactó a esta región sino también al país, están Abelardo y María Antonia Barragán Martínez, quienes eran pertenecientes a una familia de comerciantes santandereanos radicados en Valledupar.
Mientras que entre los sobrevivientes estuvieron Finaxga de Pumarejo y la exmagistrada Olga Valle De La Hoz.
En esa época la noticia se difundió por la entonces emisora Radio Valledupar, para la cual laboraba el periodista Alfredo Berrocal, quien demostró que los cuerpos no estaban calcinados, ya que con su olfato periodístico llegó hasta el lugar de los hechos. Esto contribuyó a que cada víctima fuera sepultada en su lugar de origen.
A pesar de los años transcurridos no hay registro de qué pudo causar el siniestro, que aún es recordado con tristeza por los familiares de los fallecidos.
Cabe relacionar que Transportes Aéreos del Cesar, TAC, se creó el 13 de julio de 1968 por iniciativa de un grupo de pilotos e inversionistas, que conociendo las necesidades de transporte aéreo de la región, decidieron enlazar a Valledupar, la capital del recién creado departamento del Cesar e importante centro ganadero del norte del país, con otras regiones del territorio colombiano. La nueva línea aérea estaba respaldada por la Asociación Agropecuaria del Cesar, ASOCESAR, quienes apoyaron financieramente la adquisición del equipo de vuelo.
Poco a poco fueron realizando conexiones con otras ciudades como Medellín, Maicao, Barranquilla, Santa Marta y Bucaramanga, posteriormente Bogotá. Pasaron de aviones de 9 pasajeros hasta 50.
Sin embargo, otro accidente, el 21 de diciembre de 1980, un avión Sud Aviation Caravelle matrícula HK-1810, el cual explotó en el aire después de despegar de Riohacha con destino a Medellín, matando a los 63 pasajeros y 7 tripulantes a bordo, marcó el principio de su final y en 1983, suspendieron operaciones.