25 de noviembre
General

Preocupación por nuevos proyectos mineros y de energías renovables a la Sierra Nevada

Los cuatro Pueblos Indígenas de la Sierra alertan sobre las afectaciones que recaen sobre sus territorios, por cuenta del avance de las economías extractivas y el llamado proyecto “Parque Nabusimake” que se quiere implementar en la zona para la generación de energía fotovoltaica (solar) sin haber sido consultado con ellos.De acuerdo al informe del Observatorio de Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas de la CNTI, al proyecto «Parque Nabusimake” se le han atribuido unilateralmente nominaciones de identidad que son propias de la cultura arhuaca y tendría impactos directos en el territorio sagrado y espiritual de la Línea Negra.

A su vez es el segundo proyecto de energías renovables más grande de los subastados en octubre pasado y no fue garantizado el derecho fundamental a la consulta previa, libre e informada a las comunidades de esta región como ha ocurrido con otros 11 proyectos de energías alternativas en 9 departamentos del país.

El informe «Vulneración a los territorios sagrados de la Sierra Nevada de Santa Marta» visibiliza además las afectaciones sociales y ambientales que persisten en el territorio por la presencia de proyectos extractivos de carbón, metales e hidrocarburos, mismos que amenazan el buen vivir de los pueblos originarios. Los impactos y pasivos ambientales de estas agendas, producto de la explotación, el uso de químicos que quedan en la tierra y en los ríos, siguen provocando un desequilibrio ambiental y cultural por la ocupación y destrucción de los espacios sagrados.

El documento advierte que la pervivencia de los pueblos Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo está en peligro pues: “A pesar de su enorme riqueza natural, su posición geoestratégica es un punto de interés para la explotación de recursos naturales, solicitudes de exploración y explotación de proyectos extractivos de minería, hidrocarburos y turismo depredador”. Así mismo, que estos proyectos han generado presiones ambientales, alteración del paisaje, degradación del suelo, contaminación de fuentes hídricas y del aire, así como restricciones al libre tránsito por el territorio y del paso hacia los espacios sagrados.

Este también da cuenta del impacto de la actividad minera en Colombia en las últimas dos décadas y el incremento vertiginoso que esta ha tenido. Para tal fin recopila y cruza información de distintas fuentes, incluido un informe de la Contraloría General de la República, según el cual entre 2000 y 2010 los títulos mineros en Colombia pasaron de 105 a 1144, es decir, un aumento del 1089 %.

“Estamos hablando de muchas clases de minería que están afectando los territorios de los pueblos de la sierra como son las canteras y el petróleo que no se habían identificado, pero dentro de la sierra ya se está dando exploración y explotación de hidrocarburos”, aseguró Camilo Niño Izquierdo, secretario técnico indígena de la CNTI.

Entre 2014 y 2017 la presión de los intereses extractivos significó el aumento de solicitudes de títulos mineros alrededor de los resguardos indígenas de la sierra en lo que es la Línea Negra, especialmente en la parte norte, en límites con el resguardo KoguiMalayo-Arhuaco, sector donde se construyó el proyecto Multipropósito Puerto Brisa.

“Solo en la Sierra Nevada de Santa Marta existen hoy 132 títulos mineros vigentes dentro de la Línea Negra y 144 solicitudes de exploración y explotación dentro de la sierra”, dijo el ecólogo y líder arhuaco Ricardo Camilo Niño Izquierdo, quien asegura que los proyectos extractivos han tenido un impacto en la disminución del área glacial de la sierra. Además, añadió que en en 1994 existían más de 27 km² de nieve y en 2021 restan 8km², lo que tiene un impacto en más de 21 municipios que dependen del agua de los
páramos de este ecosistema único en el mundo.

El informe del Observatorio de Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas asegura que no hay voluntad política por parte de los administradores y funcionarios locales para la protección integral de la sierra, hecho que puede evidenciarse en la contraposición “entre el avance en materia de seguridad jurídica y protección de los territorios indígenas frente a la exploración, explotación y concesiones mineras que se vienen dando”.

A pesar de que por medio del Decreto 1500 de 2018 los pueblos de la Sierra Nevada han logrado un reconocimiento progresivo del sistema de espacios sagrados de la Línea Negra, persiste una enorme brecha entre el efectivo reconocimiento y la protección de los derechos a la propiedad colectiva. Adicional a esto, el avance de proyectos extractivos se ha traducido en la colonización, y el desconocimiento de la autonomía y la participación de los pueblos, sin contar las afectaciones espirituales, culturales y ambientales a su territorio ancestral.

Fuente: Prensa | Comisión Nacional de Territorios Indígenas. RSF

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