23 de noviembre
Opinión

Hacia una Democracia Constitucional

 Por: Rafael Porto C.

Es necesario refundar la política y por supuesto la democracia, es más hay que instituir una verdadera democracia constitucional en la república de Colombia, no de papel, sino real.

En primer lugar, se presenta un problema que es el siguiente:

Los derechos fundamentales constitucionalmente establecidos resultan en buena parte inefectivos.

Es necesario que la Ley y sobretodo la Constitución tenga un partido o movimiento político que la defienda, que la proteja de sus enemigos y que la haga cumplir, y eso es precisamente a lo que estoy llamado si los magdalenenses me elijen como representante a la Cámara por el Movimiento Salvación Nacional.

 Es de suma importancia recordar que la impronta del Dr. Álvaro Gómez Hurtado está inmersa en la Constitución que hoy nos rige.

 Desde mi visión constitucional los servidores públicos –en todos los niveles– deben recibir periódicamente capacitación en derechos humanos a través de cursos, talleres, especializaciones, etc., pues hay que insertar en el ADN del servidor público en Colombia la sensibilidad hacia el respeto por tales derechos.

Lo anterior para generar sensibilidad, pues solo así serán capaces de entender al ciudadano y ofrecer un servicio público eficiente. El principal problema en Colombia no son las leyes, –que seguramente tendrán sus deficiencias, pero esa es otra discusión– sino que el problema se centra en las personas, necesitamos ciudadanos enamorados no solo de la ley sino a la Ética. El Dr. Álvaro Gómez hablaba de la moral en lo público, yo hablo de la ética en el poder.

 Lo digo con profunda convicción: hay que defender la Constitución no solo porque nos rige a todos, sino que nos GARANTIZA A TODOS NUESTROS DERECHOS, la convivencia pacífica, la tutela de los derechos fundamentales, y está llamada a reducir las brechas de la desigualdad.

Millones de personas en el mundo, y en Colombia sufren y mueren de hambre por enfermedades, falta de agua, y falta de alimentación básica. Lo anterior constituye una catástrofe para la humanidad, intolerable e inconcebible y esto es precisamente la causa de la falta de desarrollo económico en el país, bien lo dijo el Dr. Álvaro Gómez: “mi revolución es el desarrollo”. Por otra parte, la problemática mencionada incentiva los conflictos, el desorden en la estructura social y el incremento de la criminalidad.

En suma, el estricto cumplimiento de los derechos fundamentales puede y debe convertirse en el principal factor, o más bien en el motor del crecimiento económico en el país, pues a mayor crecimiento económico, mayor bienestar.

No perdamos de vista que la mejor política económica, así como la mejor política en seguridad, y la lucha en contra de la delincuencia y la criminalidad es una política social robusta encaminada a garantizar los derechos fundamentales de todos.

Hay que eliminar del imaginario colectivo que estos gastos sociales incrementarán el presupuesto del Estado y el gasto fiscal, por el contrario, debe entenderse como una inversión pública productiva.

 Finalmente, –siguiendo la idea del jurista italiano Luigi Ferrajoli–, la democracia constitucional debe enfocarse por lo menos en tres aspectos:

  1. Garantía de los derechos fundamentales, así como los derechos de libertad, y los derechos sociales,
  2. la democracia constitucional debe estar por encima de todos los poderes: públicos y privados y
  3. debe enfocarse en el derecho a la paz, –sin impunidad–, al agua como derecho humano, al medio ambiente sano, a la alimentación básica y a la información veraz.

 Aquí pensando en voz alta: les recuerdo a mis lectores y amigos que soy candidato a la Cámara de Representantes por el departamento del Magdalena por el Movimiento Salvación Nacional.

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