26 de noviembre
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Japón prohibió el alcohol, acortó el horario de los bares y redujo los aforos por el coronavirus

Japón aprobó este viernes la imposición a partir del domingo de nuevas restricciones por la pandemia en tres prefecturas del sur y oeste del país para frenar el alarmante aumento de casos de COVID-19 que ha llevado al territorio a declarar su sexta ola.

Las medidas entrarán en vigor el próximo día 9 y se prolongarán en principio todo el mes de enero en Okinawa (sudoeste), Yamaguchi e Hiroshima (oeste), anunció el primer ministro, Fumio Kishida.

“El gobierno ha decidido declarar la alerta epidémica ante la necesidad de tomar medidas lo antes posible”, explicó Kishida, que reconoció que “la pandemia se está expandiendo por todo el país” y abogó por adoptar medidas “ante la rápida propagación de Ómicron”.

Las medidas contemplan el cierre temprano de bares y restaurantes, la prohibición de servir alcohol y limitaciones en el aforo de eventos multitudinarios, como los deportivos o culturales, aunque las autoridades de cada prefectura serán libres de fijar sus propias restricciones y, por lo tanto, podrán variar de una región a otra.

El establecimiento de la alerta, que no supone la declaración de un estado de emergencia sanitaria, tampoco conlleva confinamiento para la población, que no es legal en el archipiélago nipón.

Japón ha atravesado varios períodos con medidas similares en los últimos dos años. Las últimas restricciones por COVID que estuvieron vigentes en alguna zona del país se levantaron el 1 de octubre.

Las prefecturas que se están viendo afectadas por un alarmante aumento de los contagios albergan varias bases militares de Estados Unidos que se habrían convertido en focos de infección.

En Okinawa, que aglutina alrededor del 70% de estas tropas, los casos se han multiplicado por 30 en una semana. El territorio contabilizó este viernes 1.414 nuevos casos, tras los 981 de la víspera y los 623 del miércoles, según los datos oficiales.

Los casos también están aumentando rápidamente en Yamaguchi, principalmente en la ciudad de Iwakuni, donde hay una base aérea estadounidense, y en la vecina Hiroshima.

El restablecimiento de restricciones ha generado inquietud sobre una eventual extensión a otras zonas del país como pudiera ser Tokio, que también está experimentando un rápido aumento de casos.

La capital japonesa reportó este viernes 922 nuevos contagios, tras los 641 del jueves, los 390 del miércoles y los 151 del martes.

Preguntada sobre una posible alerta en la metrópolis, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, evitó referirse a ello y afirmó que buscará “la forma más eficaz de adoptar medidas siguiendo las recomendaciones de los expertos”.

Aunque el sistema sanitario japonés no se encuentra bajo presión, el ritmo de aumento de casos ha generado preocupación por un potencial incremento de las hospitalizaciones que afecte a los servicios básicos.

“Viendo la situación actual, queremos hacer todo lo posible para prevenir problemas en los tratamientos. Es importante que el sistema médico funcione en cada localidad”, dijo al respecto Kishida.

En Japón apenas el 0,6% de la población ha recibido hasta el momento la dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus, según los últimos datos disponibles de Sanidad. La inyección se administra actualmente sólo a personal sanitario y se espera que empiece a aplicarse próximamente a la tercera edad y grupos prioritarios.

Japón ha contabilizado hasta el momento unos 1,74 millones de casos y 18.411 muertes vinculadas al coronavirus.

(Con información de EFE)

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