La UE retiró a Seychelles, Anguila y Dominica de su lista de paraísos fiscales
La Unión Europea (UE) sacó este martes de su “lista negra” de paraísos fiscales a las Islas Seychelles, Anguila y Dominica, lo que deja este repertorio con solo nueve jurisdicciones y ha generado críticas por llegar tras las revelaciones de los papeles de Pandora, una nueva investigación que prueba el enorme uso de estos refugios tributarios por parte de la élite mundial.
Tras la decisión adoptada este martes por los ministros de Economía y Finanzas comunitarios, en la lista quedan Panamá, Samoa Americana, las islas Fiji, Guam, Palau, Samoa, Trinidad y Tobago, las Islas Vírgenes estadounidenses y Vanuatu.
Seychelles, Anguila y Dominica, que habían entrado en la lista por incumplir los criterios de transparencia e intercambio de información del Foro Global de la OCDE, salen de la misma después de que este organismo les haya concedido una revisión adicional para ver si cumplen.
Pasan ahora a la “lista gris”, en la que figuran las jurisdicciones que no cumplen los estándares europeos pero se han comprometido a cambiar su legislación, junto con Turquía, Uruguay, Costa Rica, Jamaica, Botsuana, Barbados, Hong Kong, Malasia, Qatar, Jordania y Macedonia del Norte.
Aunque el cambio ya estaba previsto puesto que la UE actualiza esta lista semestralmente, el recorte de la misma llega en un momento en el que los papeles de Pandora vuelven a poner el foco en la evasión de impuestos a gran escala que permiten estos paraísos fiscales, generando pérdidas millonarias para las arcas públicas.
La enorme filtración desvelada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) destapó este domingo cómo cientos de millonarios, políticos, delincuentes y famosos de todo el mundo utilizan una maraña de fideicomisos y sociedades pantalla en territorios como Panamá, las Islas Vírgenes Británicas, Bahamas, Andorra, Belice, las Islas Cook, o Dakota del Sur en EEUU, entre muchos otros.
Estas y otras jurisdicciones conocidas como paraísos fiscales se caracterizan por una regulación opaca, que dificulta saber quién está realmente detrás de las empresas y facilita escapar al fisco. La creación de empresas “off-shore” en sí misma no es ilegal salvo que no se declare a la Hacienda del país dónde reside su beneficiario o se use para eludir impuestos.
En este contexto, el recorte de la lista ha hecho aumentar las críticas contra un repertorio al que desde su creación, en 2017, se atribuye poca autoridad y que no sanciona a los paraísos fiscales, más allá de prohibir el tránsito de fondos comunitarios a través de empresas establecidos en ellos, y no incorpora a los Estados de la UE.
“Algunos de los paraísos fiscales con peor fama del mundo ni siquiera están en la lista de la UE y los ministros de Finanzas van a dejar fuera todavía a más de ellos”, criticó la eurodiputada socialista Aurore Lelucq, redactora de un informe que votará el miércoles la Eurocámara para pedir más medidas contra las malas prácticas tributarias.
También el portavoz económico del Partido Popular en la Eurocámara, Markus Ferber, criticó en un comunicado que la lista “no tiene garra” y que “aguarla aún más” esta semana “envía la señal equivocada”.
La elaboración de la lista de paraísos fiscales depende de los países de la UE, que evalúan si otras jurisdicciones cumplen ciertos criterios en materia de transparencia, buena administración, tributación justa o implementación de las normas contra la erosión de la base fiscal y el traslado de beneficios.
Sus críticos consideran que a la hora de redactarla pesan también consideraciones políticas y diplomáticas.
(Con información de EFE)