El régimen de Irán envió combustible al Líbano para apoyar a Hezbollah
El Líbano está cada vez más cerca de recibir los envíos de combustible del régimen de Irán, que decidió con esta medida apoyar al grupo terrorista Hezbollah, que gobierna de facto el país.
El medio libanés Al-Akhbar aseguró que uno de los buques ya estaba en aguas sirias, aunque el portal Tanker Trackers aclaró que la nave todavía no había alcanzado el Canal de Suez, mientras que la segunda nave ya habría salido del puerto iraní.
En agosto, el secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah confirmó en un discurso televisado que un buque ya había partido y que le seguirían otros para aliviar la fuerte escasez de combustible que sufre el Líbano. Aunque no aclaró cómo pagaría los envíos, anteriormente había dicho que podría pagarse en libras libanesas, una divisa que ha perdido más del 90% de su valor desde la crisis de 2019. Tras el anuncio, también persistía la duda de cómo haría el régimen persa para concretar los envíos.
La entrega violaría las sanciones estadounidenses impuestas a Teherán después de que el ex presidente Donald Trump sacara a Estados Unidos de un acuerdo nuclear entre Irán y las potencias mundiales en 2018.
El régimen persa ya entregó previamente combustible a Venezuela en desafío a las medidas de Washington. Las gestiones con el Líbano no contarían con el aval formal del gobierno interino local, otra demostración del poder de facto de Hezbollah.
Durante semanas, los libaneses han hecho largas colas en las gasolineras para llenar sus tanques. La escasez de combustible en medio de graves cortes de electricidad ha dejado fuera de servicio a miles de generadores privados, lo que ha provocado largos apagones e incluso escasez de pan. Algunos hospitales han advertido que los pacientes podrían morir debido a la escasez de gasóleo que alimenta sus generadores. La escasez se atribuye al contrabando, al acaparamiento y a la incapacidad del gobierno libanés de asegurar el suministro de combustible importado.
La situación se deterioró drásticamente la semana pasada después de que el banco central decidiera poner fin a las subvenciones a los productos de combustible. La decisión provocará probablemente una subida de los precios de casi todos los productos básicos en Líbano.
Horas después del anuncio de Nasrallah, el gobierno de Estados Unidos indicó al gobierno local que ayudaría al Líbano a a obtener electricidad de Jordania y facilitaría el flujo de gas egipcio.
Este miércoles, una delegación de cuatro senadores estadounidenses reiteraron la disposición a apoyar al país, pero advirtieron que la importación de petróleo iraní en el país afectado por la crisis podría tener “consecuencias gravemente perjudiciales”. Durante una visita que incluyó reuniones con el presidente del Líbano, el presidente del parlamento y el primer ministro designado, los legisladores estadounidenses dijeron que recibieron promesas de que se formará un nuevo gobierno antes del fin de semana.
Líbano lleva sin un gobierno en pleno funcionamiento desde el 10 de agosto de 2020, cuando el gabinete del primer ministro Hassan Diab dimitió días después de una enorme explosión en el puerto de Beirut que mató al menos a 214 personas, hirió a unas 6.000 y dañó barrios enteros. La crisis económica del Líbano ha sido descrita por el Banco Mundial como una de las más graves que ha vivido el mundo desde la década de 1850. La moneda local se ha desplomado al agotarse las reservas de divisas del banco central, lo que ha provocado una escasez de medicamentos, combustible y gas.
Por su parte, el vicepresidente del consejo ejecutivo de Hezbollah, el jeque Ali Da’moush, declaró el viernes que su grupo está utilizando todos los medios a su alcance para hacer frente a los problemas de subsistencia. “La decisión tendrá, por supuesto, repercusiones políticas, ya que básicamente ha roto el cerco que Estados Unidos ha impuesto al pueblo libanés, y ha frustrado todos sus intentos de matar de hambre y humillar a la nación”, añadió.
Desde febrero de este año, Irán y su rival Israel se han enzarzado en una “guerra en la sombra” en la que buques vinculados a cada nación han sido atacados en aguas del Golfo en intercambios de golpes de efecto.
(Con información de AP)