Niña con síndrome de Stevens-Jhonson espera por la EPS para valoración del dermatólogo
Hace poco más de un mes, su vida era como la de cualquier niña, alegre, sociable y comprometida con sus estudios. Hoy la realidad es otra para Anyila María González Zuleta, de 13 años de edad, quien por razones que aún se desconocen, fue afectada por el síndrome de Stevens-Jhonson, pero lo más lamentable es que a pesar de tener 28 días hospitalizada, la EPS Cajacopi, no autoriza su traslado para la valoración de un dermatólogo especialista en el tema.
Han sido días y noches interminables, entre el dolor y la afectación de una piel, que con el pasar de las horas, se asemeja a grandes quemaduras. Doloroso, triste e indignante, entre esa agonía, espera por la valoración de un dermatólogo que no está disponible en la Clínica Médicos Ltda, donde recibe atención por parte de un infectólogo y cirujano plástico.
El síndrome de Stevens-Johnson es una enfermedad rara e impredecible. La patogenia es desconocida, aunque en sentido general, se plantea una reacción de hipersensibilidad relacionada con drogas, infecciones y exposición a sustancias tóxicas. En el 20 % de los casos no se puede probar ninguna de sus causas.
INMEDIATA VALORACIÓN
Esta lamentable historia la dio a conocer Laudith Cecilia Gonzalez Zuleta, tía de la niña afectada, quien afirmó que la gravedad de su familiar se debe a la negligencia de la EPS Cajacopi, en la autorización de traslado de la niña Anyila Maria, a otro centro asistencial de Valledupar, donde cuenten con especialistas en lesiones de piel.
Comentó que la menor está hospitalizada en la Clínica Médicos Ltda, desde el día 31 de julio, padeciendo el síndrome de Stevens-Jhonson. “Hace aproximadamente 15 días, fue llevada a UCI Intermedia de Pediatría y de allí inexplicablemente, salió con mayor gravedad. Ya suma 28 días de hospitalización sin valoración por dermatología, la cual se hace necesaria y urgente, ya que las lesiones cubren el 100% de su cuerpo”, afirmó.
Entre tanto, al día de hoy, Anyila María González, quien cursa el 6to grado en el Colegio Nacional Loperena, sigue padeciendo en el centro de salud. Las lesiones le cubren la cabeza, el rostro, piernas y el resto de su organismo. “Parecen quemaduras de tercer grado, el dolor es insoportable, mientras se espera por la respuesta de una institución que debería velar por el bienestar de sus afiliados”, afirmó la tía de la menor.
La niña reside en el barrio El Carmen de Valledupar, y según explica el familiar, nunca en su vida había sufrido semejante enfermedad. Todo se inició con fiebres altas, color amarrillo en su piel y mucho malestar. En principio los galenos hablaban de un cuadro hepático, hasta que el infectólogo le diagnosticó el síndrome.
SOBRE LA ENFERMEDAD
El síndrome de Stevens-Johnson, también llamado eritema multiforme mayor, fue descrito por vez primera en 1992 y caracterizado por una serie de lesiones de piel de diversa morfología, en la cual están severamente dañadas al menos dos membranas mucosas y la piel. Si se elimina la causa de fondo, y la reacción cutánea se detiene, comenzará a crecer piel nueva en unos días. Si se trata de un caso grave, la recuperación completa puede llevar varios meses. La incidencia es probablemente de uno a tres casos por cada millón de habitantes al año.
Es una enfermedad poco frecuente, pero de una severa gravedad y su pronóstico depende de un diagnóstico precoz y un adecuado tratamiento. Comienza con fiebre de 39 a 40 °C, cefalea severa, dolor de garganta y fatiga, que es mal diagnosticado y por lo tanto, mal tratado con antibióticos.
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