24 de noviembre
General

Quince acordeones que se suman a la labor de preservar la esencia de la música vallenata

Bien lo dijo Consuelo Araújo, “quien empuña un acordeón, una caja o una guacharaca, jamás empuñará un fusil”. Esta frase es la premisa de lo que hoy son los Niños del Vallenato de la Escuela Rafael Escalona, cuya misión ha sido formar niños, niñas y adolescentes, para preservar y conservar la esencia de la música vallenata.

El Cesar ha sido un territorio marcado por la violencia, cuya historia lamentablemente no ha terminado. Por ello, instituciones de Gobierno se centran en la protección de la niñez, a través de estrategias que les permitan fortalecer sus valores y aprender a respetar los derechos de los demás por una vida sana y en armonía.

Es allí donde la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, en el marco de la estrategia Empresa y DDHH, consigue respuesta de Gran Tierra Energy, para donar 15 acordeones a la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata para la Escuela Rafael Escalona, como una contribución a la labor social y folclórica de la región, además de evitar el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes.

La Tienda Compai Chipuco, espacio rodeado de historia y tradición, se convirtió en el escenario perfecto para hacer entrega del instrumento más emblemático del vallenato, el cual empezará a dar las mejores melodías bajo la inocencia de los niños, quienes aspiran ser grandes en este género, que identifica a Valledupar en cualquier parte del mundo.

DERECHO A UNA VIDA DIGNA

Nancy Patricia Gutiérrez, consejera Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, manifestó que con la formación cultural de los niños, niñas y adolescentes, se les enseña desde temprana edad, a tener algo fundamental de los derechos humanos, y es el respeto a los derechos de los demás. “Nos vamos a concentrar en actividades que les permita tener una visión distinta de lo que son los malos hábitos, que se aprenden en las calles cuando no hay oficio. El vallenato hace parte de la vida de la historia de los colombianos, y eso es un buen inicio”.

Explicó que el Estado colombiano a través de la Comisión Intersectorial para la Prevención del Reclutamiento, el Uso y la Utilización de Niños, Niñas y Adolescentes, se une con 22 entidades de Gobierno, para emprender acciones encaminadas a proteger a la niñez.

“Con estas entidades de orden nacional, debemos accionar estrategias con gobernaciones y alcaldías. El Cesar vivió muchos años de sufrimiento y de dolor, muchos años que recuerdan la triste historia de grupos armados organizados que tuvieron un efecto sobre la población, dejando huellas que aún son imborrables. Lamentablemente la historia no se ha terminado, hay grupos armados hoy en día concentrados en el narcotráfico, microtráfico, explotación ilegal de minerales, de recursos naturales, que también utilizan a los niños, niñas y adolescentes, de allí el Estado, dentro de la visión de protección de DD HH, llamar a la población en general a trabajar en su lucha”.

Es satisfactorio entregar en Valledupar, un símbolo tan importante en la formación musical de los niños, como es el acordeón. Las nuevas generaciones tienen derecho a una vida digna, para lo cual el Estado tiene la obligación de protegerlos, pero además de convocar a la ciudadanía para que entre todos se respeten los derechos de los demás. “Quienes vienen detrás de nosotros, deben tener oportunidades de vida, más que las que nosotros tuvimos como colombianos, y ese es el mensaje que a través de la estrategia de inclusión busca el Gobierno nacional”.

PRESERVAR LA MÚSICA VALLENATA

Rodolfo Molina Araújo, presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, reiteró que la creación de la fundación siempre fue con el fin de preservar, cuidar y proteger la música tradicional vallenata.

Por ellos se hizo un compromiso ineludible con la niñez, porque allí es donde estaba el semillero, la verdadera preservación de la música. Es mostrar el mejor camino que con orgullo y dedicación, los convertirá en creadores y defensores del género.

El proceso lo inició la tan recordada Consuelo Araújo, con la creación de Los Niños del Vallenato, para que ellos fueran visionando lo que era tener un talento que en el día de mañana les pudiera dar estabilidad.

“Existe una línea muy delgada entre la música vallenata y el consumo de licores y de drogas. Consuelo sabía que si a ellos se les enseñaba sobre el verdadero valor, ellos cogerían el mejor camino. Hoy por hoy podemos decir que la música vallenata es una de las empresas musicales más grandes del país con proyección internacional”, dijo.

A medida que la escuela Rafael Escalona, que se fundó posterior a Los Niños del Vallenato, hoy por hoy forma a más de 180 niños años tras años, teniendo como referencia que el 46% de sus integrantes son niñas, dando una igualdad a nivel nacional de que las mujeres se han atrevido a empuñar un acordeón, una guacharaca y una caja.

“Quién empuñe un acordeón, una caja y una guacharaca, jamás empuñará un fusil”, y así la historia lo ha demostrado.

AYUDAR A LAS COMUNIDADES VULNERABLES

Manuel Butriago, representante de la empresa Gran Tierra Energy, afirmó que unirse a esta acción del Gobierno nacional, forma parte de la filosofía ‘Más allá del cumplimiento”, conformada por tres pilares: proteger la diversidad, desarrollo económico a través del empleo, proveedores y el emprendimiento, y los Derechos Humanos.

La empresa está presente en cuatro municipios del Cesar como San Martín, San Alberto, Aguachica y Río de Oro. “Esta es una gran oportunidad para hacer parte de la cultura local, y a la vez contribuir a que pase de generación en generación”.

Afirmó que, sin dudas, lo que viene construyendo la Fundación de la Leyenda Vallenata aguantará en el tiempo, y como empresa se quiere llegar más allá. Es una alianza pública-privada, que permite ayudar a las comunidades vulnerables del Cesar.

El acto fue cerrado con la presentación de Los Niños del Vallenato de la Escuela Rafael Escalona, quienes en versos manifestaron: “Gran Tierra Energy querida, gracias por los acordeones, este gesto nos motiva a seguir nuestras tradiciones…con la fuerza de mi canto, pido en este verso grato, que Dios cubra con su manto al Festival al Vallenato”.

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