19 de septiembre , 2024
Nacional

Bucaramanga y 16 municipios más dispondrán por seis meses más de El Carrasco

Luego de tres días, en los que las autoridades de aseo de Bucaramanga y 16 municipios más del departamento de Santander, no tuvieran un lugar donde hacer el desecho de más de 1.000 toneladas diarias de basuras, tras el cierre del relleno El Carrasco, en las últimas horas, se conoció que por medio del decreto 0103 que declara la calamidad pública, se logró que por seis meses más los desechos sean nuevamente llevados al botadero.

A través de un comunicado, la empresa de aseo de Bucaramanga -EMAB- informó que por seis meses podrán disponer del botadero, tras la declaración de calamidad pública, pues durante el fin de semana, cuando varios camiones estaban llegando con los desechos al relleno de Aguachica, Cesar, estos no pudieron hacer el descargue del contenido porque la población y hasta la misma alcaldía se opusieron a ser la solución del vecino departamento, que no cuenta con un botadero, tras más de 10 años de inconvenientes con El Carrasco.

“En ningún momento voy a permitir que Aguachica sea la cloaca de Santander y el área metropolitana para que sean traídos los desechos orgánicos e inorgánicos”. Como alcalde ‘me paro en la raya’. Así me hagan proceso jurídico los enfrento, porque no voy a dejar que me traigan basura para luego beneficiarse. Una empresa está ofreciendo un servicio que nosotros no vamos a permitir. Aguachica no está preparada para esto”, dejó en claro Róbinson Manosalva, alcalde de Aguachica, Cesar.

Además, Cúcuta, que era la otra posible alternativa, también dejo claro que no recibiría las basuras y residuos de otras zonas.

“Nosotros, bajo ninguna consideración, vamos a permitir ni la entrada, ni el tránsito y menos aún la disposición final de los residuos sólidos que pretendan enviarse hasta el relleno sanitario Guayabal. Debemos prever cualquier impacto sanitario y ambiental. Actualmente el Relleno Sanitario Guayabal atiende a 20 municipios de Norte de Santander, con una recolección aproximada de 900 toneladas de basuras diarias”, precisó Gregorio Angarita, director de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, Corponor.

A pesar que la Procuraduría señaló que para las autoridades era obligatorio hacer el cierre del botadero, y la Defensoría hiciera un llamado a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -ANLA- y la Gobernación del Santander para que encontrarán una solución, José Pablo Ortiz, gerente de la Empresa de Aseo de Bucaramanga (EMAB), comunicó que lograron hacer un decreto para que por seis meses más tuviera la posibilidad de dejar los desechos en El Carrasco.

“Se decretó por seis meses, tenemos que ser responsables y no podemos dejar las basuras en la calle, nosotros tenemos estudios donde demostramos que hay capacidad sin poner en riesgo la estabilidad y podríamos prolongar por ahí unos dos años más tiempo en el que debería desarrollarse el proyecto en Lebrija”, indicó Ortiz.

En el comunicado emitido por la empresa de aseo de la capital de Santander, señalaron que ya se encuentran efectuando las rutas y frecuencias legales mínimas establecidas para la recolección de los residuos sólidos domiciliarios y cumpliendo con los demás componentes del Servicios Publico Domiciliario de Aseo,

“Agradecemos realizar la correcta presentación de los mismos para su respectiva recolección y reiterar la importancia de seguir implementando en sus hogares buenas prácticas de adecuado manejo de residuos sólidos y separación en la fuente que promuevan el aprovechamiento”, indicó la empresa en dicho comunicado.

¿Por qué ordenaron el cierre de ‘El Carrasco’?

Este relleno sanitario empezó a funcionar en 1978 a cielo abierto, sin ningún tipo de tecnificación en el manejo de las basuras. Años después, alrededor de éste se empezaron a construir urbanizaciones, lo que hoy se conoce como barrio El Porvenir, habitantes del sector quienes compraron sus viviendas en esta zona no se percataron de las repercusiones del relleno e indicaron que también los habrían engañado, por lo que con el tiempo empezaron a padecer diferentes problemáticas de salud y ambientales debido a que están a menos de 500 metros del botadero.

Ante las afectaciones a esta población, en 1990 se empezó hacer el manejo de las basuras de tal manera que se mitigara los efectos sobre la salud de los residentes; sin embargo, en el 2002 la población del barrio interpuso una acción popular ante el Juzgado Cuarto Administrativo, instancia judicial que negó en primera instancia que las pretensiones de los vecinos que alegaban el cierre del basurero era necesario.

Ante el fallo, la comunidad apeló y el proceso fue remitido al Tribunal Administrativo de Santander, que en el 2009 ordenó el cierre del basurero y en el 2011, en un fallo de segunda instancia, corroboró la decisión y fijó el 30 de septiembre de ese año como la fecha de cierre de El Carrasco. Con Infobae

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