Las manos de Unai Simón empujan a España a las semifinales, en los penales
Parecía que se repetiría la historia de hace tres años en el Mundial, pero esta vez salió cara. España ganó la ruleta rusa de los penaltis y se metió en semifinales ante una heroica Suiza (1-1), que jugó toda la prórroga con un hombre menos.
España se mete así en su primera semifinal de un gran torneo desde la Eurocopa de 2012. Un gran éxito de Luis Enrique Martínez, que confió en estos jugadores a muerte pese a los dos empates consecutivos en la primera fase.
Y eso que Busquets falló el primer penalti de la tanda y Rodri también erró el suyo. Por suerte, Unai Simón detuvo dos penas máximas y llevó a España a Londres, donde espera al ganador del partido entre Bélgica e Italia.
No fue la España brillante de los octavos ante Croacia. El balón corrió poco. Le faltó movilidad a los centrocampistas y desborde a los delanteros. Mejoró España en la prórroga, pero sólo convirtió en un héroe al portero helvético.
Suiza demostró ser el ogro que tumbó a los franceses. Una disciplina táctica a prueba de bomba en juego posicional y una precisión de relojero a la contra. Estuvieron a punto de echar a España a la calle y hacer historia.
Como se esperaba, Jordi Alba reemplazó a Gayá, mientras Pau Torres entró en lugar de Eric García en el centro de la defensa española. Tampoco hubo sorpresas en el equipo helvético. Zakaria sustituyó al gran capitán. Xhaka, ausente por tarjetas.
Salió bien España. Con el balón en propiedad, pero mirando siempre la portería contraria. Los suizos esperaban agazapados un fallo en la salida del balón.
Jordi Alba abrió la lata a los ocho minutos. Fue un córner que nadie pudo rematar, el balón le cayó al zurdo del Barcelona al borde del área grande, lo empalmó sin pensárselo dos veces, rebotó en Zakaria y sorprendió a Sommer (min.8).
Los de Luis Enrique eran dueños del partido. Demasiado fácil. Los suizos sólo inquietaron cuando la defensa española y Unai Simón arriesgaban demasiado.
España mejoraba cuando entraba en juego Ferrán Torres. Era dinamita pura. César Azpilicueta pudo marcar a la salida de un córner, pero Sommer estaba bien colocado.
Con el paso de los minutos el juego español se fue atascando. Los suizos nunca le perdieron la cara al partido. Con poco, daban la sensación de peligro. Alba tuvo que emplearse a fondo para neutralizar varias incursiones por su banda.
Vargas, de origen dominicano, mejoró al lesionado Embolo por la banda derecha. Los delanteros suizos estuvieron a punto de cogerle la espalda a la adelantada defensa española.
Sarabia no entraba en juego. Pedri estaba muy vigilado. Mientras, a Morata no le llegaban apenas balones. El balón no corría, pero los suizos sí. Luis Enrique debía tomar medidas al descanso.
Olmo fue el elegido para sustituir al zurdo del PSG. Acertó con el cambio, ya que el futbolista del Leipzig protagonizó las dos primeras ocasiones de la segunda parte. Primero puso a prueba a Sommer con un disparo raso tras un buen pase de Morata, y después encaró a su marcador y centró al corazón del área, donde Koke remató alto.
Con todo, a Luis Enrique no le gustaba lo que veía. A los diez minutos de la reanudación cambió a Morata por Gerard Moreno.
Tuvo el empate en su cabeza Zakaria, pero su remate salió lamiendo el poste derecho defendido por Simón, que sólo pudo hacer la estatua.
Si no quería problemas, España debía marcar. Pese a ir por detrás en el marcador, los suizos no parecían sufrir. Zuber obligó al guardameta español a emplearse a fondo con un disparo muy cercano.
El gol se veía venir y llegó en un fallo garrafal de la defensa española. Laporte se adelantó al delantero en un contraataque, pero el balón rebotó en Pau y le cayó franco a Freuler, que le cedió el balón a Shaqiri para que marcara a placer (min.68).
El gol hizo justicia. La Roja estaba aturdida, pero reaccionó a lo grande. Atacando.
Entonces, Freuler se lanzó con los tacos por delante para rebañar un balón. Llegó tarde y golpeó a Moreno. El árbitro inglés, habitualmente permisivo con estas jugadas, expulsó al suizo.
La expulsión encerró más a los suizos y también puso a la afición en contra del equipo español. Petkovic no tardó reaccionar. No tuvo reparos en quitar a sus dos delanteros, Shaqiri y Seferovic. El mensaje era claro. Prórroga y penaltis.
Luis Enrique también movió ficha. El gran olvidado, Marcos Llorente, saltó al campo. No hubo tiempo. Ambos equipos estaban condenados a la prórroga, pero los españoles tenían un jugador más.
La tuvo Gerard Moreno al comienzo de la prórroga delante de Sommer a pase medido de Alba, pero cuando lo más difícil era fallarla, remató fuera.
España había embotellado a Suiza. Alba obligó a Sommer a despejar a saque de esquina con un disparo desde fuera del área. Un disparo de Olmo rebotó en Moreno y casi entra. Se sucedían las ocasiones.
Gerard Moreno volvió a entrar en acción. Su disparo casi a bocajarro lo despejó el portero suizo con un grandísima intervención.
Como contra Francia, Sommer era el héroe. A disparo de Oyarzabal, otra gran estirada. El estadio ovacionaba cada una de sus intervenciones. España estaba haciendo su trabajo. Sólo faltaba acertar.
Le costó más a los españoles en los segundos quince minutos. Ricardo Rodríguez evitó el gol de Marcos Llorente lanzándose en plancha.
Todo eran silbidos contra España y ovaciones al equipo en inferioridad numérica. El acoso y derribo se recrudecía. Se mascaba la tragedia. España no quería someterse a la lotería de los penaltis. No pudo evitarlo.
Y la ruleta de los penaltis dictó sentencia. Unai Simón detuvo dos y Oyarzabal metió a España en semifinales. Salió cara.
EFE