Con niños de arcilla protestan en Panamá por abusos sexuales de menores
En febrero pasado se dio a conocer los casos ocurridos dentro de albergues manejados por el Estado, además del abuso sexual también hubo maltratos tanto físicos como psicológicos
Artistas colocaron este miércoles dos estatuas de arcilla simulando a niños desafiantes frente a la sede del Parlamento de Panamá en “honor a las víctimas” de abusos sexuales a menores en albergues, un escándalo que estalló en febrero pasado tras la difusión de un informe parlamentario.
“Estamos haciendo una vigilia artística por la niñez y la adolescencia, por todos los casos de abuso y violencia. Estamos para acompañarlos en su dolor y ser una luz de esperanza”, dijo Jordana Fasano, una de las participantes.
Las dos estatuas, alzadas sobre una plataforma de madera con ruedas, fueron arrastradas con unas extensas cuerdas por un grupo de manifestantes “de luto” a lo largo de una de las principales arterias de Ciudad de Panamá hasta llegar a la sede de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), donde permanecerán por un tiempo indefinido.
Los muñecos, un niño y una niña con las manos en la cintura en posición y mirada desafiante, “representan a cada de unos de los casos de abusos que hay en el país“, explicó Fasano, y en sus pies descansan dos placas en “honor, reconocimiento y acompañamiento al dolor de las personas sobrevivientes de abusos”.
“Los dejaremos en la Asamblea porque es la fuente principal de poder en el país y necesitamos hacer este llamado”, añadió.
Sumidos en silencio, al menos un centenar de manifestantes estuvieron presentes en la vigilia acompañando con pancartas que lucían algunos mensajes como “Estado abusador” o “¡Reaccione! o es que… ¿les tienen que violar a ustedes?”.
“Queremos hacer latente el gran problema que estamos viviendo y que no se están respetando los derechos de nuestros niños. Queremos crear consciencia en la sociedad civil”, agregó Fasano.
El escándalo de los albergues estalló en febrero pasado, cuando una subcomisión parlamentaria presentó un informe que detalla que desde 2015 decenas de menores fueron abusados sexualmente y maltratados física y psicológicamente en al menos 14 de estas casas de acogida que están bajo la supervisión del Estado.
Los albergues, alrededor de medio centenar que acogen a unos 1,200 menores en situación de vulnerabilidad, según las cifras oficiales disponibles, son supervisados por la estatal Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf), y también reciben subsidios públicos.
La Fiscalía informó el pasado 26 de abril que “ha reubicado a menores de edad y dictado medidas de protección a favor de 46 niños dentro de las investigaciones” que se desarrollan “desde 2017, unas 26, relacionadas a la comisión de delitos” en los albergues de menores.
En medio del escándalo renunció Eduardo Ulloa como fiscal general, cargo que asumió su suplente, Javier Caraballo, quien según los observadores ha imprimido velocidad a las investigaciones.
También renunció Mayra Silvera como directora de la Senniaf, un cargo que había asumido este mismo año y que ya ha sido ocupado por la abogada Graciela Mauad.
Con información de EFE