Cuando las tragaperras convivan con los videojuegos
La industria de los juegos de azar siempre parece ir por delante en cuanto a tecnologías orientadas a atraer a la mayor cantidad de grupos demográficos posibles. De hecho, otros sectores más convencionales suelen ir a rebufo de las innovaciones planteadas por los principales operadores de juego del mercado.
Estamos hablando de una industria que ha sido capaz de levantar ciudades enteras desde los cimientos con el único objetivo de proporcionar todo un resort del entretenimiento que apele a nuestras más bajas pasiones. Cenas con espectáculo, humoristas famosos, conciertos permanentes de divas del pop y otras impresionantes atracciones diseñadas para llamar la atención.
No obstante, los casinos y las salas de juego presenciales han visto como en los últimos años el número de visitantes a sus establecimientos se ha reducido en favor del juego en línea.
En España, sin ir más lejos, desde que el juego online se regularizase en 2011 el número de jugadores de esta modalidad ha ido crecido de manera exponencial, siendo el grupo demográfico de jóvenes entre 18 y 25 años el que más accede a esta forma remota de jugar.
Motivo por el cual han surgido muchos nuevos casinos en línea que ofrecen una experiencia de juego y premios muchas veces superiores a los casinos clásicos debido a la alta demanda y rentabilidad que hay de estos sitios.
Y es que ya no es una cuestión de innovación tecnológica, no hay más que entrar en cualquier bar para darse cuenta de que las viejas tragaperras analógicas que retumbaban por todo el espacio con su sonido mecánico han sido sustituidas por flagrantes nuevas máquinas digitales que se acercan más a un arcade de última generación que a la clásica máquina con rodillos y palancas aún presente en nuestro imaginario colectivo.
Puede que el salto evolutivo del hardware relativo al azar no sea suficiente para atraer a un público que ha cambiado sobremanera sus hábitos de consumo. Porque mientras que las personas de mediana edad y edad avanzada suelen acudir a los bares y bingos con el objetivo concreto de “echarse unas monedas”, los jóvenes acuden a los establecimientos de restauración con fines mucho más festivos.
Aquellas personas jóvenes que de verdad quieran jugar sólo tienen que llevarse la mano al bolsillo y agarrar su teléfono móvil. Es evidente que la industria ha sabido entender las necesidades para que este grupo demográfico no abandone su mercado, pero ha acabado actuando como un arma de doble filo que ha derivado en una sangría de nuevos clientes para los establecimientos presenciales. ¿Acaso es el comienzo del declive de este modelo de negocio?
Las autoridades de Las Vegas llevan años notando como, aunque el volumen de visitantes sigue invitando el optimismo, el porcentaje de estos que acuden a la ciudad para jugar se ha venido reduciendo. Los más jóvenes cada vez más acuden a esta ciudad para disfrutar de espectáculos virales como el de RuPaul’s Drag Race Live o para ir a grandes superficies del ocio electrónico como el HyperX eSports Arena. Nuevos hábitos que ya no están necesariamente ligados al viejo lema “lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”.
Por ello, los principales operadores de casino han encontrado en los videojuegos un verdadero aliciente para atraer a ese grupo demográfico que ha dejado de pisar sus salas. Según los directivos, los casinos del futuro ya no se imaginan como un mar de máquinas tragaperras, sino más como un gran recreativo como cuando los arcades estaban de moda.
Los millenials y la generación Z han nacido entre pantallas por lo que los juegos tradicionales, o al menos la manera de jugarlos no resulta atractiva para este grupo demográfico. La industria de los juegos de azar lo sabe y plantea un nuevo modelo de casino en el que se empiecen a introducir juegos basados en la habilidad y no tanto en la suerte. Los deportes electrónicos son el presente y el futuro, y cada vez son más los acuerdos realizados entorno a este fenómeno.
De este modo, los jugadores podrían jugar contra la casa a diferentes títulos deportivos, de disparos o cualquier otro género que se preste. Incluso se están pensando máquinas para realizar partidas PvP al póquer o cooperativas al blackjack.
La oferta futura de las casas de apuestas también pasa por actualizarse en este sentido. Pronto notaremos como se abre todo un abanico de posibilidades y apostar por quién se lleva el anillo de la NBA será igual de común que apostar por quién gane el próximo torneo de League of Legends. O lo que es más curioso; nos aproximamos hacia un modelo en el que apostar por quién gana la Champions será igual de normal que apostar por quién gana el torneo europeo de FIFA. Sólo el tiempo decidirá si será suficiente para atraer a los jóvenes.
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