William Rosado, el columnista
Con la mente más tranquila, el corazón sosegado y el alma descansada por el impacto que me produjo la infausta noticia de la muerte de William, navegué por los archivos de la Revista Rumbera del Vallenato, buscando los recuerdos que nos dejó Rosado Rincones tras su paso por este medio. Comenzaba el año 2005 cuando William cursaba los primeros semestres de Comunicación social en la UNAD-Cead Valledupar.
Lleno de optimismo y convencido de sus capacidades para la prosa me presenta un escrito de más de una cuartilla. “Oiga, échele un vistazo y si le gusta, publíquelo”. Lo llevamos a Consejo de redacción (Juan Rincón, William De Ávila y yo) donde recibió el visto bueno y la aceptación de los lectores. Ese fue el punto de partida, el génesis de un periodista que tenía represado el don para la redacción, dote que venía construyendo tras sus años como lector de noticias en varios medios radiales, donde en cada lectura que hacia iba atrapando los secretos de la redacción noticiosa.
Así incursionó William en la prensa escrita, como columnista de temas culturales y folclóricos. William recibió propuesta de otros medios y abrió sus alas al éxito. El día 14 de mayo de 2005 nos acompañó en la fiesta anual de integración, luciendo su mostacho y sus kilos. Ese año la celebración se llevó acabo en el Estadero Don Andrés. En las gráficas aparece su foto de perfil como columnista y departiendo con el resto del equipo (periodistas, columnistas, administrativos, circulación, vendedores). La muerte se ha llevado su cuerpo pero su legado permanecerá por siempre.
Colofón: desde el inicio de su enfermedad, durante todos los días, mi familia y yo ofrecimos El Santo Rosario por su salud y recuperación, intención que se multiplicaba cada noche con los colegas y las más de 130 familias que se conectan. Hoy se ha cumplido el designio de Dios; con su enfermedad y las oraciones, William ha purificado su alma. Descansa en paz!