29 de noviembre
General

En Valledupar una mujer parió en el asiento trasero de un taxi


Una mujer dio a luz este martes a una niña sana en el asiento trasero de un taxi en Valledupar. Una situación que el taxista Gustavo Rivera Chaparro nunca se imaginó vivir en los más de 20 años de experiencia que lleva en este oficio, recorriendo las calles de la ciudad en busca del sustento diario para su familia.

Eran aproximadamente las 7:00 de la mañana cuando una pareja lo detuvo a las afueras del Hospital Eduardo Arredondo Daza, sede CDV, en el barrio Enrique Pupo, y el hombre le pidió que los llevara lo más pronto posible al Hospital Rosario Pumarejo de López, puesto que su compañera sentimental estaba a punto de parir.


«La mujer se quejaba con mucho desespero, pues los dolores de parto eran más agudos a medida que avanzabamos, el esposo iba nervioso y le pedía que aguantara, cuando íbamos por el barrio Dangond decía que no podía mientras yo trataba de aumentar la velocidad del carro», relató Rivera Chaparro.

El taxi Kia Picanto de placas UWR-854, avanzaba a gran velocidad hasta que llegaron al Rosario Pumarejo de López, donde de inmediato en el portón principal los dejaron avanzar, pero al llegar a la entrada de la urgencia todo se complicó.

«Llegamos a urgencia del hospital y esperaba que reaccionaran de inmediato, pero no, más bien tuve que discutir para que la recibieran porque si era urgencia, trajeron una silla de ruedas y les dije que no, y cuando vieron que de verdad era urgente, fue cuando llegaron con una camilla. Empecé a grabar todo, pero me decían que no podía hacerlo, no estaba grabando el momento del parto en sí, porque entiendo que es una intimidad, pero si lo que estaba pasando a las afueras de mi carro», contó el taxista.

Posteriormente personal médico y de enfermería del Hospital atendieron a la mujer y a su hija, cortaron el cordón umbilical, mientras que una enfermera tomó a la niña en brazos y la llevó a la unidad de pediatría.

Igualmente se conoció que madre e hija se encuentran en buenas condiciones de salud, mientras que el taxista continuó con su trabajo diario, ganarse la vida haciendo carreras en las calles de Valledupar.

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