28 de noviembre
Judicial

Veintiún años sin saber dónde están los cuerpos de los agentes del CTI asesinados en el Cesar

Hoy hacen 21 años del asesinato y desaparición de siete agentes del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía General de la Nación, seccional Cesar, cuya masacre se registró el 9 de marzo de 2000, cometida por paramilitares del Frente Juan Andrés Álvarez del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia.

Los hechos sucedieron cuando los agentes se movilizaban en una camioneta en la vía que comunica a Valledupar y Codazzi, cuando se dirigían a realizar la exhumación del cuerpo de Alcides Tiburcio Rivera, un vendedor de paletas que había sido reportado como desaparecido el 15 de octubre de 1999.

Los funcionarios del CTI fueron abordados por un grupo de paramilitares comandados por Jhon Jairo Esquivel, alias, El Tigre, cuando llegaron a la hacienda ‘Holanda’ en el municipio de La Paz.

Según han contado los desmovilizados, en dicho predio los asesinaron y luego sus cuerpos fueron arrojados al río Cesar.
Sin embargo, hay versiones confusas ya que exparamilitares como Alcides Manuel Mattos, alias el Samario, declararon en una audiencia que recibió los restos en siete sacos y los arrojó al río Cesar desde el puente Rabo Largo, en el centro del departamento.

Pero alias El Tigre, relató que la orden de asesinarlos la dio el jefe máximo de las AUC Carlos Castaño Gil y Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, y que los cuerpos fueron sepultados en fosas comunes a orillas del río Cesar, por lo que la Fiscalía ha realizado más de 100 excavaciones con las coordenadas que este hombre ha entregado, sin tener resultados positivos porque desde hace 21 años nunca han encontrado los restos.

Las víctimas de esta masacre son: Edilberto Linares Correa, Danilo Carrera Aguancha, Carlos Ibarra Bernal, Hugo Quintero Solano, Israel Roca Martínez, Mario Anillo Trocha y Jaime Barros Ovalle, asesinados con tiro de gracia, según lo confesado por otros exparamilitares que han confesado su participación en el caso.

En el 2012, el Juzgado Penal del Circuito de Descongestión Adjunto de Valledupar condenó a 25 años al exjefe paramilitar alias Jorge 40 por la desaparición y muerte de los siete funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación.

También John Jairo Esquivel, quien se sometió a Justicia y Paz, confesó su participación en la desaparición de los funcionarios judiciales, quedando en libertad en el marco de esta jurisdicción, pero volvió a ser capturado en diciembre de 2019 por su presunta vinculación con el secuestro en el Magdalena de Melisa Martínez, sobrina de Gabriel García Márquez.

Los familiares de los siete funcionarios del CTI no pierden la esperanza de encontrar los restos y darles cristiana sepultura.

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