Cayó una red europea de trata de personas con víctimas latinoamericanas
Un operativo policial hispanofrancés desarticuló una organización transnacional dedicada al comercio ilegal de mujeres con fines de explotación sexual, cuyas damnificadas eran en su mayoría sudamericanas
Un operativo policial hispanofrancés desarticuló una organización transnacional dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual, cuyas víctimas eran mujeres latinoamericanas.
En la operación, desarrollada de forma simultánea en cuatro países europeos, se detuvieron a doce personas: ocho en España, dos en Francia, una en Italia y otra en Rumania, informó este jueves la Policía española.
Las autoridades francesas identificaron hasta el momento como víctimas de la organización criminal a un total de 33 mujeres, que están siendo asistidas en Francia.
La investigación se inició en el país galo en junio del año pasado gracias a la declaración de dos víctimas colombianas en Montpellier, donde denunciaron que habían estado secuestradas varias semanas en un apartamento de esa ciudad y eran obligadas a ejercer la prostitución.
Entonces, se localizó a más potenciales víctimas, todas ellas de origen sudamericano, y la autoridad judicial de esa ciudad emitió una orden europea que permitió el inicio de las investigaciones en España.
Los agentes españoles descubrieron la existencia de un “call center”, ubicado en la localidad barcelonesa de Hospitalet de Llobregat, desde el que se gestionaban las citas con los clientes franceses.
Las víctimas declararon que fueron captadas en sus países de origen por la principal investigada, quien les ofrecía una actividad remunerada en tareas de limpieza o cuidado de niños.
Pero una vez en Francia, tras haber sido desarraigadas y privadas de recursos, las obligaban a ejercer la prostitución y a entregar el 50% de los beneficios a la organización criminal.
Para concertar las citas, el cliente francés realizaba una llamada telefónica a uno de los números franceses que se publicitaban en una página web. Las llamadas eran atendidas desde España y mediante mensajes telefónicos le facilitaban la dirección a la cual dirigirse, que eran domicilios particulares, lo que dificultó la detección de la actividad.
La cabecilla de la banda contaba con la colaboración de familiares y un integrante del grupo era el encargado de acompañar a la víctima desde su ciudad de origen hasta Francia.
(Con información de EFE)