27 de noviembre
Opinión

Tristezas del Alma: Se fue Oñate y nos dejó gran vacío.

Por: Iván Morón Cuello

Tristezas del alma e irreparable pérdida. Nuestro pésame para Nancy, los hijos del desaparecido, su hermano, sobrinos (as) sus primos (as), sus compañeros (as) de vida, el pueblo de La Paz y el País Vallenato.

Muchos crecimos viendo y acompañando a este juglar del canto por los caminos de sus melodías, sus chistes, sus saludos, sus opiniones variadas, sus expresiones musicales y su fraternidad que nunca volveremos a ver y sentir, porque su partida inesperada invadió nuestros corazones de nostalgia al morir tempranamente este emblemático personaje de nuestra cultura nacional.

Hoy nos consuela evocar el maravilloso culto a la amistad de aquéllas memorables circunstancias de integración en el apartamento 403 del edificio ‘El Doral’ de Bogotá, (Cra 7a Calle 53) lugar de nuestra habitación como estudiantes, entre ellos, Jesús Morón Moscote, Álvaro García, Jorge L. Armenta, José A. Maestre y quien escribe, con los líderes grupales Ad Portas de ser profesionales, Álvaro Morón y Álvaro Muñoz Peñalosa.

Fue un Ethos de estudios y reflexiones sobre diferentes asuntos sociales, económicos, políticos y culturales. Sin embargo, en periodos de las grabaciones en CBS convertíamos transitoriamente nuestra morada en consulado de los iconos Jorge Oñate, Poncho y Emilianito Zuleta para hacer fraternidad sobre la historia del folclor y sus perspectivas.

También, fue un lugar de ejercicios para determinar estratégicamente el orden de las canciones de sus discos y concertar argumentos sobre la calidad de cada obra, con base en méritos objetivos e incluyentes que preocupaba a los artistas, para conformar los acetatos y procurar con aciertos, el éxito comercial de tan admirable faena.

Hermosos tiempos aquellos de hermandad sin mezquindades, todo enmarcado en la
armonía y respeto, sin celos artísticos porque el motor fue la promoción de nuestras figuras más relevante como Oñate que abrió la trocha de los cantantes, y Zuleta lo secundó, faena que hoy continúan las demás estrellas de nuestro hermoso pentagrama musical costumbrista, romántico y picaresco.

De esas experiencias la mística y fervor para bien del Folclor Vallenato desde nuestra vivienda fue el común denominador, además, desde allí se dinamizaban las tertulias nocturnas que promovían Carlos Melo Salazar y Álvaro González Pimienta con la participación telefónica en horas nocturnas, de Jorge, Poncho y Pedro García en el consagrado programa ‘Concierto Vallenato’ de Radio Juventud de Bogotá.

Esos registros son pasajes de recuerdos inolvidables al lado de los grandes cantores, que ya son historias de capítulos inmarcesibles de las novelas de Jorge y Poncho los personajes.

Hoy lamentablemente quedó terminada de tajo la crónica de vida de Oñate y las fábulas del ‘Jilguero de América’ con sus canciones y versos en más de 50 años de historia, que camino desde lo cultural la misma ruta del tiempo de nuestro Departamento del Cesar.

Los periplos de éxitos que tuvo Jorge vivirán latente con el ritmo de la posteridad por ser admirables y positivos en lo sumo, con equilibrados balances de vivencias y aportes para nuestras expresiones tradicionales, el lenguaje, el folclor, la fraternidad, la actitud de diálogos e integraciones sociales que son hitos culturales promovidos por su talante natural de persona altamente incluyente en el contexto de la cultura y con todas las generaciones de artistas del Folclor Vallenato.

Jorge, la leyenda y cantor los clásicos vallenatos, tuvo su eje central en La Paz, Cesar, su pueblo natal, de aquéllas calles raras y pedregosas de antaño, alentado con la frescura del Río Mocho y las almojábanas, símbolos raizales de sus nativos, cuyos talantes tienen templanza y familiaridad como la suya y las de sus ancestros. Así lo define el ingeniero y compositor pacífico Emiro Zuleta Calderon en sus descriptivas narraciones musicales, entre ellas “Vámonos Compañera”, las cuales fueron soportes para el éxito que desde temprano acompañaron la brillante labor artística de Oñate Gonzalez. Como también fue su referente el cantor, paisano, compositor y profesor, Dagoberto López Mieles, “El Clarin de La Paz” (padre de Navin López, rey vallenato) de quien percibió actitudes y estilo del canto cuando lo escuchaba siendo adolescente en las parrandas del pueblo.

Con la imagen incólume de Jorge, se revivirán otros recuerdos imperecederos que enlazan su nacimiento y niñez, con la adolescencia arrojada, la madurez firme y plena de lealtad fraterna que lo aferró a La Paz, su terruño amado que nunca abandonó por estar allí su historia familiar, una de las razones de su vida.

Infortunadamente hoy tenemos tristezas en nuestras almas, pero sentimos alientos de alegrías para decirle al compañero juglar de cantores, que aplaudiremos siempre a su gran legado, obra y aportes culturales, junto con su fraternidad distinguida, su condición de hombre con gran amor para con la gran familia Oñate y la gente de tu tierra vallenata, sus amigos y espacialmente su FE en DIOS.

Adiós Jorge, apreciado gladiador del canto, PAZ en la última morada del terruño que te vió nacer de las entrañas de Delfina, tu laboriosa madre que amaste, que te vio crecer y madurar con Amanda Aroca, tus hermanos Jesualdo y Gustavo, con Julia Martínez tu otro apoyo moral. Toda la camada de amigos contemporáneos de otrora con quienes hiciste barras y galladas como “El Pamir” Carlos Morón Cuello, “Chiche” Zuleta Calderón, Álvaro Oñate, Papi Oñate y Dairo Daza (QEPD) entre otros, que con mucha tristeza extrañan tu presencia, pero que tendrán motivos para narrar las travesuras gratas de otrora, las cuales perdurarán en la memoria histórica de las generaciones más cercanas, y otros ya fallecidos, te reciben en el Seno Celestial.

Tu admirable y estoica esposa Nancy y cuñados (as), con tus hijos, tu hermano Gustavo, tus sobrinos (as), tus primos (as), viven la más profunda tristeza y el inevitable vacío por tu partida, que solo el transcurrir del tiempo con la bendición de DIOS aliviará tales emociones, sín olvidar el diario qué hacer de tus actos, que son improntas imborrables en sus conciencias
morales que te lloran inconsolablemente.

Tus aliados en la lucha musical como Emilio Oviedo, Miguel, Pablo, Álvaro y los compañeros del conjunto Los ‘Hermanos López’, “Chiche” Martinez, “Cocha” Molina, Cristian Camilo Peña, Fernando Rangel están acongojados, como triste se encuentran también, “Poncho” y Emilianito Zuleta y los compañeros de todas las condiciones sociales de Colombia y el País Vallenato afectados del natural vacío existencial, con impacto indescriptible en nuestra cara fraternidad que no tiene precio alguno. El gran Nicolás Elias “Colacho” Mendoza, con “Poncho” López Gutierrez y “Juancho” Rois con quien ganaste “Congo de Oro” te harán calle de honor cuando ingreses al salón de los hijos de DIOS.

Ya no escucharemos de tu voz natural el paseo-himno La Paz de Emiro Zuleta Calderón, las canciones de LeandronDiaz, Alonso Fernández, Calixto Ochoa, Luciano Gullo, Chente Munive, Tavo Gutiérrez, Fredys Molina, Octavo Daza, Maximo Móvil, Rosendo Romero, Ildefonso Ramirez, Crispín Rodríguez, Enrique Calderon, Carlos Huertas, Nando Marín, Santander ‘Pibe’ Duran, Rosendo Romero, Rafael Manjarres y Aurelio Nuñez, entre otros.

En ese estado de sentimientos sorprendidos y con dolor de alma estamos los Hermanos MORÓN por tu partida en cabeza de Fanny, Carolina, Hernando -Papi- Mirian, María Luisa, Alicia y Eda Rosa, tus hermanos morales de vida, dichas y tristezas. Todos exclamamos y exclamaremos al lado de nuestros hijos: Gracias “Jilguero de América”por tus aportes y tu espontaneidad!

Descansa en Paz. Tu fábula sigue y perdurará en el tiempo y el espacio por siempre, nunca te olvidaremos. Gloria a Dios! 🌾🙏🏻☘️ 1 de marzo 2021

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