27 de noviembre
Opinión

Hybris o la Desmesura

Por: Luís orozco córdoba

Cleóbulo de Lindos, uno de los siete sabios de Grecia mencionado en todas las relaciones que de ellos hace Diógenes Laercio, construyó uno de los más cortos y poderosos aforismos de la filosofía: “Lo óptimo: la mesura” con el cual invitaba a la moderación como criterio ético de la acción, invitacion que recogería Aristóteles cuando recomendaba el término medio entre el exceso y el defecto como basamento de la prudencia.

La mesura, la medida o el comedimiento en el actuar, tiene su anverso: la desmesura. Los griegos la denominaron hybris, un comportamiento amoral considerado como el peor de los vicios, ligado a la soberbia y al orgullo inmoderado. La desmesura, la hybris, era lo opuesto a la sobriedad, a la moderación, se refería a la sensación de omnipotencia de algunos hombres que sentían el deseo de transgredir los límites que los dioses inmortales imponían al simple mortal. En la mitología griega se aplicaba a quienes víctimas de su propia soberbia se creían y actuaban como dioses.

Cuando la desmesura se advierte en personas que detentan poder se dice hoy que presentan el Sindrome de Hubris, denominación que se de deriva de hybris, aludiendo a la desmesura y a la soberbia de esas personas por lo general prepotentes, arrogantes, de egos desmedidos y narcisistas.

El término fue acuñado por el neurólogo, miembro de la Cámara de los Lores y excanciller británico David Owen, quien en 2008 publicó un libro para describir a los mandatarios que creen estar llamados a realizar grandes obras, muestran tendencia a la grandiosidad y la omnipotencia y son incapaces de escuchar, mostrándose impermeables a las críticas.

Pablo Young del Hospital Británico de Buenos Aires define el Sindrome de Hubris como “…un trastorno de personalidad transitorio, que tiene síntomas psiquiátricos pero que más bien es observable desde lo sociológico dado que se relaciona con el momento que se esté viviendo y suele revertirse cuando la persona abandona los ámbitos de poder. No figura en ningún manual de psiquiatría y no está listado en la Organización Mundial de la Salud como patología. Lo puede padecer cualquier persona que está en el ejercicio del poder y llevarlo a tomar decisiones erróneas porque la persona pierde la perspectiva de la realidad total y ve sólo lo que quiere ver.”

El Sindrome de Hubris casi siempre se presenta acompañado de lo que el economista y planificador chileno Carlos Matus denominaba el ambiente cálido para el líder, ese ambiente de obsecuente asentimiento del equipo de colaboradores inmediatos del detentador del poder, de la ausencia de actitudes críticas frente a sus decisiones arrogantes, todo sumado a un estilo de liderazo y a un clima organizacional centrado de manera exclusiva en la persona del gobernante sintomático.

Estas reflexiones nos explican las muchas obras “hybricas” con las cuales ha topado y de seguro topará en el futuro Don Alonso Quijano en su cabalgar.

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